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| San Roque y San Babil
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En la Consueta de 1600 de la parroquia de San Pedro de Saviñán, se dice que el día de San Roque, por voto del pueblo, se subía a la ermita de San Roque con todas las banderas y la peana de la reliquia. Allí se decía la misa cantada con sermón. Al término de ella, el que tenía el cargo de la limosna de San Roque, había dispuesto un cántaro de vino blanco, que se compraba con la limosna que se daba para la ermita. Una vez tocado el cántaro con la reliquia del santo, se repartía el vino entre los presentes. Nada se dice de la Cofradía de San Roque, aunque la devoción al Santo aumentaría como consecuencia de la terrible peste de 1563-1564. Desconocemos la incidencia que tuvo en Saviñán, pues el primer libro de difuntos da comienzo en 1566. En el prolijo sermón predicado por el coadjutor de la parroquia de Saviñán el 16 de agosto de 1922, Salvador Labastida, se afirmaba que en 1599 ya se encontraban manuscritas las Instituciones y Ordinaciones de la Cofradía y Hermandad del Señor San Roque, dictadas por Fr. Hiero de Silos, figurando en ellas 59 cofrades. Actualmente en el Archivo Parroquial de Saviñán sólo encontramos dos libros de la Cofradía de San Roque, uno que da comienzo en 1819 y otro más moderno que arranca en 1885 y llega con muchas lagunas hasta 1957. La única noticia cierta que tenemos de la Cofradía de San Roque es la que nos ofrece la visita pastoral del arcediano Miguel de Ortí el 12 de marzo de 1599, en la que pide que dentro de quince días se dieran las cuentas de dicha Cofradía, bajo pena de excomunión. Por tanto corresponderían a la fiesta de 1598. Las noticias más antiguas que encontramos en la parroquia son de la Cofradía del Rosario. En una hoja suelta hallada entre los folios del un libro parroquial se decía que el 16 de mayo de 1593, se nombraba prior de esta Cofradía a mosén Antón Villalba, vicario, y mayordomos a Juan López y a Alonso Terrer. El 25 de marzo de 1594 se elegía como prior al maestro Lorenzo Magallón, beneficiado, y mayordomos a Antón de la Raga y a Alonso Terrer. Y el mismo día de 1595 se volvía a elegir prior a mosén Lorenzo Magallón y mayordomos a Miguel Gascón y a Juan Pamplona.
En 1820 se unen la Cofradía de San Babil, festividad que no aparece en la Consueta de 1600, y la de San Roque, pasando a regirse por unas mismas Constituciones. Así el 28 de mayo de 1820, con aviso del muñidor José Asensio, varios cofrades de San Babil se reúnen en casa de Pedro Gracián, su actual prior. Allí dan cuenta que la Cofradía de San Roque se hallaba "decayda notablemente", pues algunos años no había prior ni mayordomos que "solemnizasen la fiesta de Yglesia", siendo la causa principal los numerosos gastos que ocasionaban los actos profanos, con toros incluidos. Para perpetuar el culto y la veneración al Patrón del pueblo, se acuerda la unión de las dos Cofradías en una sola Hermandad. Sin embargo se nombrarían dos priores, uno para San Babil y otro para San Roque. El prior de San Roque debía dar a su costa el hospedaje y el alimento al predicador. Sólo se permitiría, como fiesta profana, el gasto del trabuquero y del gaitero. Si alguno de los cofrades quisiera hacer más fiesta profana o popular, sería siempre por su cuenta. Como Pedro Gracián era prior para San Babil para 1820, es elegido también prior para la Cofradía de San Roque.
Pedro Gracián, como prior de San Babil, había presentado las cuentas el 25 de enero de 1820. En ellas se consignaba lo gastado en las completas del santo, misa de la fiesta y de almas, procesión, organista, sacristán, muñidor y dos sermones. Se dijeron por los hermanos vivos y difuntos veinte misas. Se compraron doce libras de cera para los entierros de los cofrades y para las fiestas, gratificándose a los que llevaran la peana el día del Corpus. Pedro Gracián, como prior de San Roque de 1820, dio las cuentas el 24 de agosto. En ellas se consigna lo gastado en la misa de almas con rosario, además de lo asignado al sacristán, a los que llevaron la peana, al predicador y lo gastado en la pólvora. Al muñidor, José Asensio, se le entregaron 12 reales de vellón en premio a su trabajo, pues ahora tenía doble, y al trabuquero, Vicente Aznar, 16 reales de vellón, por tirar la pólvora, admitiendo a este último en la Hermandad con la obligación de tirar la pólvora en las fiestas. Los gastos se repartieron entre los 74 hermanos cofrades, incluidas las viudas, que pagaban mitad de cuota, a razón de cuatro reales de vellón. En 1823 se dieron quince furos al gaitero Diego Serrano, de Tabuenca, para las fiestas de San Babil, San Roque y el Corpus "por su vida", aceptando las dos partes esta contrata.
En la visita pastoral, efectuada el 27 de mayo de 1826, se aprobaba todo el libro de cuentas y se exhortaba "que en lo sucesivo continúen con la misma exactitud, celo y claridad, aumentando siempre si es posible el culto y devoción a los santos de su respectiva invocación, y particularmente encargamos que no se hagan gastos profanos como así lo tienen resuelto ambas Cofradías, cuya resolución nos ha sido del mayor agrado".
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