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La mejor vitrina para el humor aragonés
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JOSÉ LUIS MELERO | En junio de 1924 el Ayuntamiento de Calatayud que presidía Antonio Bardagí publicó las bases de un certamen literario organizado con el nombre de 'Fiesta-Homenaje a la Mujer Bilbilitana', que se celebraría durante las fiestas de septiembre. Quería aquel certamen desagraviar a la mujer de Calatayud -y por extensión a la mujer aragonesa- por la falsa leyenda creada a raíz de la conocida copla:
Si vas a Calatayud
pregunta por La Dolores…
Solo había que escribir un cantar de cuatro versos que desvirtuase la copla infame. El premio era extraordinario para la época: nada más y nada menos que mil pesetas de las de entonces que sería costeadas a medias por el Ayuntamiento de Calatayud y por Torcuato Luca de Tena, pues el periódico 'ABC' estaba también detrás de la iniciativa.
Se nombró presidente del jurado al escritor costumbrista Gregorio García-Arista y Rivera, que había sido discípulo, y posteriormente auxiliar, de Marcelino Menéndez y Pelayo, pertenecía al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos y estaba destinado en la Biblioteca Universitaria de Zaragoza.
García-Arista, que había cultivado la copla aragonesa o 'cantica' -como a él le gustaba llamarla-, a la que dedicó unas conocidísimas 'Cantas baturras' en 1901, era sordo como una tapia. Pues bien, al certamen concurrió José Luis Galbe Loshuertos, el amigo zaragozano del escritor cubano José María Chacón y Calvo, que acabaría de fiscal del Tribunal Supremo durante la República y que se exiliarías tras la guerra civil, con la siguiente copla:
Le preguntaron a Arista
por la moza calumniada
y él dijo que no sabía,
que no había oído nada.
El humor, siempre el humor presente en las cantas aragonesas, hasta para reírse del presidente del jurado del premio al que se concursa.
Ya desde el comienzo, desde el 'Cancionero' de Alvira, de 1895:
Por laminero quedó
calvo, cojo y horroroso
y las mozas le decían:
¡no haber sido tan goloso!
Estas coplas humorísticas las han grabado los más grandes cantadores desde Miguel de Asso:
Desde el 'tejao' a la calle
un albañil fue a parar.
Aún viviría a estas horas
si no se llega a matar.
hasta José Iranzo:
Te acuerdas maña,
te acuerdas,
del día que nos casamos
que se nos rompió la cama
y a poco nos desnucamos.
Y es imposible entender la jota aragonesa sin el humor, ese humor tan nuestro, somarda y socarrón, a veces de tinte surrealista, como en la copla que cantaba Lamberto Funes, el ciego de Mainar:
Cuando se murió el tío Paco
dijo la señá María:
pobrecico el tío Jenaro,
¡qué melonar que tenía!
Y a veces con el gusto por la pepada taustana o el Perogrullo, como en la conocida:
Cuando se murió mi madre
dijo una verdad mi agüela:
si este chico tiene suerte
vivirá hasta que se muera.
O en la de Emilio Ester Rubira,
Las escaleras de casa
ahora acabo de contar
hay cincuenta pa subir
y cincuenta pa bajar.
En la de García-Arista:
Todos los días del año
te de echar un cantarcito
y al fin del año serán
trescientos sesenta y cinco.
O en la inolvidable que grabó José Oto:
El día que yo nací
acababa de nacer
y a los quince días justos
ya tenía medio mes.
Si hacemos un breve repaso de los escritores de cantas que han dedicado al humor algunos de sus mejores afanes, veremos que Alberto Casañal (San Roque, Cádiz, 1875 - Zaragoza, 1940) publicó uno de los más antiguos cancioneros, 'Cantares baturros', en 1899.
Casañal, catedrático de la Escuela Industrial de Zaragoza, tuvo un gran éxito entre sus conciudadanos, que le regalaron la que desde entonces fue conocida como 'Casa del Poeta' en el Paseo de Ruiseñores.
En 'Cantares baturros', Casañal publicó coplas como éstas:
He 'pasao' catorce meses
festejando con Pilar.
El que se case con ella
buen chasco se va a llevar.
O…
Dile de mi parte al curo
que me dé por 'confesao',
que lo que este año he de 'icirle'
ya se lo dije el pasao.
En colaboración con el bilbilitano Sixto Celorrio publicó en 1912 'Jotas: cantares aragoneses', con prólogo de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, en el que pueden leerse estas coplas:
Si hay concurso de ganao
no se te ocurra ir a verlo
porque 'puen' equivocarse
y concederte algún premio.
Nuestro pueblo entre unos y otros
lo están echando a perder.
Y han puesto luz 'electrica'
y pronto traerán el tren.
El propio Sixto Celorrio, que llegó a ser senador por Zaragoza y presidente de la Diputación Provincial, había publicado ya en 1901 'Paella aragonesa: colección de cantares, cuentos baturros y composiciones festivas', con un prólogo de Eusebio Blasco y coplas como éstas:
Quince años de relaciones
y ya quiés que nos casemos.
No seas tan exigente
que estas cosas quieren tiempo.
Si no me caso con ti
juro, por lo que más quiero,
que, o me casaré con otra,
o me quedaré soltero.
Y también de 1901, eran, como hemos visto, las 'Cantas baturras' de Gregorio García-Arista, entre las que encontramos coplas como esta:
Hoy me ha dicho ella que sí
y alpargatas hoy estreno.
¿A ver que me dura más,
si la novia o el calcero.
Tomás Iriarte Reinoso (Zaragoza, 1887 - Madrid, 1954) escribió coplas de humor en 'A orillas del Ebro. Cantos aragoneses' (1908)s, en colaboración con Jorge Roqués González. También en 'De mi cosecha. Cantares baturros' (1921) y en 'Más jotas. Cantares aragoneses. Cantares baturros' (1930).
Ambrosio Ruste y Emilio Ester Rubira publicaron 'Del Moncayo al Pirineo. Cantares' en 1917, y el mismo Ruste publicó también '150 coplas baturras' (1950).
José Iruela dio a las prensas 'Coplas aragonesas' en 1921, uno de los mejores repertorios de cantas de humor:
Una advertencia he de hacer
a quien me quiera obsequiar:
que a mí no me gusta el vino…
en pequeña cantidad.
Tiene el mosén de mi pueblo
unas ideas muy raras,
no quieren que a su sobrina
vaya nadie a festejala.
Un baturro que era rico
se puso a estudiar francés,
y siempre decía 'maño'
en vez de decir 'mesié'.
El toque de generala
es una barbaridad.
Yo suprimiría el toque
si me hicieran general.
En plena luna de miel
mi prima Rosa enviudó.
Vaya una mujer con suerte,
solo lo bueno probó.
Mi abuelo fue un gran borracho
y mi padre aún lo fue más
y yo a toda la familia
la dejo bastante atrás.
La mayor pena que un hombre
puede en el mundo tener
es la de que quede viuda
su pobrecica mujer.
Luis Sanz Ferrer tiene también alguna buena copla humorística en 'Cantas y… Cantos' (1923):
¡Que borrachera he cogido!
¡Esta sí que es borrachera!
¡Qué ufana se va a poner
mi novia cuando me vea!
Mi suegra se ha quedao tuerta,
la cosa no marcha mal;
¡ya le queda solamente
un ojico que cerrar!
No eres luna, ni eres sol,
ni estrellica, ni lucero…
eres Jacinta Rodríguez,
la sobrina del barbero.
Otros cancioneros en los que encontraremos coplas de humor son los de Ángel Abad Tárdez, Fernando Soteras 'Mefisto', Ruperto Aznar Sanz -'Al pie del Moncayo. Coplas baturras' (1926) y 'Flores que brotan del campo. Coplas baturras (1929)-, y el bilbilitano Francisco Lafuente Zabalo (Aliaguicas en flor. Cantares aragoneses y romances baturros' , de 1931), en el que destacan estas letras:
Llevaron a un baturrito
una noche a un cabaré,
y al salir, dijo riendo:
¡Qué rico estaba el café!
Es tan cumplida mi novia,
que si le hablan tres o cuatro
les dirá a todos que sí
por no darles un mal rato.
De Lafuente es también la conocida:
Aunque tu padre es sereno
no lo puede remediar,
en cuanto nos ve juntitos…
pierde la serenidad.
Gonzalo Quintilla ('Llevé al chico a Zaragoza/pa que eligiera un oficio/y ninguno le gustaba/hasta que vio al arzobispo'), Jorge Roqués y Cristóbal Casañal son también autores de coplas de humor. De éste último es la divertida:
Si quieres que nos casemos
a de ser a condición
'qu´hi' de seguir con la novia
que tengo en Bujaraloz.
Entre los autores de coplas surgidas en las últimas décadas habría que nombrar a Emilio Gil Losilla, que publicó 'Cuentos, charadas, chistes, retruécanos y chascarrillos baturros. Jotas, coplas aragonesas y de picadillo, poesías y ocurrencias de humor' en 1968, el bilbilitano Ángel Raimundo Sierra (autor de la extraordinaria 'De chico fui monaguillo/y de mozo sacristán,/ahora soy el campanero/¡qué carrera más triunfal!), Pedro Lafuente, Mariano Rubio, Antonio Zaera, José María Ferrer 'Gustavo Adolfo', Vicente Torres, Alfonso Zapater, Teresa Ramón ('Cuando te ronde esta noche/échame una clavelina,/pero procura que sea/sin maceta, prenda mía'), Eusebio Beltrán o Antonio Arilla.
Es también imprescindible consultar los tres primeros libro-discos de 'La jota de ayer y hoy', la antología de cantas que preparó José García Mercadal en 1963, así como los clásicos libros de Galán Bergua, Fernando Solsona y Cester Zapata. Y mención aparte merecen algunos de mis autores de coplas preferidos. Como Joaquín Yus:
Es mi casa tan pequeña
que cada vez que entra el sol
como los dos no cabemos
me tengo que salir yo.
O Mario Bartolomé:
La Felisa en el mercado
decía con un suspiro:
Que desgracia. Todo sube
menos lo de mi marido.
O, otro bilbilitano, José Verón Gozmaz:
Un mujer de mi barrio
siempre lleva la contraria:
oye menos que un pandero
y es más gorda que una tapia.
Y Miguel Ángel Yusta:
Me arrebatas por la noche,
te enfadas por la mañana
a mediodía me riñes…
¡que complicada eres maña!
El más raro cancionero de coplas de humor es, sin duda, el de Mariano Sebastián, pastelero de Aguarón, conocido como 'el tío Pichorretas', que tras su nombre firmaba como "autor de lo peor que se ha publicado hasta el día".
Editado en Bilbao, en la Tipografía Ugalde y Compañía, lleva por título 'Colección de cantares o lo que salga, con un brochazo sobre asuntos sociales y cuatro notas íntimas que sólo a mis hijos podrán interesar un poco', y va precedido de un prólogo de Eusebio Blasco.
Son cuartetas, la mayor parte sin rima, con la característica de que su último verso rompe el ritmo de forma abrupta. Veamos algunos ejemplos:
Dos cosas en este mundo
me hace a mí suspirar:
el recuerdo de mi amada
y un bastonazo que me dio su padre.
Si por cada misa que oyes
cosieras medio minuto
no andaría tu marido
con la ropa destrozada.
Te dí un beso en el corral
y otro te dí en la cocina
y no te quise dar más
porque olías a cebolla.
En tu casa llora un niño
y tú casada no estás
y empieza a decir la gente
que si esto que si lo otro.
Se trataba de humoradas muy del gusto de la gente del país, no aptas desde luego para ser cantadas, pero ciertamente divertidas. Aun así, las pocas coplas que tienen rimadas no desmerecen a las de cualquier autor de coplas humorísticas:
¿Sabes tú lo que pasó
con la hija del tío Tomás?:
que después que se murió
no habló una palabra más.
Según me han contado ayer,
al hijo de Juan Ramón
le llaman aragonés
porque nació en Aragón.
En mi pueblo los Toribios,
los Juanes y los Marianos
cuan se lavan la cara
suelen mojarse las manos.
Heraldo de Aragón (Pasión por la Jota, 12-10-2011)
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