BARRIO DE LA PUERTA SORIA
(Calatayud, Aragón, España)
Imagen de la Purísima, que se venera en el barrio,
y uno de los momentos previos a la carrera de pollos
El culto a la Inmaculada Concepción, la Purísima como se la conoce en el Barrio que la tiene por patrona, tuvo su origen en una gran avenida del barranco de Soria, que anegó parte de la población. Los vecinos invocaron a la Virgen, alcanzando el favor que se solicitaba. En reconocimiento se celebra la fiesta anual.
No se conserva ningún documento relativo a la época en que se instauró la fiesta, por lo que hay que recurrir a la tradición oral para poder esbozar unos pequeños apuntes. Se sabe que, a finales del siglo pasado, la fiesta ya se celebraba en la misma forma que ahora se hace. En la mañana del día 7, hablamos del mes de diciembre, los niños y niñas recorrían las casas del Barrio, solicitando la leña que luego se quemaría en la hoguera ese mismo día. Al anochecer, y a los acordes musicales de una rondalla, se bailaba de la misma manera que se hace en la actualidad. Al día siguiente, tras la procesión y la misa, se corría la "carrera de pollos" en la que varios atletas competían por alcanzar el ansiado premio. Consistía éste en tres pollos (de ahí el nombre que se le da a la prueba) para el primero en llegar a la meta, dos para el segundo y uno para el tercero; al cuarto clasificado se le daba una cebolla. Partía la carrera desde la desaparecida ermita de Santa Bárbara, en la antigua carretera de Soria, y discurría por la calle del mismo nombre. En el Barranco se celebraban las carreras de burros, que se mantuvieron hasta los años 60 y que ahora, en que éstos animales han sido sustituidos por la furgoneta y el tractor, ya no cuentan entre los actos festivos. Al finalizar las carreras se reemprendía el baile.
A principios de los años 70 se comenzaron a repartir las patatas asadas y el vino, a los que se añadieron las morcillas y los chorizos en el año 1987. Aprovechando la festividad del Día de la Constitución, se ha sumado uno más a la fiesta, dedicado a los más pequeños, a los que se reparte chocolate y bizcochos en la mañana del día 6. Se siguen manteniendo la hoguera y el baile, sustituida la rondalla por una orquesta, y se continua con los mismos actos religiosos, a los que se agrega una novena en los días previos a las celebraciones. Las carreras de pollos, donde el número de aves de corral que se entrega a los ganadores, se complementa con importantes cantidades en metálico, se disputan como antaño; aunque la salida se hace desde la Ermita. Lo mismo que las carreras de entalegados. Como se dijo, han desaparecido las carreras de burros.
De organizar las fiestas se encargaba, y encarga, la Hermandad de la Purísima.
En 1992, tras la fundación de la Asociación de Vecinos La Muralla, con sede en el Barrio, unas nuevas fiestas vinieron a añadirse a las anteriores: las que dicha asociación organiza en honor de San Juan Bautista, en los días anteriores o posteriores al que la iglesia señala para celebrar al santo (24 de junio). Siempre en fin de semana.
Los actos festivos giran alrededor de la Muestra de Oficios Tradicionales y sirven, cada año, para reivindicar nuevas actuaciones municipales en el Barrio. El marco de celebración es siempre la Plaza de la Leña (San Juan el Viejo), donde se levantaba la desaparecida parroquia de San Juan de Vallupié. Ceramistas, herreros, cesteros, ebanistas... y un largo etcétera, ocupan por completo el espacio disponible en la plaza, la mañana del domingo. El sábado tiene lugar la actuación de algún grupo folklórico.
Ambas fiestas atraen un gran número de visitantes al Barrio.
La historia nos habla de una tercera fiesta, la que se hacía en honor de Santa Dorotea, en agradecimiento por no haber acaecido ninguna desgracia personal, cuando, en los primeros años del siglo XVII, se vino abajo el arco de la Puerta de Valencia. Todavía permanece la cofradía, que sigue celebrando su fiesta el día de la Santa, aunque sólo unos pocos cofrades siguen residiendo en el barrio.