No estoy jodido ni tengo hambre de éxito,
estoy pensando en…, tirar la toalla no es la expresión,
nunca me rendiré si cambio de horizontes.
Sin preguntas ni presiones, respeto le pido al mundo.
Mañana hay huelga general.
Y para ayudar a los servicios mínimos
no responderé emails, no cantaré, no bajaré la basura,
no compraré la prensa, no escribiré en el viento,
no tomaré transportes públicos, no miraré la tele,
no hablaré por teléfono, no fregaré los platos, no usaré los cajeros,
no iré al cine (¡el cine!), ni a bares, ni al teatro…
Ni haré gazpacho, ni bricolage, me iré
mas no de viaje…
¡Porque la nueva ley de oKupación es una cabronada,
porque los sueldos son los más bajos de Europa,
y nuestras prestaciones a su altura,
porque todo lo mandan las audiencias (¡incluso la vida!),
y la extrema derecha gana votos en Euroshima,
porque manipulan la inmigración,
porque me tratan como si fuera tont@, cort@, burr@…
porque ya hace tiempo que nos están tocando
los ovarios del cielo,
me da gusto por un día… por un siglo…
aunque sólo sea por una eternidad…
tocarlos yo!
(¡olé, el pronombre débil!)
No soy una mujer (ya lo quisiera),
no lloro como una muñeca de trapo.
Expreso mi dolor honestamente.
No soy una tele, no estoy obligado a entretener,
ni a ser una pila ni un faro para el mundo.
Yo era un poeta y estoy en huelga indefinidamente.
Ángel Petisme (del libro Cuatro días de alquiler (ciberpoemas), Lola editorial, 2003
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