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| El reloj de la iglesia de Nuévalos
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Wifredo Rincón apunta en su libro sobre la Orden del Santo Sepulcro en Aragón, que la iglesia de Nuévalos se encontraba entre las parroquias que don García Frontín, a la sazón obispo de Tarazona, donó a la iglesia del Santo Sepulcro en 1228. En 1372, el rey aragonés Pedro IV concedía al Prior del Santo Sepulcro el dominio y jurisdicción civil y criminal, alta y baja que el rey tenía sobre Nuévalos y su término, reteniendo para sí y sus sucesores el derecho de la cena. El Prior del Santo Sepulcro, Señor de la villa de Nuévalos, residía en un palacio del siglo XVI, que más tarde se utilizará como casa rectoral.
Luis Royo Villanova (1866-1900), en la edición de 1935 de sus Manchas de tinta, escribía de un viaje al Monasterio de Piedra: "Allá en la altura, se divisan unas luces: es el pueblecillo de Nuévalos, colocado entre peñas, verdadero capitolio rural o inexpugnable nido de hombres".
La iglesia de Nuévalos, construida sobre una colina no muy elevada, aunque muy escarpada, dedicada a San Julián y Santa Basilisa, fue una capilla de estilo gótico del siglo XVI, según afirma Abbad Ríos en su Catálogo Monumental de España de 1957, iglesia que fue ampliada en el siglo XVII.
Sobre la torre de la parroquia destaca un reloj parado a las siete menos cuarto, que registra una inscripción que dice: La parroquia agradece a D. Julio Altabás Yus que regala este reloj al pueblo de Nuévalos en memoria de su madre Dª María Yus Mateo. 18-8-1958.
En la capilla del cementerio de Nuévalos reposa el pintor Manuel Yus Colás, que nació en Nuévalos el 24 de enero de 1846, muriendo en la villa el 22 de febrero de 1905. Era hijo de Manuel Yus y de María Colas, naturales de Nuévalos. Había estudiado en la Escuela Especial de Pintura y Escultura de Madrid, donde el curso 1868-1869 coincidiría con Francisco Pradilla. Al parecer, Manuel Yus terminaría sus estudios en 1873, marchando a Europa. Participará en las Exposiciones Aragonesas de 1868 y de 1885. Castro y Motos escribían de él en su libro La Exposición Aragonesa de 1885-1886. Notas Crítico-descriptivas: "Es un buen pintor y un buen patriota. Su pincel sólo costumbres aragonesas trata...", y aunque echaban en falta en sus cuadros inspiración, calor y vida, "Tiene en cambio cuanto pueden dar el talento y el estudio". En 1876 presenta tres obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes. En la convocatoria de 1878 presentará cuatro y seis en la de 1884. En este mismo año Ossorio y Bernad publicará su biografía en su libro Galería biográfica de Artistas Españoles. Igualmente participará en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1887, 1890, 1892 y 1895. Cuando participa en la Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona de 1896, ya residía en Nuévalos. La última Exposición Nacional en la que participará será la de 1897.
Un poco más abajo de la parroquia, en la plaza del Ayuntamiento y del estanco, se encuentra sobre la fuente del pueblo la estatua de mosén Antonio Colás y Sicilia, que le levantó el pueblo agradecido en 1884. Mosén Antonio Colás había nacido en Campillo de Aragón en 1779, pero siendo párroco de Nuévalos horadó las montañas y logró, con la firme oposición de los monjes del Monasterio de Piedra, el trasvase de las aguas del río Piedra hacia el río Ortiz. Nicolás Esteban, secretario del Ayuntamiento de Nuévalos dio a la estampa un libro dedicado a mosén Antonio Colás, publicado en Calatayud en 1884.
En una casa de la plaza de la iglesia de Abanto se lee: "La maldición de la madre abrasa y destruye de raíz hijos y casa". Y sobre el reloj de sol de la pared de la iglesia una frase casi revolucionaria: Año 1900. Abajo los consumos. En otros pueblos también encontramos torres civiles con relojes, como en Monreal del Campo, en el lugar donde Alfonso I levantó la fortaleza, desaparecida durante las guerras carlistas, en Ateca, cuya torre del reloj, levantada sobre un torreón de la fortaleza, es obra de 1560, debida a los maestros Maese Domingo y al morisco de Terrer Ameçot, o en Miedes, cuya torre comunal del Reloj, en piedra de sillería, se levantó en el siglo XV, según Guitart Aparicio.
En el calendario para el año 1933 de la era cristiana, debido a Francisco Company de Alcoy, se registraban otras muchas correspondencias, ya que era también el 5916 de la creación del mundo, según el padre Petavio, y el 4261 del diluvio Universal, según las cuentas del mismo padre Petavio. El 4176 de la población de España y el 2685 de la fundación de Roma, según Varrón. El 693 de la invención de la imprenta, el 551 de la invención de la pólvora y el 351 de la corrección gregoriana. ¡Vaya lío!
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