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| Un jesuita de La Almunia
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | La Gran Enciclopedia Aragonesa 2000, que copia el pie de la letra a su antecesora, mantiene los errores biográficos de Miguel Dámaso Generés, aunque ya en 1996 se habían reeditado sus Reflexiones Políticas y Económicas, Madrid 1793, con un interesante estudio de Ernest Lluch y Alfonso Sánchez Hormigo. El día 10 de diciembre de 1733 se bautizó en la parroquial de La Almunia a Miguel Joseph Dámaso, hijo de Dámaso López Generés y Antonia Contín, que habían contraído matrimonio en 1727. El hijosdalgo Miguel Dámaso Generés, pues así firmó siempre, entró en la Compañía de Jesús en 1749. Más tarde enseñará humanidades y retórica en el Colegio de la Compañía de Jesús en Calatayud y en el Seminario de Nobles, que fuera erigido en la misma ciudad en 1752, gracias a la mediación ante Fernando VI de su confesor, el P. Rávago. Generés también fue profesor de Filosofía en el Colegio de San Bernardo, que los jesuitas poseían en Cervera, y en el Colegio de la Compañía en Gerona. El 27 de febrero de 1767 el rey firmó el decreto de expatriación de los jesuitas, pero se eligió el día 3 de abril para su ejecución. Por aquellas fechas Generés residía en Zaragoza. Aquel día y con gran sigilo, todos los colegios de la Compañía fueron rodeados por gente armada. En Zaragoza los jesuitas tenían dos casas y a ellas fueron enviados dos batallones de Cantabria, uno de los suizos y un piquete de caballería. Pasadas veinticuatro horas de encierro, se ordenó a todos los jesuitas partir para el noviciado de Tarragona y luego hacia Salou, donde tomarían el barco para Italia. Los avatares de los jesuitas de la provincia de Aragón fueron relatados por uno de ellos, el padre Blas Larraz, en su Historia del destierro de la provincia de Aragón de la Compañía de Jesús. El padre Larraz había nacido en Zaragoza en 1721, ingresando en la Compañía en 1735. Fue maestro y doctor en Artes y Teología en la Universidad de Cervera y gran orador.
Los jesuitas recalaron en Mallorca y Menorca y a mediados de mayo llegaron a Italia, pero el Papa que no había sido consultado, no permitió el desembarco y tomaron dirección a Córcega, pasando a Ajacio. Apenas había pasado un mes cuando embarcaron rumbo a San Bonifacio, donde llegaron el 24 de agosto. Allí los jesuitas del Colegio de Zaragoza ocuparon el oratorio de San Bartolomé, donde continuaron con los estudios. A mediados de octubre se trasladaron a Ferrara, donde pasaron los cinco últimos años antes de la disolución de la Compañía. Generés, junto con otros padres, pasó a Bolonia, viviendo con muchas estrecheces económicas. Por las memorias del padre Luengo sabemos que Generés fue socorrido por Nicolás Ambrosio Garro Arizcum, marqués de las Hormazas, que fue ministro de Hacienda en 1797, tras morir en Aranjuez su predecesor Pedro Varela y Ulloa. Garro, de familia navarra y nacido en 1747, se había formado en el Seminario de Nobles de Calatayud, recibiendo clases de Filosofía del padre Generés, guardándole efecto y respeto. Como prenda de gratitud, Garro enviaba todos los años a Generés "un abundante socorro". En el mes de marzo de 1784, Manuel Navarro, buen amigo de Generés, le pidió desde España que escribiese un libro sobre la realidad económica del país y del Reino de Aragón. Navarro, instalado en Tauste en 1779, era un fabricante de pasta de regaliz y protegido por la Real Sociedad Económica Aragonesa. Pero Generés, que llevaba ya catorce años fuera de su país, alegó su poca salud, el olvido de su lengua natal y la falta de libros. Por aquellas fechas un amigo le envió a Bolonia el Discurso de Antonio Arteta de Monteseguro, editado en Madrid en 1783. Generés se decidió a escribir la obra, pero en 1786 le sobrevino un grave problema de salud, que le impidió terminar el libro, haciéndolo a finales de la década, siendo publicado en Madrid en 1793.
En la carta, que sirve de prólogo al libro, enviada por Generés a su amigo Navarro, le daba libertad para hacer con él lo que quisiera, editarlo o bien "si quieres empapelarlo, empapélalo; si quemarlo, quémalo… en buena hora: y si quieres que no sea del todo inútil, puedes darle el destino que tiene los malos libros, que es el de hacerlo servir para envolver especias".
Tras la publicación de las Reflexiones en la imprenta madrileña de la viuda e hijo de Marín, en 1793, la Real Sociedad Económica nombró a Generés en 1796 socio correspondiente "sin obligación de contribuir con los sesenta reales de vellón anuales que previene el Estatuto". Pero a pesar de que doscientos padres jesuitas instalados en Bolonia volvieron a España, acogiéndose al decreto de admisión, tras la invasión francesa de Roma de 1798, Generés regresó a principios de 1800, pasando a vivir a La Almunia, muriendo el 29 de junio de 1801. En su partida de defunción se dice que fue enterrado en la cisterna del Capítulo, que era ex-jesuita y beneficiado de la parroquial y que había muerto de calenturas.
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