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Ángel Petisme: 'El tranvía verde me la piden fuera de Aragón en los conciertos siempre'
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Ángel Petisme celebra los 25 años de su disco más conocido: 'Cierzo' (Foto: Toni Galán)
ANTÓN CASTRO | El poeta, compositor y cantante vuelve a editar, 25 años después, el disco 'Cierzo', le añade cinco canciones y ofrece un concierto en Arbolé
'Cierzo' fue un punto de inflexión en su carrera. Venía de dos discos poderosos y modernos como 'Turistas en el paraíso' y 'El Singapur', y aquí se volcaba hacia Aragón, su memoria… ¿Qué se le pasó por la cabeza en el aquel momento? Vuelve a sacar el álbum con cinco canciones más.
Ha pasado tiempo. No recuerdo con detalle. Lo cierto es que no soy un creador de mapa y tiralíneas, funciono más a pulmón o con una brújula muy emocional. Así que me pondría a escribir y conforme nacían las canciones, percibiría que tiraban de mis raíces y orígenes. Eso tampoco es nuevo en mí porque empecé a escribir canciones con catorce años, en cuanto aprendí cuatro acordes a la guitarra, y le puse música a poemas de Anchel Conte y Francho Nagore en aragonés. Recuerdo un tema a los Monegros, que sería por la influencia labordetiana y de los cantautores que nos ponían los escolapios en el internado, antes de apagar las luces. Curiosamente en 'Turistas en el paraíso' de 1992, hay dos canciones muy aragonesas y paisajistas: 'Trae contigo la lluvia' y 'Belchite'. Se dice que cuando andas perdido o desnortado, lo primero que piensas es en el camino a casa y el vientre materno.
Había una recuperación de espacios, 'Donde muere la carretera' o 'El Oasis', muy distintos y complementarios. ¿Querías evocar, transmitir recuerdos, fijar instantes, apresar sensaciones?
Quizás la única manera que nos otorga la memoria de rescatar el tiempo y rejuvenecer, sea pensar en dónde estabas ese día o esos años. El poder de evocación y la rapidez de conexión de la palabra convertida en música es alucinante. Si escribes sobre tu infancia en el pueblo con los abuelos, ya has regresado y la estás volviendo a vivir. Y ese lugar despoblado, aunque hables del Bombero Torero o las Gaseosas El Tigre, es ya cualquier pueblo del Universo. Y sucede al contrario, que si hablo de la necedad de la vida o del hombre más rico del cementerio, aunque no lo nombre, seguro que cuando la compuse estaba pensando en Torrero. Creo que casi todas mis canciones son intentos de capturar instantes mágicos de la vida, a veces muy plásticos, como cuando estás esperando a que cambie el semáforo para cruzar la calle.
¿Qué significó para usted el Oasis y su mundo?
Yo tendría dieciséis cuando me junté con toda la bohemia zaragozana en lugares como el Bonanza y algunas noches acabábamos en el Ambigú del Oasis. Por ejemplo, el 23-F nos pilló allí a punto de presentar el libro 'Vida ávida' de Ángel Guinda con Juan Diego, el actor, y la cantante Rosa León. El ambiente para un adolescente que acababa de dejar el seminario era fascinante y muy divertido, claro. Todas las personas que me rodeaban eran diez años mayor que yo, así que maduré y aprendí a vivir con ellos. Recuerdo que tuve un primer amor durante el seminario y luego, años más tarde, un día que fui a Zaragoza la vi en un cartel y era La Cuca, una vedette del Oasis.
En el disco, hay un tema que se convirtió en un himno. 'El tranvía verde'. Es como el canto de la tribu. ¿Qué buscaba, cree que sigue siendo su canción más popular?
Bueno, esa canción nació en la terraza de un hostal de Oporto en 1996. Por esa época tocaba una guitarra que tenía en Costa da Morte, en Laxe, y en verano nos bajábamos a Portugal. Debí oír los tranvías y aquel ruido se me llevó a los de mi infancia en Zaragoza y en concreto al de la Academia, que era el que cogía para subir al Colegio Cristo Rey. Entonces eran verdes y crema los tranvías de Zaragoza. Me debió de dar un golpe de cierzo y nostalgia (saudade la llaman) y salió casi de tirón la música y algunos nombres. Luego en Madrid ya completé la letra que parece un viejo listín telefónico. Así tarde yo años en aprendérmela, ja,ja,ja. El otro día un amigo en Barcelona me dijo que sólo a un emigrante y un hijo de la diáspora, se le podía ocurrir esa idea de subir a todas y todos los aragoneses de la historia para regresar al hogar.
Estos días salió en las plataformas de música en 'streaming' la nueva versión del Tranvía verde y se convirtió durante una semana en las más escuchada. Debió entrar en alguna playlist porque el algoritmo se equivocó y lo confundiría con el Submarino amarillo o el Tractor amarillo, y la lió. Es tan pegadiza como un chicle que se te pega en el zapato y no hay forma de quitárselo. Me la piden fuera de Aragón en los conciertos siempre. Algo tendrá la pobre.
Había varios dramas. Entre ellos, 'Golpes de mar', tan conmovedor y familiar. ¿Cómo penetra la realidad y la invención en el disco?
No sé si tengo mucha capacidad para la ficción. Todas mis canciones están basadas en hechos reales como se dice en las pelis. O me han sucedido a mí o una frase en una conversación, noticia leída en un periódico las ha provocado. En concreto 'Golpes de mar', primero fue poema largo y se publicó en 'Constelaciones al abrir la nevera' y después nació la canción. Narra la muerte de mi cuñada que falleció con apenas cuarenta años a consecuencia del SIDA. 'Julieta' es la historia real de una chavala joven italiana que cuando conoció que su novio iba a morir también infectado por SIDA, decide inyectarse por amor, la sangre de su chico que se ha cortado accidentalmente con un cuchillo. ¿La vida imita al arte como decía Oscar Wilde o es al contrario? Me gusta lo que escribe Mike Colter: Creo que cuando la gente habla de arte que imita la vida, estás en tiempo real.
También están el amor, el sexo, el canto a la vida, la magia de vivir y de existir. ¿Son esos los puntales de su existencia y de su inspiración?
Si no son esos los de cualquier ser humano, apaga y vámonos. Por supuesto, el amor y el coraje de vivir y resistir frente a los golpes, son puntos cardinales en mis canciones. Fíjate, me puse a seleccionar entre 190 canciones que tengo grabadas, el repertorio de la gira de este disco que comenzamos el día 21 de octubre en Zaragoza en Teatro Arbolé, y descarté cuatro canciones, digamos sociales o comprometidas. Lo que me quedó sólo eran temas de amor. Nunca he entendido porque se me considera un cantautor tan comprometido si escribo sólo sobre el amor. Como si fuera poco, como si el amor a todo lo que te rodea, la naturaleza, el planeta, los seres que lo habitan y que sólo nos diferenciamos por nuestros nombres, no fuesen razones suficientes por las que vale la pena luchar.
Un cuarto de siglo después, vuelve a grabar varios temas del álbum. Con otros músicos, con otras voces -Luisa Gavasa, por ejemplo- y con algunos temas nuevos. ¿Qué diferencias habría con la grabación anterior?
Decidí revisitar de nuevo 'El Tranvía verde' y 'Donde muere la carretera'. Se nos fue el gran Paco Rabal, aragonés de adopción por derecho, y también Asunción Balaguer que grabó conmigo en 2015 en el disco 'Barrioandante', el poema 'Apología y petición' de Jaime Gil de Biedma ('Pido que España expulse a esos demonios / que la pobreza suba hasta el gobierno/ que sea el hombre el dueño de su Historia'). Así que llamé a Luisa que es buena amiga y la decana de las actrices aragonesas. El viejo tranvía verde estaba lleno de hombres e hicimos justicia con algunas de las grandes aragonesas del arte, la medicina, la poesía, que se me habían escapado del foco. El equipo de músicos de estudio para esta vez, era de igual confianza que con Josu García que me acompañaba desde 1994 en que nos conocimos. Santi Comet y Carlos Gamón debutaron como músicos profesionales conmigo haciendo la gira de 'Cierzo' y ya grabaron en 'Buñuel del desierto'. También están Nico Nieto, guitarrista extraordinario, y Laura Gómez Palma que ya grabó 'El ministerio de la felicidad' y es poeta excelente.
¿Nota que ha cambiado la sociedad con respecto a la que hace 25 años recibió su música?
El mundo ha cambiado mucho y con él su banda sonora. Precisamente el otro día, conocí a un señor de 74 años, criado en la Unión Soviética, hijo de exiliados de la guerra, que me comentó que al llegar a España en 1995, no entendía cómo la música estaba tan vacía de mensajes.
Defínanos los 'bonus tracks', por decirlo así…
Quería incorporar piezas inéditas pero de entonces. Fácil porque siempre varias se quedan fuera de cada disco. En este caso 'Otro Aragón" ya llevaba ritmo ternario de jota pero electrónica en mi maqueta original. Habla de un Aragón que todos querríamos, con menos macrogranjas, vertidos en los ríos, más infraestructuras, educación, sanidad en las zonas despobladas, y sobre todo autoestima. Pero ¡ojo, está escrita hace 25 años, no ahora! Luego 'Te quiero que pa qué' era una canción que habíamos rechazado en varios discos. Perdona por parecer poco propia de un poeta profundo como yo, jajaja, porque es una canción de amor directa y sencilla. Así que ahora me he vengado de aquellos prejuicios. Es una expresión muy aragonesa y rotunda de nuestra manera de expresar el amor. El 't´estim molt' catalán se me queda elegante pero frío. Y finalmente, el poema 'Blow´in in the cierzo' que aparecía en los poemas del libro disco lo grabó el gran Josep María Pou que es muy fan de mi poesía. Curiosamente 'El desierto avanza', el título de esos 25 poemas que ilustraban los cuadros de Ignacio Fortún, será el de un libro con toda mi poesía aragonesa que publicará muy pronto la editorial Los Libros de Gato Negro.
¿Podría ser que con este disco rebajara su apuesta por el rock and roll?
Rock and roll, en sentido estricto, lo hacía en los ochenta en Madrid con Petisme y Los Sin Techo que éramos un cuarteto bastante salvaje y eléctrico con Javier Vargas en las guitarras. 'Cierzo' no era un disco de rock and roll, así que no tocaba que 'Cierzo 25 aniversario' lo fuese. Es más pop porque Santi Comet lo es.
Se ha estrenado el documental sobre Labordeta. ¿Qué le debe, en qué medida le marcó?
Nos conocimos personalmente en 1990, en un programa de radio en Onda Cero de Aragón donde me entrevistó. Yo andaba de promoción de mi primer disco 'La habitación salvaje' y a él le encantaba el tema 'Hola, Noé'. Después fue quien me apadrinó con su casa de discos, Fonomusic, igual que a los Ixo Rai. Me invitó a cantar en todos los mítines de cierre de campaña de Chunta en que se presentó y coincidimos en muchos conciertos de solidaridad por España. También hicimos varios a trío, con Joaquín Carbonell para los San Jorge. Me presentó varios libros y escribió textos que le pedí. En RTVE me entrevistó para un programa 'Poetas fin de siglo' que dirigía Félix Romeo. Un técnico de sonido quisquilloso no paraba de interrumpir la grabación porque decía que me sonaban las tripas. "¡Cómo no le van a sonar las tripas al chaval si nos tenéis desde hace cuatro horas sin un mísero bocata!", soltó. En Madrid, llamaban al timbre de mi casa en Lavapiés y eran Félix y el Abuelo y nos íbamos a dar un voltio o a alguna presentación. En 2004, presentó junto a los reporteros de guerra de Iraq mi libro 'El cielo de Bagdad', que publicó Xordica. Así que le debo mucho y me siento humilde heredero de su legado, así como del de su hermano Miguel que fue mi poeta de adolescencia.
Lleva más de 40 años en el mundo de la música. Ha cantado en muchos lugares del mundo. ¿Cómo valora su carrera, ha logrado lo que quería?
Yo lo que quería desde los doce años era dedicarme a hacer lo que me gustaba: escribir, tocar la guitarra, viajar y gozar. Y lo he logrado con creces. He sido muy bien amado y he amado mucho. He cantado en pueblos, ciudades y desiertos de Asia, África y Latinoamérica donde ninguna estrella mediática ha llegado. Así que no tengo derecho a quejarme de lo que yo mismo elegí. El éxito verdadero es íntimo y secreto, decía Einstein. Es igual de hermoso cantar o escribir para 10 que para 10.000 personas. Lo que importa es lo que necesitan de ti esas personas porque no somos lo que vendemos sino lo que regalamos. Ahora mismo, con sesenta y un años, estoy tranquilo, pleno y no me debo a lo que piensan o esperan los demás de mí. Sigo riendo y apurando cada gota de vida y no pido perdón a nadie por mi felicidad y mi sonrisa.
¿Qué es un poeta que canta o un cantante que escribe poemas?
No tiene ningún misterio. Un poeta que escribe libros y un autor que graba discos y hace conciertos. ¿Se puede ser buen futbolista y cocinero o buen periodista y novelista? Desde siglos ha habido juglares y trovadores en todas las civilizaciones, griots en África, contadores de historias para que no cayeran en el olvido. En el siglo XX y XXI la tradición continuó con Nick Drake, Patti Smith, Leonard Cohen, Bob Dylan, Nick Cave o los propios Aute y Labordeta.
Ofrece un concierto el viernes día 21 en Teatro Arbolé, ¿qué vamos a ver y oír?
Será un día de estreno porque la banda zaragozana es nueva. Aragoneses como el guitarrista Julio Calvo y el bajista Beto Foronda, además de la cubana Maribel Visel y el batería argentino José Antonio López me acompañan. Juntos ofreceremos con la gran familia de Teatro Arbolé, la mejor fiesta, el mayor grito por la paz, la música y la convivencia.
Heraldo de Aragón (20-10-2022)
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