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| La Purísima y La Dolorosa
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En un protocolo del notario de Saviñán, José González, fechado en 1671, Miguel García Guerrero, notario y familiar del Santo Oficio de Saviñán, vendía un censo a Pedro del Monte, infanzón de Zaragoza. Miguel García Guerrero obtendrá los grados de Bachiller y de Licenciado de Artes en la Universidad de Sigüenza. En la Universidad de Zaragoza había estudiado los cuatro cursos de Teología necesarios para graduarse Bachiller, cuyo grado aprobó en el aula magna de la Universidad de Toledo, el 27 de septiembre de 1680. En este mismo año hizo su Tentativa en Teología, en 1681 el primero y el segundo principio en Teología y en 1682 el tercer principio en Teología.
En el Archivo Parroquial encontramos el fallecimiento de un Miguel García Guerrero el 22 de abril de 1682, a los ochenta y dos años. Se enterró en la cisterna del Capítulo, dejando 150 escudos a disposición de sus ejecutores, que fueron: mosén Jacinto Lucate, mosén José Tomás Villalba Guillén, comisario del Santo Oficio, el doctor mosén Miguel García, su sobrino, y su hermano Francisco García.
Francisco García Guerrero (h1616-1711) casó con María Crespo (+1701), siendo padres de Francisco y de mosén Miguel, que aparece en el testamento de su tío y pensamos que, con sus mismos apellidos, es quien se doctora en Teología. Francisco García Crespo (h1653-1723) casará en 1678 con María Aro Maluenda. De este primer matrimonio tuvo al menos una hija, Ana García Aro (1683), quien casó en 1715 con el viudo Lucas Maestro (h1672-1722), volviendo a contraer matrimonio en 1727con el también viudo Antonio Gumiel.
Francisco García Crespo casó en segundas nupcias con Magdalena de Val y Calvete (h1670-1737), de familia infanzona de Jaulín. Su hermana Catalina de Val y Calvete (1657-1719), había casado con el también infanzón de Saviñán, Francisco Gracián Garcés (1651-1706), en 1683 en Jaulín. Francisco y Magdalena tuvieron varios hijos: mosén Francisco Manuel (1696-1752), mosén Pedro (1698), Francisco (1700-1772), Miguel (1701-1777) y Bartolomé (1707).
Francisco García y Magdalena de Val fundaron una capellanía en la parroquial de San Pedro de Saviñán, en el altar y capilla de de la Purísima Concepción, el 3 de marzo de 1720, ante el notario de Brea, Pedro Vicente Gascón. Como primer vicario nombraban a su hijo Francisco Manuel y en vacante a sus otros hijos, Pedro, Francisco, Miguel, Bartolomé y Rosa.
Para ello dejaban algunos bienes: Unas casas con bodegas, corrales y amplios contiguos, situados en la calle Mayor, que confrontaban con casas de la capellanía del comisario Villalba y casas de Antonio Joven. Una huerta contigua a la casa, con maestras de aceite y graneros, situada en el Camarés, de dos hanegadas, confrontante con el huerto de la capellanía de Pedro Bueso y calle que iba al Calvario. Y un olivar en el Campillo de cinco hanegadas, confrontante con olivar de los herederos de Francisco García, olivar de los herederos de Luis de Luna, que poseían con carta de gracia los religiosos de la Compañía de Jesús de Calatayud, y camino de Zaragoza.
Mosén Francisco Manuel García aumentó la congrua de esta capellanía con una huerta cerrada y arbolada situada en la Torca, de ocho hanegadas de tierra, que confrontaba con acequia de riego, huerto de los herederos de Luis de Luna, huertos de Antonio Caballero, huerto de Miguel Joven y camino real a Sestrica.
Mosén Francisco Manuel renunció a esta capellanía en 1723 ante el obispo de Tarazona, siendo nombrado nuevo capellán su hermano mosén Pedro García. El 7 de noviembre de 1721, mosén Francisco Manuel García había tomado posesión de una de las dos capellanías que había fundado mosén Antón Villalba, en el altar de San Antonio Abad de la parroquial de Saviñán. Había sido nombrado por los patronos de esta capellanía, Francisco García y Bernardo Gracián, alcaldes de Saviñán, al estar vacante por fallecimiento de mosén Roque de Olvés, el 16 de abril de 1721. La otra capellanía la disfrutaba mosén Antonio Gumiel, por nombramiento hecho por Pedro Gracián y Juan Benedid, alcaldes, el 31 de julio de 1710.
El 13 de septiembre de 1723 el licenciado Pedro García tomó posesión de esta capellanía familiar. En 1739, mosén Pedro García, entonces vicario de Grisén, elevó una queja a la Real Audiencia de Aragón, porque querían molestarle en el uso y posesión de los bienes de esta capellanía, siendo confirmados sus derechos. Posiblemente, por fallecimiento o renuncia de mosén Pedro García, entró a gozar esta capellanía su hermano Francisco García, que había casado en 1735 con Teresa Carnicer Pamplona. Al fallecimiento de Francisco en 1772, la capellanía pasó a su hermano Miguel García (1701-1777), que había casado en 1729 con Manuela Villanueva Lafuente (1699-1756).
La familia García había extraviado el documento original de la fundación de esta capellanía y en 1772 Manuel Pinilla, notario de Brea, tampoco encontró esta fundación entre los protocolos de su colega Pedro Vicente Gascón. Pero por suerte se encontró una copia en el Liber de Gestis Capituli, de la parroquia de San Pedro de Saviñán, que fue copiada por el notario de Morés, Manuel Enguid.
Todo hace suponer que esta capellanía, por fallecimiento de Miguel García en 1777, pasara a su hermano Bartolomé, que había casado en Grisén en 1741 con Ana Lambán Marín.
Francisco García Val y Teresa Carnicer Pamplona fueron padres de Pedro García Carnicer (h1741-1831), que casará con Eugenia Amesti Marco (h1738-1818), de Borja, siendo padres de Francisco, notario, y de Vicente (1769-1836), que casará en 1808 con su prima segunda Rosalía Gracián García (1780-1842). Su hija Pilar García Gracián (1810-1864) casó en 1833 con Julián Soriano González (h1817-1867), de Moros, siendo padres de dos hijas, Francisca y Leonor. Francisca (1837) casó en 1856 con Mariano Ozcoidi Galindo, de Monzón, y Leonor (1846-1898) casará en 1869 con José Lafuente Figueras (1831-1903), siendo padres de dos hijos: Miguel y Félix Lafuente Soriano.
Bartolomé García Val y Ana Lambán Marín serán padres de Damiana García Lambán (h1746-1786), que contraería matrimonio en 1769 con José Gracián Carrascón (1740-1818), siendo padres de Pedro (1771-1840), Juan (1773-1864), Francisca (1774) y Rosalía (1780-1842), que casará con su primo segundo Vicente García Amesti.
José Gracián Gasca cuenta en sus Notas para la historia de Saviñán que el altar de Nuestra Señora de la Soledad, de la parroquial de San Pedro de Saviñán, estaba entonces al cuidado de Francisca Soriano García. A su muerte, Diego Gracián Campos se hizo cargo de esta capilla. En la parroquia se conservaba también una custodia, que había sido donada por Ana María García en 1660. Actualmente esta imagen, llamada también la Dolorosa, corre al cuidado y devoción de Tere Olvés Franco, que mandó hacerle un manto nuevo en el año 2009.
José Gracián Gasca cuenta también en sus Notas que Pedro Martínez Asensio fue deán de la catedral de Teruel. Como era su voluntad levantar una capilla en la parroquial de Saviñán, su hermano José comenzó el tras-sagrario en su memoria, tras el fallecimiento de Pedro en 1687. Esta obra la concluiría su sobrino José Martínez Saldaña, por fallecimiento de su tío José en 1697. En él colocó un altar y retablo dedicado a San Miguel que servía, en tiempos de José Gracián, de altar a las Hijas de María. Al fundarse esta asociación, este altar fue sacado del tras-sagrario, colocándose a la derecha de la puerta de entrada a la Sala Capitular, en el lado de la capilla del Santo Cristo. José Gracián escribía que debió colocarse en este lugar hacia 1886, siendo párroco mosén Juan Antonio Bravo.
Al fallecer en 1947 Carmen Gracián Campos (1861-1947), viuda de Francisco Gil de la Corona, con el que había casado en 1885, la Asociación de Hijas de María mandó celebrar una misa de réquiem. Carmen Gracián había fundado en 1904 la Asociación de Hijas de María, regalando la imagen de la Purísima.
Pero debe tratarse de una refundación, pues en La Derecha de Zaragoza se informaba que el 7 de diciembre de 1885 había comenzado la fiesta religiosa de las Hijas de María, dedicada a la Purísima, cantando completas en la iglesia a cargo de la Capilla del Sepulcro de Calatayud. A las ocho de la tarde La Unión Bilbilitana había ofrecido una serenata a las señoritas Francisca y Juana Gracián Gasca, presidenta y vicepresidenta, respectivamente, de esta pía asociación, que agasajaron con pastas y licores. El día 8 hubo comunión para las asociadas, en una misa oficiada por mosén Juan Antonio Bravo. A las tres de la tarde tuvo lugar la procesión a los acordes de la Capilla del Sepulcro y de la Unión Bilbilitana. Luego se quemó una colección de fuegos artificiales con un baile público a cargo de La Unión Bilbilitana. A continuación se celebraron las fiestas de San Roque, que habían sido suspendidas a causa de la epidemia de cólera de aquel pasado verano.
La maestra nacional Paula Sardaña regaló a la Virgen un estandarte con armazón de metal, que le costó 1.500 pesetas, según una factura de Industrias y Almacenes Jorba. Se bendijo el 30 de noviembre de 1945.
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