|
|
|
Frutas y tumores
|
|
FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En el número del Memorial Literario de enero de 1789 apareció un curioso artículo, referido a la enfermedad, muerte y disección anatómica del cadáver del obispo de Calahorra, que llevaron a cabo José Fernández Victoriano y José Sáenz, cirujanos. El primero de ellos pertenecía al hospital de Burgos y el segundo al de Calahorra. Los cirujanos habían seguido el curso de la enfermedad del obispo desde el 4 de enero hasta el día 20 que falleció. Al obispo se le introdujo el dedo índice por el recto y se le halló un gran tumor que tomaba origen en las próstatas y se extendía hasta ocupar las membranas de la vejiga. Los facultativos creyeron que debía ser carcinomatoso. Para los dolores de vejiga se le ordenó seguir dieta delgada, bebida atemperante y semicupios de leche y cocimiento emoliente. Al cuarto día se suspendió por la superveniencia de una horripilación, o estremecimiento producido por el frío, a causa de la fiebre, acompañada de una calentura aguda, que duró dos días. Se le movió el vientre con cuatro deposiciones muy duras a atrabiliarias, a los que siguieron cursos colitativos muy delgados, fétidos y biliosos. El obispo tuvo dolor en el hipocondrio derecho, le aumentó la calentura y la sed, y se le enronqueció la voz. Entonces creyeron que podía ser hepatitis. Se le aplicó el suero nitrado con la tipsana de pollo, pectorales templados, lavativas refrigerantes y anodinas, cataplasmas y redaños sobre la parte afectada, para calmar el estado flogístico de las vísceras. Sin embargo, el obispo murió el día 20.
Al abrir el cadáver hallaron el hígado muy voluminoso, duro e inflamado, la vejiga de la hiel dilatada y llena de licor denegrido, como pez derretida, y de esta misma materia eran los cursos del vientre. El riñón izquierdo era muy grande, pues pesaría una libra, y el uréter estaba tan dilatado que cabía en él el dedo índice sin resistencia. No se encontraron piedras, sábulos ni cálculos.
En la vejiga hallaron un tumor de la misma figura y magnitud que la de una gran pera de Donguindo. Se extendía en forma de pirámide inversa, desde el cuello o entrada hasta la mitad de su cuerpo. Las membranas se habían hecho tan gruesas y duras como una baqueta de moscobia, que sólo podían contener una onza de orina. Una vez disecado el tumor, resultó carcinomatoso. Los médicos consideraron que la enfermedad consistió en un chancro de vejiga mortal por incurable. Durante todos estos días, el pueblo había acudido a los templos para pedir por la salud del prelado y a su entierro acudió mucha gente de la comarca.
Al parecer, la pera de Donguindo la introdujo en España un italiano llamado don Guido, en tiempos de Carlos I. Según el prior Monterde, las peras de Guindo o de Donguindo de Ateca eran exquisitas. Manuel Marco Abad, de Cervera, trajo de Italia una variedad de uva llamada "moscatel romano", que aún se cultiva. Es de grano redondo, menudo, muy dulce, con buen cuajado y que se recolecta a mediados de agosto.
Los Marco descienden de Bello. El primer Marco que se afincó en Bello fue Ibáñez Marco, de Nuévalos, cuyo hijo Domingo casó con Mª Sánchez, de Campillo, que le dio cinco hijos, entre ellos a Lope Marco, abad del monasterio de Veruela. Antonio Marco Sánchez nació en Campillo y casó con Ana Sebastián. En 1562 nació Domingo que casó en Torralba con Mª Fernández Fabián, cuyo hijo Francisco, nacido en Bello en 1627, casó en terceras nupcias con Justina Fuertes. Su hijo Antonio Simón nació en 1677, siendo padre de Antonio José, que tuvo dos hijos: Juan Francisco y Joaquín, nacido en 1737, continuador de la casa y padre del cardenal Juan Francisco Marco y Catalán, nacido en Bello en 1771 y fallecido en Roma en 1841. Su madre fue Catalina Catalán, de Mainar. "El cardenal de Bello" fue biografiado por Fray Manuel García Miralles, separata de "Teruel", 1970. Su hermano Mariano-Pedro Marco Catalán, nacido en Bello en 1780, que casó con Joaquina Rodrigo de Pedrosa y Alagón, de Morata de Jiloca, fue el padre de Manuel María (1810-1885), comandante general carlista en Aragón, "Marco de Bello". Su hermano Mariano, nacido en 1826, casó en 1862 y en Cervera con Ventura Abad Gracián, nacida en Cervera de la Cañada en 1839. Era hija de Antonio Ignacio Abad de Pablo, de Cervera, y de Francisca Gracián Carrascón, nacida en Aniñón, pues de allí era su madre Francisca Carrascón Abad, aunque residían en Saviñán, pues de allí era su padre el infanzón Pedro Gracián García.
Manuel Marco Abad sería pues hijo de Mariano y de Ventura. Su hermana Teresa (Calatayud 1864-Saviñán1906) casó en 1888 con Juan-Ignacio Gracián Campos (1864-1911) de Saviñán. Y su otra hermana Ventura casó con Ignacio Garchitorena Gómez. Su hija, Ventura Garchitorena Marco, casó con Juan-Ignacio Gracián Marco.
José Marco, de Cervera, fue por algún tiempo director de la Banda de Música Santa Cecilia, que fuera fundada en Saviñán en 1925 por Paterno Pina y por el maestro nacional Pascual Ruiz.
|
|