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| Otorgamiento de sepultura en la parroquial de Saviñán
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Retablo mayor de la parroquia de Saviñán
FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El 29 de septiembre de 1548 el Concejo de Saviñán se reunió en el cementerio de la iglesia parroquial de San Pedro, a toque de campana, por llamamiento del voz pública Miguel Navarro. Estaban presentes Pedro Terrer, procurador del Concejo, mase Antón de la Raga, almotazaf, Juan de Sediles, Gonzalo Fortuño, Juan Gracia, Damián de Clarés, Vicen de Villalba, Francisco Villalba, Ximeno de Olvés, Juan Avas, Juan Martínez, Pedro de Clarés, Miguel de Osens, Pedro López, Francisco López, Juan de Aguaron, Roque de Clarés, Pedro Fortuño, Juan de la Sierra, mayor, Jerónimo de Villalba y Miguel Fortuño.
Atendiendo a la gran devoción de Isabel de Olcina, viuda del infanzón Juan Vélez, domiciliada en Saviñán, que había entregado 700 sueldos al Concejo para bien de la fábrica de la parroquia y reparo de la iglesia, le asignaban una sepultura para ella y sus descendientes, en la grada baja delante del altar mayor, que tenía nueve pies de ancho y ocho pies de largo. Isabel de Olcina no podía colocar en ella reja, ni alegar derecho de posesión, sino solamente para poder utilizarla como sepultura de ella y de sus descendientes. Si el Concejo ampliara la fábrica de la iglesia, Isabel de Olcina o sus descendientes, podían trasladar a sus expensas el carnero, con las dimensiones ya dichas. Actuaron de testigos ante el notario Pedro Gascón, Antón de Yepes y Alonso Terrer.
En 1564 y 1566 se bautizaban en la pila de San Pedro de Saviñán a Luis y a María de Luna. Eran hijos de Diego (Martínez) de Luna y de Violante Vélez. Conocemos las capitulaciones matrimoniales entre Diego Martínez de Luna y Catalina de Bolea y Mur de 1613. Diego era hijo de Luis Martínez de Luna y de Isabel Ramiro, domiciliados en Calatayud. En estos capítulos aparecen catorce olivares radicados en Saviñán.
No tenemos ninguna referencia cierta, pero es posible que la casa de la familia Marzo-Lafuente, que heredaron de la familia Lafuente-Gracián, perteneciera a la familia infanzona Vélez o a los Martínez de Luna. Se trata de una casona de grandes proporciones, situada en la calle mayor, esquina con la calle que baja a la Plaza de España. En la trasera de esta casa se conservan unos bellos arcos renacentistas.
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