Illueca, capital de la comarca del Aranda, en Aragón, a poco más de 30 kilómetros de Calatayud, fue importante plaza medieval: reconquistada a los musulmanes, queda en manos del señor de Borja, Pedro Taresa, y en 1250, Jaime I El Conquistador concede la baronía de la cercana Gotor a su hijo adoptivo, que no es otro sino el benjamín del último rey musulmán de Mallorca (después de haberse convertido al cristianismo) Su hijo, llamado Blasco, será quien como barón de Gotor recibirá el señorío de Illueca, pero en 1263, Miguel Pérez de Gotor recupera el señorío. En 1343, Ximen Pérez de Gotor murió sin descendencia, heredando la baronía su hermana María Pérez de Gotor, quien contrajo nupcias con Juan Martínez de Luna. Por ello, desde mitad del siglo XIV hasta la segunda mitad del siglo XVII, el castillo fue regido por el linaje de los Luna. El segundo hijo del matrimonio entre María y Juan Martínez de Luna fue don Pedro de Luna y Gotor, futuro Benedicto XIII, nacido en esta localidad en 1328. El Papa Luna, con el tiempo, sería un gran acosador de los judíos, convocador de la Disputa de Tortosa.
Una de las peculiaridades de Illueca es que su población judía no estuvo nunca obligada a vivir en barrio de la judería, sino que las tres culturas, mudéjares, mozárabes y hebreos vivían en vencida, y cuando tenían asuntos que dirimir lo hacían convocando consejo de las tres culturas. Por ejemplo, el que tuvo lugar el 3 de febrero de 1483, cuando, a la muerte de don Pedro Martínez de Luna, los procuradores de los tutores de su hijo, el pupilo don Juan, tomaron posesión de Illueca.
De estos concejos municipales se desprenden informaciones que nos aportan el conocimiento de muchos vecinos judíos de la villa.
Así, por ejemplo, los Abenpassat-Bienveniste, Acah y Vidal. Bienveniste pasó las de Egipto por estrechez económica: el 10 de marzo de 1455, en Calatayud, él y su hijo Vidal recibieron en comanda del mercader converso bilbilitano Juan López de Villanova, seiscientos sueldos, de los que respondieron con sus casas de Illueca; pero hipotecar su hacienda no parece ser bastante y el 12 de octubre de 1460, de nuevo en Calatayud, Bienbenist y su hijo Acach pagaron doscientos sueldos al mercader converso bilbilitano Leonardo de Santángel, sin que se especificara el porqué"; años después, concretamente el 3 de abril de 1471, también en Calatayud, Bienbenist vendió al argentero Pedro de Santa Clara, vecino de Torrijo, (aldea de Calatayud) ciento treinta sueldos de los setecientos que le quedaban por cobrar a dos cristianos. (Leonardo de Santa Fe, 1471, fols. 178v-179. Revista Sefarad, 1996).
Illueca, hoy conocida por su dedicación a la fabricación de calzado, ya tenía zapateros conocidos en el S XV, como el judío Abraham Acrix, como consta también por Leonardo de Santa Fe: "De él únicamente se sabe que, el 15 de septiembre de 1477, en Calatayud, recibió en comanda del escudero bilbilitano Francisco Sanz cincuenta sueldos; el 8 de enero del año siguiente, Abraham pagaba cuarenta y un sueldos de la cantidad recibida; y el 10 de mayo de 1481, en dicha ciudad, el escudero canceló la comanda"
La relación de los judíos de Illueca con Calatayud (y el calzado) no sólo era por ir a buscar préstamos con los que salir de apuros. Algunos judíos bilbilitanos abandonaban la judería de Calatayud para ir a vivir en Illueca, como el caso de Acah y Moshé, hijos de Yuçe Alguer. Açah, el 5 de septiembre de 1483, vendió a un zapatero de Calatayud, Pedro Polo, "todas las corambres (pieles) que se mataran en la taula de la judería (mostrador de cambistas)" de Illueca: las de macho, a 36 sueldos la docena; las de hembra a 23. El zapatero bilbilitano, que necesitaba esas pieles para sus zapatos, pagó 300 sueldos.
En otros casos, eran los de Illueca los que se iban a vivir a Calatayud, como es el caso de Duenya Alazar, que al enviudar de Salomón Benvenist , el 28 de diciembre de 1486, compró al judío franco bilbilitano Mosse Constantin un antiguo censo -hoy, préstamo hipotecario- de doscientos sueldos.
Otros, como los De Calo, no se sabe si eran de Illueca o de Calatayud, pues la familia estaba dividida entre las dos localidades. Abraham de Calo era hermano de Salomón, que vivía en Calatayud, y en marzo de 1485 le vendió al bilbilitano todos sus bienes por seis mil sueldos en total. Incluían tierras en Tajacamas y una viña en Ribota, ambos términos municipales de Calatayud. Hermano de ambos era Açah, rabino, y Meir, que consta haber participado en el consejo del 4 de octubre de 1490.
Además de relaciones mercantiles y familiares, también había entre ambas localidades entuertos, como el que consta haber tenido Yehudá Çaporta con el mercader bilbilitano Juan Fierro, pleitos que llegaron a tener que ser puestos en manos del notario Juan de Lunel y de Moshé Constantin.
No queda nada. Sólo lo que nos cuentan los archivos. Pero por quedar no quedan ni los restos del Papa Luna, azote de judíos, fuego de conversos: sus restos se llevaron en 1430 de Peñíscola a Illueca para que descansaran donde había nacido, pero a tumba fue profanada a comienzos del siglo XVIII, durante la Guerra de Sucesión entre austrias y borbones, por las tropas francesas que atacaron Illueca por ser partidaria del bando austriaco. Queda una tétrica reproducción de su calavera.
Sfarad.es (16-11-2018)
|