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Un libro analiza el edicto de expulsión de los judíos en Calatayud: 'Es reflejo de la grandeza y miseria humana'
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Judería de Calatayud (Foto: J. Macipe)
JORGE ZORRAQUÍN | 'La expulsión de los judíos de Calatayud: anatomía de una encrucijada' es el último trabajo del experto en el pasado de esta cultura, doctor en Historia, Derecho y Antropología y profesor de la Universidad San Jorge, Miguel Ángel Motis Dolader. Se trata de un libro de más de 300 páginas, editado por el Centro de Estudios Bilbilitanos, que describe con detalle el contexto histórico, el día a día, la distribución y los pormenores de la aljama que se extinguió con el edicto de 1492.
"No habría que hablar de expulsión de los judíos realmente, sino del fin de la tolerancia del judaísmo. Si Fernando el Católico hubiera querido expulsarlo, no hubiera dado opción a la conversión", puntualiza Motis, que a sus experiencias previas buceando en el Archivo de Protocolos Notariales de Calatayud ha sumado una intensa consulta en otros doce fondos y media docena de conocedores de este periodo histórico. Para argumentar esa idea, Motis indica el elevado porcentaje de conversión: un 60%.
Todo ello en los primeros compases, entre el 29 de abril y el 31 de julio, a lo que luego se suman los retornos de los exiliados en Tudela y en Nápoles, tras su salida por Tortosa-La Ampolla. Así, este experto matiza que "le confieren a Calatayud un gran dinamismo mercantil y serán los conversos los que en el siglo XVI permitan que la ciudad tenga uno de los rangos más importantes no solo del reino sino de toda la Corona".
En este sentido, detalla cómo se da una convivencia "pragmática". "Muchos judíos se dedican al sector artesano, especialmente de piel y calzado. Encuentran unos sectores en los que no interfieren con el resto, como por ejemplo los mudéjares que estaban más dedicados a la construcción o el metal", amplía. Así, su papel hace que allá relaciones comerciales con Amberes, puntos de Italia y con Castilla.
Sin embargo, el edicto marca un antes y un después y llega de una forma abrupta: "Lo viven con perplejidad, porque se mantiene la normalidad hasta que se hace público". Motis define este momento como un reflejo de "las grandezas y miserias de la humanidad". "Hay muestras de humanidad con los que se van, incluso de los comisarios encargados de los decomisos, y quienes se aprovechan", detalla.
De igual forma, en la obra también refleja como algunos judíos promovieron la firma de escrituras falsas para conservar lo que había sido suyo y que en algunas situaciones implicaba perder el 75% de su valor real. "Hay judíos extraordinarios y perversos", asume.
Heraldo de Aragón (23-3-2023)
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