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Inicio/ Revista de cultura y opinión/ Número O. Septiembre, 1999

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Epigramas de José Verón Gormaz

 


Francisco Morales Lomas


 


Epigramas del último naufragio.
José VERÓN GORMAZ
SeuBa EdicioneS, Barcelona, 1998

Creo que uno de los primeros cultivadores del epigrama fue Simónides( 556-468 a. J. C.). Otros fueron Diógenes Laercio, Teócrito, CalímacoÖ Con Simónides el epigrama llegaba a convertirse en obra de arte. El mismo Simónides declara en uno de ellos que con la edad de ochenta años preparó un coro masculino con el que obtuvo la victoria en Atenas. En su origen tiene un carácter gnómico y más tarde deriva más hacia la sátira, aunque se hallan dado ambos aspectos con frecuencia. En cualquier caso, siempre ha tenido, y así sucede en los epigramas de José Verón Gormaz el famoso " aculeus " que tanto usara Marcial, un agudo final de dos versos que remataban la sátira y daban la visión plástica de la máxima. En muchos casos provocan la sorpresa del lector, como el titulado " Servidores del pueblo " donde dice Verón Gormaz en los últimos versos: " ¿ Servís al pueblo/ o lo ordeñáis? " o como el titulado   " Hablar por no callar" en donde se dice que el epigrama más corto que a escuchado es el pronunciado por un oyente con boina; cuando finalizó el pelmazo orador dijo aquel " ¡ Ja! " a adquirir el epigrama una importancia substancial, y lo hace ascender de género menor a mayor, es con Cayo Valerio Marcial ( 40-104 d. J. C.), natural de Bílbilis ( Calatayud) como su paisano Verón Gormaz. De Marcial ha quedado la sobriedad, la naturalidad, el ingenio, la erudición y la capacidad crítica y satírica de la que están trascendiendo también los poemas de " Epigramas del último naufragio " de Verón Gormaz. Pero a estos creadores iniciales de la antigüedad clásica habría que añadir un largo número de cultivadores en todos los tiempos: desde Álvarez Gato y Antón de Montoro en la Edad Media, hasta Díez Canedo y sus " Epigramas americanos " o Enrique Badosa recientemente, pasando por Baltasar de Alcázar, Quevedo, Góngora, Francisco de Torre durante el siglo de oro; Cadalso, Iriarte, Forner, en el XIII o Mesonero, Bretón, en el XIX etc. Hay, por tanto, una rica tradición que sigue Verón Gormaz, continuador de la estructura clásica del epigrama: enuncia el hecho y comenta al final ( aculeus) de modo cáustico y conciso, extrayendo una crítica ácida y, a veces, pesimista. La realidad es objeto de análisis somero y sobre todo los personajes que la habitan, blanco de sus punzantes dardos. Aunque los nombres de los afectados están latinizados, todos sabemos quiénes están detrás de ellos, a poco que sigamos la actualidad. Hay un buen número dedicado al mundo de la literatura, a la ocena del mundo literario, habría que decir con más precisión. El titulado "Podredumbre " es un extraordinario y conciso retrato de muchos críticos que no me resisto a recoger: "Observa la rara habilidad de los críticos/ que con un solo verso mal leído/ ( apenas tres palabras), /osan juzgar, no solo un poema aislado, sino un libro completo, / por largo que éste sea. / ¿ Adivinas de qué verso se trata? / Acertaras si dices: / el nombre y apellidos del autor ". Como dice en el sagaz prólogo Enrique Badosa, "el epigramista llega a ser duro, pero no cruel, y no sólo porque no traiga a colación conocidos nombres propios, lo que sin duda podría hacer. No es cruel y tampoco es un escéptico, un desilusionado. Me arriesgo a decir que más bien como lección moral "la humana condición y sus miserias ". Así lo indica el mismo Verón Gormaz en el poema inicial "causas y efectos ", donde se declara heredero de Marco Valerio Marcial, tanto como él se consideraba heredero de Catulo, y a quien sigue en un sentido poema de declaración amorosa," Un bonito recuerdo", con todos los condimentos de la sensibilidad catuliana. El burro da mucho juego en sus poemas como en " Misterio de ofensas "("mientras tus dueños necesiten burros ")," Por una vez"(" Has logrado plasmar con sólidas palabras/ algo tan inefable como tus rebuznos") o en " Los últimos arados" en el que una sola palabra, un sinónimo, crea ese efecto satírico deseado: es el juego sinonímico entre acémila y asno. Dice al final: "(Ö) Acémilas no quedan/ en este nuestro siglo doloroso/, conquistado, ¡ oh misterio!, por los asnos". En otras utiliza la enumeratio con efecto descriptivo como en "La reina de los cócteles" u ofrece razones conductuales: " Porque quien olvidando a su rival/ cree que lo destruye, / demuestra ser imbécil por dos causas ". La lírica de estos epigramas no sólo está dominada por la mordacidad y la inteligencia sino también por los juegos culturales, huyendo siempre del instrumento moralizante. Partiendo del titulo del poema de Quevedo " Amor constante más allá de la muerte", Verón Gormaz juega con las palabras humor/ amor dando un nuevo sentido: " La eternidad es una broma/ que nunca se termina: / humor constante más allá de la muerte". Sólo tres versos que encierran una filosofía ante la existencia. Observador sagaz de la realidad, Verón Gormaz posee una enorme capacidad de síntesis, un chispazo racional, que convierte sus breves poemas en pensamientos finitos y acabados. Por ellos pasan los pedantes literarios, la gloria literaria, las incomprensiones cotidianas, el amor del que sólo se ama a sí  mismo, el temor a perder el estatus económico, los escritores de moda, la hipocresía, los poetas mundanos, el materialismo contemporáneo, los políticos, la corrupción literaria, la envidia. Frente a poemas jocosos, divertidos, existen otros de una gran trascendencia como el titulado " Democracias heridas". Y junto a poemas extensos de una página, los hay de un par de versos, siguiendo esa tradición impuesta por Marcial, como "Giróvago": " Cruzas más de setenta horizontes cada día/ y, sin embargo, no tienes horizontes". Aunque ha habido cambios a lo largo de las épocas, por ejemplo en el XVI se empleaba la copla real o mixta, la redondilla y la quintilla, o durante el XVII la décima como sucedía en Quevedo y Góngora, sin embargo la estrofa más empleada ha sido siempre la doble rodilla como sucedía con Lope, Iriarte, Salas, Mesonero Romanos, etc.
Verón Gormaz utiliza generalmente el endecasílabo blanco. " Epigramas del último naufragio" no cae nunca en la grosería ni la afección, combinando juego e imágenes de la vida. Importante y novedoso libro creado por un paisano de Marcial que comenzó su obra en 1980 con "Legajo incorde" y tiene en su haber una amplia obra reconocida con los premios " Amantes de Teruel", " Isabel de Portugal", " Juan Alcaide", " San Jorge"Ö.
 

"Papel Literario", suplemento del Diario de Málaga y Costa del Sol (18-7-99)

 
 

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