FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | La idea del homenaje al Justiciazgo aragonés, ya había sido propuesta en las Cortes del Trienio Constitucional, surgiendo de nuevo tras la revolución de la Gloriosa de 1868. Mariano de Cavia, en su crónica publicada en la primera Revista de Aragón, el 11 de mayo de 1879, recogía que el jurisconsulto Ambrosio Tapia había ofrecido en los salones del Centro Mercantil, Industrial y Agrícola, una interesante conferencia sobre el Justiciazgo. Y añadía: "Sabido es que hace algunos años se inició en esta ciudad, tan rica en glorias como olvidadiza para los que se las legaron", una suscripción pública para levantar un monumento a la memoria de Juan de Lanuza, pero el dinero recogido estaba depositado en el Banco de Crédito, "esperando legítima inversión". Esta idea cobraría fuerza en 1887, tras una iniciativa presentada en el Ayuntamiento de Zaragoza por un concejal republicano.
En 1887, estando vacante la plaza de arquitecto provincial, la Diputación de Zaragoza acordó anunciar un concurso para proveerla, mediante la presentación de un proyecto de monumento al Justiciazgo. Todos los proyectos presentados serían estudiados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que se pronunciaría al respecto. A este concurso se presentaron seis proyectos, firmados por los arquitectos Félix Navarro Pérez, Mariano Medarde de la Fuente, Elías Ballespín, Eusebio Lidón Barra, Julio Bravo Folch y Gerardo Roig.
Al arquitecto bilbilitano Mariano Medarde de la Fuente, se le debe la plaza de toros de Calatayud, que se inauguraría el 9 de septiembre de 1877, de "estilo árabe, sobrio y elegante", según el parecer de López Landa. Medarde fue arquitecto municipal de Guadalajara y de Gijón. El 24 de septiembre de 1883 se aprobarían las condiciones económicas para contratar en subasta pública las obras de construcción del mercado y plaza de abastos de Guadalajara, según proyecto redactado por Medarde. También diseñaría el matadero municipal de esta ciudad.
En Gijón, donde falleció en 1898 y tiene una calle dedicada a su memoria, levantó en 1892 un edificio para el Banco Gijonés de Crédito. En 1893 firmó el proyecto de ampliación del Muro, que se conserva en el Archivo Municipal de aquella ciudad, en 1894 la capilla, sala de autopsias y depósito, en el cementerio de Ceares, y con Buenaventura Junquera, el Mercado del Sur, construido entre 1898 y 1899.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dio su informe favorable al proyecto del arquitecto zaragozano Félix Navarro, el 14 de mayo de 1887. En el monumento proyectado se utilizarían piedras de Daroca, Épila, Morata, Ricla, Albarracín y Codos. Para esculpir la estatua, a la que se destinarían unos cañones del Parque de Artillería, se presentaron dos proyectos: el del murciano José Antonio Palao Marco y el del gallego Francisco Vidal, que fue el elegido. La estatua se modeló antes que se levantara el monumento y se podía ver sobre un pedestal en el patio de la Diputación Provincial.
Una vez acabado el monumento, la noche del 11 de octubre de 1904, se trasladó en galera la estatua en bronce del Justicia, hasta la glorieta de Pignatelli, hoy plaza de Aragón. El monumento al Justiciazgo ocupó el sitio que había dejado el dedicado al canónigo Pignatelli, levantado en 1859. [Calatayud y el monumento a Ramón Pignatelli]
La inauguración tendría lugar el 22 de octubre, en presencia de numerosas autoridades locales y regionales, además de la Diputación de Lérida y de los alcaldes de Barcelona, Tarragona y Palma. El acto fue amenizado por la Banda Municipal de Barcelona y en él tomaron la palabra Félix Navarro, el presidente de la Diputación, Enrique Naval, y el gobernador civil, Ramón Planter y Goser.
A este proyecto se vinculó el monumento a los Mártires de la Religión y de la Patria, levantado en la Plaza de España de Zaragoza, que sería promovido por fuerzas conservadoras. Se inauguraría el día anterior al del Justiciazgo. A la inauguración de este último, no acudirían los representantes eclesiásticos.
En la sesión del Ayuntamiento de Calatayud celebrada el 7 de enero de 1890, se había leído una comunicación del presidente de la Comisión ejecutiva del monumento al Justiciazgo aragonés, en la que se rogaba con todo encarecimiento a la Corporación Municipal, que consignara entre sus gastos y en la forma que prevenía la Real Orden del 23 de octubre pasado, la cuota de 10 céntimos de pesetas por habitante, elevándola a uno o dos presupuestos, según conviniera al estado de sus fondos, a contar del inmediato del ejercicio 1890-1891. El ayuntamiento acordó pasarlo a la Comisión de Hacienda.
En la sesión del 27 de enero, en vista del poco halagüeño estado económico por el que atravesaba la hacienda municipal, pero queriendo colaborar en perpetuar una de las instituciones más gloriosas de Aragón, la Comisión de Hacienda proponía al ayuntamiento suscribirse con 250 pesetas al monumento al Justiciazgo, como así fue acordado por la corporación.
En el libro editado en la imprenta del Hospicio Provincial de Zaragoza en 1905, El Monumento al Justiciazgo. Folleto complementario de dicha obra (erigida en 1904), de Félix Navarro, se recogen los antecedentes, características de la obra, colaboradores y una relación de ingresos y gastos. El proyecto tuvo un déficit de 1.765,06 pesetas, que debieron ser satisfechas con cargo al crédito disponible, consignado en el presupuesto de la provincia para 1904.
También encontramos varias listas de suscriptores particulares y ayuntamientos, en los que aparece el diputado provincial Sixto Celorrio, que colaboró con 25 pesetas. El arzobispo de Zaragoza se suscribió con 150 pesetas, el obispo de Huesca con 25 pesetas y el de Jaca con 20 pesetas. El diputado a Cortes, Gabriel Maura, participó con 25 pesetas. En relación a los ayuntamientos, el de Zaragoza aportó 14.960 pesetas, el de Barcelona 2.134,65 pesetas, el de Cáceres 100 pesetas y el de Teruel 150 pesetas. Los ayuntamientos de Calatayud, Borja, Daroca y Alcañiz se suscribieron con 250 pesetas, cada uno. El de Sos aportó 300 pesetas, el de Calatorao 257,50 y el de Tarazona 50 pesetas. El Ayuntamiento de Alhama entregó 150 pesetas, el de Aniñón 175 pesetas, el de Ateca 100 pesetas, el de Montón 42 pesetas, el de Nuévalos 100 pesetas, el de Paracuellos de Jiloca 50 pesetas y el de Saviñán 83 pesetas. Con todas las aportaciones, los ingresos se elevaron a 75.603,37 pesetas.
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Heraldo de Aragón (1-5-2022)
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