En la parte norte del recinto amurallado de Calatayud, y en el lienzo que une la Puerta de Soria con el Castillo de Ayub, existe una puerta con arco de herradura. La puerta se encuentra tapiada al parecer desde muy antiguo, seguramente ya desde época medieval, y hasta la restauración realizada en 1981 estaba medio enterrada.
El hueco de la puerta se abre directamente en el paño de la muralla sin que la flanqueen torres ni resalte alguno. Está formada exteriormente por un arco de herradura. Desgraciadamente el umbral había desaparecido cuando se decidió la restauración lo que hacía imposible precisar su altura primitiva. El arco es de herradura, prolongado en la mitad del radio y enjarjado desde la imposta hasta algo más arriba de la mitad del radio. La parte adovelada tiene despiece radial convergente al centro de la circunferencia que determina el arco. La imposta del arco tiene forma de nacela sin resalte alguno hacia el frente y con un vuelo en la jamba derecha. Por encima de la jamba hay de ocho a diez hiladas horizontales de piedra que determinan la parte enjarjada del arco. La parte adovelada se compone de unas dieciséis dovelas de tamaños diversos con una pieza de clave centrada y línea de trasdos irregular. La rosca del arco se acompaña por una sillería irregular de hiladas horizontales y estrechas. La parte inferior de las jambas de la puerta, así como el resto de la construcción, está realizado con mampostería menuda que al menos en la parte que da al interior de la ciudad se hizo con encofrado. Este arco exterior de la puerta tiene un tizón, y determina una mocheta hacia el interior que protegía las hojas de cierre. El paso interior de la puerta es un corredor , que se cubre con una bóveda que arranca de unos salientes con forma de nacela a ambos lados. Tanto la bóveda como las jambas de paso están hechas con tapial de yeso vertido en encofrado de madera.
Por la forma de trazado del arco, su peralte y el despiece del dovelado radial, esta puerta de Calatayud hay que relacionarla con la puerta de San Esteban de la primera mezquita cordobesa, cuya construcción se debe al emir Muhammad I. Dicho emir, en la constante lucha contra la Marca Superior y para hacer frente a los Banu Qasi de Zaragoza, se apoyó en los tuyibíes, para los que reconstruyó y fortificó Calatayud, dejando en ella a Abd al-Rahman ibn Adb al-Aziz al TuyibÌ en el 248 de la Hégira (862-63 de la era cristiana). El dato de la reconstrucción de Calatayud, que sin duda se refiere a su recinto fortificado, nos conforma plenamente el paralelismo estilístico de nuestra puerta con la de la mezquita que serían debidas al mismo emir Muhammad. La datación de la puerta de Calatayud habría que colocarla hacia el año 860, con lo que puede considerarse el elemento arquitectónico musulmán, más antiguo de cuantos conocemos en la Marca Superior.
Se desconoce la función que tendría esta puerta, en un lugar tan inaccesible tanto desde el exterior como desde la misma ciudad, por lo que cabe dudar de que tuviera una función civil. La única razón de su existencia sería estratégica, por lo que la explicación de su construcción habría que buscarla en el plano militar.
Bibliografía específica sobre la puerta emiral
ALMAGRO, Antonio: "La puerta emiral de Calatayud", en Homenaje al Prof. Martín Almagro Basch, IV, Madrid : Ministerio de Cultura, 1983, pp. 95-105