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Una torre singular
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RODOLFO LACAL | A la hora de apreciar la importancia del patrimonio monumental se considera no solo su relevancia histórica sino también, curiosamente, defectos o fallos que los diferencian de construcciones similares.
Seguro que quienes decidieron desmantelar la iglesia mudéjar de Bubierca en 1964 no tuvieron en cuenta tales detalles que, como en la torre de Pisa, los convierten en atracción para turistas y estudiosos.
¿Por què estoy soltando este rollo? Pues porque ya en el siglo XIX se citaba una particularidad de nuestra iglesia que tenían pocas otras. Leed lo que publicó El Siglo Ilustrado del 22 de marzo de 1868 (casi un siglo antes de la demolición de nuestra iglesia) y lo veréis:
LA TORRE NUEVA DE ZARAGOZA
La Torre nueva de Zaragoza comenzó a edificarse en 1504, y no quedó terminada hasta 1515. Por la inclinación que en ella se advierte desde luego, y que es por cierto sorprendente, recuerda las torres de Pisa y de Bolonia.
Cuando se concluyeron las obras, se establecieron vigilantes para que observaran, como lo hicieron, hasta que se produjo el resentimiento que experimentó la torre, y fue causa de la inclinación que hoy tiene.
El basamento, construido todo él de piedra de sillería, se conserva perfectamente a plomo; la parte superior, toda hecha de ladrillos, es la que sufrió el aplastamiento por el lado que hace frente a la calle, y esto originó el que la torre se inclinase hacia adelante. El aplastamiento de los ladrillos es muy visible; pues por algunos sitios se nota que ha quedado reducido su espesor a la mitad del que tienen los otros.
A pesar de esto, no es de temer que dicha torre pueda caerse, porque se resintió a poco de concluida, y después no ha vuelto a experimentar cambio alguno. Hasta el punto de haberse observado que durante el sitio de 1809 reventó una bomba en la cúpula de dicha torre, y esto no obstante, no sufrió la obra alteración. La calidad del ladrillo fue sin duda la causa de aquel suceso.
Las torres de Ateca, Bribiesca y Calatayud, también en territorio de Aragón, están asimismo inclinadas.
Está muy claro, al decir que todas esas torres están en Aragón, que ese Bribiesca no es la localidad burgalesa con ese nombre, sino Bubierca. Además, que yo sepa (que sé poco de arte), el mudéjar no llegó a Burgos.
La torre nueva de Zaragoza fue demolida en 1892. Duró menos que la nuestra e intuyo que en esos tiempos la tecnología de obras públicas no permitía mantenerla en pie sin riesgo de que se cayera. Pero la de Bubierca, demolida como he dicho en 1964, me parece a mi que se podría haber preservado. Misterios tiene la iglesia... Quizás si se hubiera tenido más visión de futuro, hoy nuestra recordada iglesia podría ser, con su torre inclinada, una atracción turística, quien sabe.
Ah, se me olvidaba; su inclinación no era lo único singular de nuestra torre. Al parecer la forma de sus ventanas y cierto enladrillado la convertían en obra de mucho interés dentro del mudéjar. Eso ya lo contaré dentro de poco en otra sección.
Bubierca (21-9-2012)
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