El 27 de Noviembre se celebra San José de Calasanz, y hasta hace unos años este día era el DÍA DEL MAESTRO.
Nacido en la provincia de Huesca abrió la primera escuela gratuita de Europa, dedicó parte de su vida a educar a niños pobres y fundó la congregación de los Padres Escolapios. Favoreció el surgimiento de verdaderos maestros con pasión y vocación. Por ello, era el Patrón de los Maestros.
Ese día era un día de fiesta en nuestra escuela primaria.
Por eso en este día queremos tener un recuerdo para todos esos Maestros y Maestras que en el devenir de los tiempos y durante siglos con su trabajo inculcaron valores, enseñaron educación y transmitieron todos sus amplios y vastos conocimientos a muchas generaciones en nuestro pueblo.
En Malanquilla la escuela unitaria en los años 60 tenía unos 40 chicos y otras tantas chicas que a cargo de un Maestro y una Maestra realizaban su aprendizaje diario en los dos salones en los cuales ahora está el bar. Durante los años 60, en el recreo se tomaba un vaso de leche que cada una de las madres por riguroso turno hacían en sus casas con leche en polvo que en aquellos años donaban los americanos.
La enseñanza era exigente, pero al mismo tiempo nos lo pasábamos muy bien jugando con los amigos que eran como otra familia.
Debido al éxodo de muchas familias hacia la ciudad buscando un mejor porvenir, hubo tal disminución de alumnado que en el 70 ya pasó a ser mixta.
En esos mismos años la población adulta asistía a unas clases de alfabetización que ayudó a muchos vecinos a adquirir un mayor nivel de conocimientos e incluso a aprender a leer y a escribir.
Debido a la falta de niños en el año 1991 se cerró la escuela. Esto supuso terminar con el primer vínculo cultural del municipio y un progresivo descenso de la población.
Los alumnos que después han vivido en el pueblo han tenido que desplazarse cada día a Villarroya para cursar E.P. y a Calatayud para E.S.O. y Bachillerato.
Este año, nos podemos congratular con el hecho de que hay otra vez población infantil: un niño y tres niñas, que viajan diariamente a Villarroya para recibir sus clases.
Quizás sea un sueño y como soñar no cuesta nada, sería una enorme satisfacción y alegría el reabrir nuestra escuela de nuevo.
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