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Margarito Cormán Villarreal
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En la Guía de Zaragoza para 1892 a 1893, editada en 1892 en los talleres tipográficos del periódico La Derecha, por Manuel Joven Gascón, aparecía un anuncio en el que Margarito Cormán, practicante de Saviñán, hacía propaganda de sus sanguijuelas que, según decía, eran de las mejores. La docena la ofertaba a una peseta con veinticinco céntimos, cincuenta sanguijuelas a dos pesetas con veinticinco céntimos, cien a cuatro pesetas con veinte céntimos, doscientas a siete pesetas con ochenta céntimos, trescientas a diez pesetas con noventa céntimos, quinientas a diecisiete pesetas con cincuenta y el millar a treinta y dos pesetas.
Carlos Gasca Ibarra (1904-1988) contaba en el desaparecido periódico local Cauce y Caudal (1974-1978), unos hechos acaecidos durante la tercera guerra carlista. Por entonces una fuerza militar carlista ocupó esta zona del Jalón, dominando desde Embid hasta Morata, poniendo centinelas en los estrechos del río y en el torreón de Saviñán, donde los soldados encontraron un pasadizo secreto. Estos centinelas se relevaban desde Saviñán, donde hicieron amistades. Pero este dominio fue breve y tuvieron que unirse al resto del ejército carlista que estaba en Estella, donde murió Gaspar Gasca Serrano y algún mozo más de Saviñán. Al terminar la guerra, uno de los soldados que había hecho guardia en el torreón, se echó al monte como bandolero y acabó en el penal de Deusto. Desde allí se carteaba con Roque Gasca Serrano, abuelo de Carlos Gasca, y con sus amigos. Según Carlos Gasca, su abuelo Roque fue alcalde de Saviñán en aquella época. Roque Gasca Serrano (1834-1885) casó en 1862 con Joaquina Escós Joven, de El Frasno. En las cartas, el preso decía que si le enviaban cierta cantidad, revelaría donde estaba enterrado el dinero de su unidad militar. Entre ocho o diez amigos acordaron enviarle unas onzas de oro y a cambio recibieron las instrucciones. Debían ir al torreón, medir treinta pasos hacia el norte y mover una gran piedra que escondía un pasadizo. Y así lo hicieron. Trabajaban de noche con ayuda de linternas y candiles, para evitar a los curiosos. Poco a poco fueron quitando tierra hasta que dieron con una escalera, que debía dar a la sala baja del torreón del siglo XIV, pero un corrimiento de tierra apagó los candiles. Cundió el desaliento y abandonaron el proyecto. Los viejos decían que las encantadas del torreón apagaban los faroles. Al torreón de Saviñán se le llama de las encantadas, debido a una leyenda de amores contrariados entre doncellas musulmanas, que acabaron convertidas en palomas, y jóvenes cristianos.
La familia Gasca de Saviñán ya aparece radicada en la Señoría a principios del siglo XVIII. Del Libro primero de san Miguel (1578-1618) se pasa al Libro tercero (1709-1833), pues el Libro segundo no se encuentra en el Archivo Parroquial. Allí encontramos, como vecinos y parroquianos de la Señoría, a Pedro Gasca y a Isabel Lázaro, que habían casado antes de 1709. En el Libro tercero encontramos las partidas de bautismo de algunos hijos del matrimonio Gasca-Lázaro, aunque en aquella época todavía no se apuntaban los nombres y apellidos de los abuelos, sólo el de los padres. Pedro Gasca e Isabel Lázaro fueron padres de Isabel-Martina, 1712, Pedro-Antonio, 1715, José-Antonio, 1718, y Teresa, 1721. También lo fueron de Roque Gasca Lázaro (antes de 1709-1768), que casó en 1732 y en san Miguel de la Señoría con Polonia Luna Torcal, de Villanueva de Jalón (? -1790). Los casó el vicario de san Miguel, mosén Bernardo Gasca, con licencia del regente de Villanueva, mosén Francisco Garcés, que era natural de Morata del conde. Polonia Luna Torcal era hija de Antonio y de Sebastiana, vecinos y parroquianos de Villanueva, entonces ya fallecidos. Como testigos del enlace se citan a Pedro Molinero y a José Ibáñez.
Su hijo Diego Gasca Luna (1747-1786) casó en 1770 y en san Pedro con Gracia Cabello Caballero, de Morés, siendo padres de Roque Gasca Cabello (1772-1826), que casó en san Pedro y en 1792 con María Calvo Melús, hermana de mosén Manuel (1763-1832) y de Pedro Calvo Melús. Pedro casó en 1799 con Vicenta Sánchez Olmedo, siendo padres de mosén Manuel (1802-1873), Fr. Pedro, 1805, franciscano, Fr. Lorenzo, 1808, franciscano, Fr. Vicente (1810-1873), franciscano y misionero en Perú, y Concepción-Josefa, 1812, que casó en 1829 con José Pablo Ximeno, de la Aldehuela de Tobed. Su hija Dolores Pablo Calvo casó en 1862 con Judas Cormán Sancho, abuelos de las "mosencalvas".
Roque Gasca Calvo (1800-1872), hijo de Roque y María, casó, quizás en Embid, con Simona Serrano Pérez, de Embid de la Ribera. Fueron padres de Joaquina, 1828, que casó en 1855 con Antonio Valpuesta Lacruz, de Roque (1834-1885), que casó en 1862 con Joaquina Escós Joven, de El Frasno, de Joaquín (1837-1850) y de Julián (1840-1873), que murió soltero de enteritis crónica. No hemos encontrado a Gaspar Gasca Serrano, que según Carlos Ibarra murió en Estella.
Al acabar la tercera y última guerra carlista, el soldado y corneta Margarito Cormán Villareal regresó a Saviñán y se hizo barbero. Parece ser que también participó en la última guerra carlista el tío "Locayo", pues aún se le recuerda con una boina roja a la cabeza. Se llamaba Melquiades-Leocadio Gumiel Monreal. Nació en 1854. Era hijo de Manuel Gumiel Cormán y de Josefa Monreal Pérez, de Paracuellos de la Ribera. Sus abuelos paternos se llamaban Vicente Gumiel y Jacoba Cormán. Melquiades-Leocadio, familiarmente llamado "Locayo", casó en 1883 y en Saviñán con Antonia López Gómez, que era hija de Marcos, de Sestrica, y de Ramona, de Saviñán. El novio, bracero del campo de veintinueve años, confesó ante el Tribunal eclesiástico su soltería el tiempo que había servido en el ejército. Murió el 1939. Tuvo varios hijos: Vicenta, 1893, que casó en 1917 con Ildefonso Sánchez Jérez, de Paracuellos, Elías, 1896, Ignacio, 1899, que casó en 1926 con Asunción Miñana Carnicer, y Adolfo que casó con Dorotea Sisamón Royo, de Torrijo de la Cañada.
Los Cormán vinieron a Saviñán de Embid de Santos, asentándose en la parroquia de san Miguel de la Señoría. En 1760, Blas Cormán y Antonia García, de Embid de Santos, eran padres de Blas. Pedro nació en 1766, Manuel en 1767 y Basilio en 1771, que casó en 1803 con Manuela Sánchez y en segundas nupcias con María Gumiel Ruiz en 1813. Debieron nacer en Embid Juan Cormán García, que casó en 1778 con Josefa Nonay, y su hermano Vicente, que casó en 1778 con Joaquina Asensio Melús.
Hijos de Vicente Cormán García y de Joaquina Asensio fueron: José-Antonio, 1779, que casó en 1802 con Ana Arévalo Calvo, Vicente-Ramón, 1781, que debió morir pronto, pues en 1788 se daba el mismo nombre a otro hijo, que casaría en 1807 con María-Vicenta Morlanes Liarte. En 1795 nacería Joaquín Cormán Asensio, presbítero, muerto en 1870.
Vicente Cormán Asensio y María-Vicenta Morlanes fueron padres de Judas (1802-1892), que será albañil, y de Julián, 1815, que en 1878 aparece citado como zapatero.
Judas Cormán Morlanes casó con Joaquina Sancho Cuenca en 1831, siendo padres de Elías, carpintero, que casó con María Perales Hernando y en 1889 con Esperanza Monreal López, de Josefa, que casó con Joaquín Gumiel, de Joaquina que casó con Jerónimo Algarate Lafuente, y de Pedro-Judas, que casó en 1862 con María-Dolores Pablo Calvo. Pedro-Judas y María-Dolores fueron padres de Jacoba, que casó con Vicente Pinilla, de Benita, que casó con Cipriano Caballero Millán en 1887, y de Petra, que casó en 1899 con el viudo Jacinto Vincueria Nonay, padres de las "mosencalvas".
Julián Cormán Morlanes y Rosa Villareal Lafuente, que descendía de Morés, fueron padres de: Miguel, carpintero, que casó con Luisa Navarro Moreno, Julián, citado como zapatero en 1899, que casó con Josefa Franco, Manuel, que casó con Manuela Moreno Gumiel, Vicenta, que casó con Francisco Álvarez Vuelta, y Margarito Cormán Villareal (1855-1927).
Margarito Cormán Villareal casó con Justa Banzo Aparicio, de Villanueva de Gállego. Ella era hija de Sebastián, de Almudévar, y de Ana, que era natural de Gelsa, aunque otras partidas la hacían natural de La Puebla de Alfindén. En 1890 fueron padres en Saviñán de Teodoro-Miguel, que casará en Jaca y en 1919 con Carmen López Mainer. En 1894 nace Adolfo, que en 1935 aparece como músico en Zaragoza. En 1897 nace Paula, que casará en Cortes de Navarra y en 1948 con Benito Armingel González, en 1900 nace Alicia, que casará en Cortes de Navarra con el viudo Juan Cerdán Urzaiz. Ángela casará en Saviñán con Ricardo Álvarez Cormán.
En el padrón parroquial de 1889, Margarito vivía en la calle de san Roque nº 7, 2º. Ya estaba casado con Justa Banzo. En el padrón de 1896 ya aparece viviendo en la calle Mayor nº 49, con un dependiente llamado Francisco, de dieciocho años. En el padrón de 1910 aparece en la calle Mayor nº 72 y en el de 1925 en la misma calle nº 76.
En el Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza del 23 de febrero de 1899 aparece una relación de las matrículas de la contribución industrial y de comercio para el año económico 1898-1899, de varios vecinos de Saviñán. En esta relación aparece en la tarifa 4ª Margarito Cormán Villareal, ministrante, que debía pagar dieciocho pesetas con sesenta y un céntimos. También aparece como ministrante Carlos Orna Lozano.
En el programa de festejos de san Roque de 1913 se anunciaba la barbería de Margarito Cormán, que era practicante municipal desde 1889. La barbería estaba situada en el nº 72 de la calle Mayor, frente a la calle que subía de la del Centro. El barbero decía tener las mejores y más baratas sanguijuelas de todo Aragón, además de biblioteca y propaganda de la buena prensa. Margarito Cormán falleció el 19 de septiembre de 1927. Justa Banzo murió en 1924.
La primera Asamblea de la Buena Prensa se había celebrado en Sevilla en 1904. En 1908 se celebró la segunda Asamblea en Zaragoza, durante el Centenario de los Sitios, de la que fue presidente el deán Florencio Jardiel y vicepresidente Luis Mendizábal, catedrático de Universidad. Otros componentes de la Junta organizadora fueron Inocencio Jiménez, Santiago Guallar y Francisco Casajús, personas vinculadas a El Noticiero. Su finalidad era promover los intereses de la fe católica en España por medio de la prensa. Su organización corría a cargo de la Iglesia en colaboración con la buena prensa, es decir, la prensa afín a sus ideas. A esta Asamblea, celebrada en Zaragoza del 21 al 24 de septiembre de 1908, se adhirieron numerosas publicaciones de toda España, entre ellas las aragonesas y católicas: Anales del Pilar, que dirigía José María Azara, La Buena Prensa, El Eco de la Cruz, de Manuel-María Adán, Esperanzas, de Juan P. Figueras, La Hoja Catequística, de mosén Pedro Dosset, El Noticiero, de Norberto Torcal, El Pilar, de Roberto Casajús, el Tesón Aragonés, de Pedro Legaz, el Boletín del Círculo de Estudios Obreros, de Fuenclara, que estaba representado por Mariano de Pano, y el Boletín de la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales, representado por el P. Longinos Navas. De la región no faltaron El Amigo del pueblo, de Román Cisneros, editado en Tarazona, El Cruzado Aragonés, de Barbastro, representado también por Mariano de Pano, los oscenses Ecos de Monte-Aragón, de Antonio Marcellán Camo, y La Voz del Púlpito, de Domingo Torres, el bilbilitano El Regional, de Justo Navarro, y el caspolino La Sinceridad, de Luis Navarro Canales.
La Crónica de la Segunda Asamblea Nacional de la Buena Prensa, donde se recogen las intervenciones de los participantes, se editó en 1909 en los talleres de La Editorial, Coso 86 y San Miguel 12, a cargo de Mariano Escar, como puntualmente recoge Luis Serrano Pardo en su excelente libro dedicado al impresor zaragozano.
Bibliografía
Archivo Parroquial de Saviñán.
Cauce y Caudal, Saviñán, 1974-1978.
Eloy FERNÁNDEZ CLAMENTE y Carlos FORCADELL: Historia de la prensa aragonesa, Guara Editorial, Zaragoza, 1979.
Manuel JOVEN GASCÓN: Guía de Zaragoza para 1892 a 1893, La Derecha, Zaragoza, 1892. Debo esta información y la del Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza al profesor y buen amigo Mariano AMADA CINTO.
Luis SERRANO PARDO: Mariano Escar, Maestro en el Arte de Imprimir, Navarro & Navarro, Zaragoza, 2001.
De Cosas de mi pueblo, 2007
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