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Los judíos en la Valencia medieval
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JOSÉ VICENTE GÓMEZ BAYARRI. Académico de Número de la Real Academia de Cultura Valenciana | Las visitas guiadas que se programan para recorrer el urbanismo de ciertas villas y ciudades pueden ayudarnos a comprender mejor los barrios y las vicisitudes de dos minorías socio-religiosas que sufrieron los avatares de la política y la envidia social: fueron las minorías judaica y morisca.
En principio, el talante integrador del pueblo valenciano hizo que estas minorías religiosas formaran parte de la sociedad valenciana, sin grandes problemas si acataban las disposiciones, aunque sin tener representación oficial en el gobierno de municipios, ni en Cortes valencianas.
La antigua judería de Valencia constituyó un barrio que, en inicio, estuvo adosado a las murallas de la ciudad romana-visigoda, quedando posteriormente incluida dentro del recinto urbano conquistado por Jaime I en 1238. Donada esta demarcación territorial en 1244 a los judíos a raíz de la conquista, ocupaba, en un principio, el área de la parroquia de Santo Tomás, - ubicada, según el Marqués de Cruilles, entre las calles de Cabillers y Avellanas, números impares, junto al actual palacio arzobispal -, cuyos límites fueron rebasados en el siglo XIV, por el incremento de la población judía invadiendo las demarcaciones de San Andrés y San Esteban.
El latente antijudeísmo de la sociedad cristiana a finales del siglo XIV desembocó en altercados y violencia contra las principales juderías del Reino. Los asaltos y saqueos a las juderías del Reino, instados por los decretos antijudaicos de 1391, hizo que se disgregaran las aljamas de Castellón de la Plana, Borriana, Liria, Chelva, y Ademuz. Lo mismo sucedió con las de Alzira, Xátiva, Gandía, Bocairente, Alicante, etc., lo que mermó considerablemente los ingresos y tributos a la Corona. De las principales juderías, sólo la de Morvedre se libró del avasallamiento y no padeció las consecuencias de los asaltos.
En las Cortes valencianas de 1401/1403 convocadas por Martín I el Humano se aprobaron fueros relativos a los judíos y se ordena que "Iuheu alcu o iuhia del regne de Valencia no puxe star o habitar en la ciutat de Valencia. E si alcu per actes o affers de mercaderia (...) entrara en la dita ciutat (...) no puxa posar o habitar en alcuna partida de les parroquies de Sent Thomas, Sent Andre o Sent Steve, ans haja a posar fora los limits de les tres parroquies (...)", incluso se establece que debían llevar el distintivo característico de esta minoría en el pecho: "una roda de drap, la meytat vermella e laltra meytat groga".
En 1412 el infante don Fernando de Antequera había promulgado en Valladolid el "Ordenamiento sobre el ençerramiento de los judíos e de los moros", y en 1414, siendo ya rey de la Corona de Aragón publica el mismo ordenamiento, con ámbito de aplicación a sus dominios, lo que significaba restringir las antiguas libertades que gozaba la comunidad judía en el Reino de Valencia. Dicho monarca instó a los judíos a que asistieran a las predicaciones del pare Vicent Ferrer.
Entre 1413 y 1414 tuvo lugar en Tortosa-Sant Mateu las disputas o controversias judeo-cristianas que concluirían con la lectura del texto de la Bula "Etsi doctoris Gentium" del papa aragonés Benedicto XIII -Papa Luna- que fue publicada en 1415 en Valencia.
El acceso al trono en 1416 de Alfonso el Magnánimo significó un cambio radical en la política antijudaica. Se crea un clima social más estable y la minoría judaica vivió años de tranquilidad y convivencia con los cristianos.
Los judíos pagaron su protección, a lo largo del siglo XV, con fuertes aportaciones económicas e impuestos que ingresaba la Corona. Algunos de ellos llegaron a convertirse en verdaderos banqueros del Rey.
Los decretos antijudaicos de 1391 y los asaltos a las aljamas no sólo afectaron a los hebreos sino también a los conversos o cristianos nuevos. Estos conversos constituyeron un sector de la sociedad valenciana que irrumpió con fuerza merced al comercio que desarrollaron y a que fueron hábiles y activos hombres de negocios.
La actitud de la Inquisición y el decreto de expulsión de judíos de 1492 redujeron este contingente de población.
Tres famosas familias valencianas de conversos vivieron a finales del siglo XV y principio del XVI. La de los Vives, familia judaizante y conversa de mercaderes de paños, que padeció procesos inquisitoriales. Uno de sus descendientes fue el humanista universal Juan Luis Vives March. La familia de Luis de Santángel, banquero de los Reyes Católicos y que contribuyó a sufragar gastos del descubrimiento de América por Cristóbal Colón. La familia del médico-poeta Luis Alcañiz que participó en el Certamen Literario de "Les trobes en lahors de la Verge María (1474) y ocupó la primera cátedra de Medicina y Cirugía del Estudi General de Valencia.
Las Provincias (23-9-2009)
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