Escrito solicitando la colaboral del Ayuntamiento de Calatayud para levantar el monumento a Ramón Pignatelli
FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Ramón Pignatelli y Moncayo falleció el 30 de junio de 1793 en la planta noble del edificio zaragozano situado en la calle Alta de San Pedro, número 77, propiedad de Miguel Franco de Villalba y Generés, conocido como la casa de Zaporta o de la infanta, por vivir allí María Teresa de Ballabriga y Rozas, viuda ya del infante Luis Antonio Jaime de Borbón, hermano de Carlos III. Al día siguiente tuvo lugar su entierro en un panteón del Pilar.
M. Jiménez Catalán, en sus Memorias para la Historia de la Universidad Literaria de Zaragoza, cuenta que a su muerte la Universidad de Zaragoza le tributó unas solemnes honras, colocando en el Paraninfo su retrato pintado por Francisco Bayeu. A este cuadro debe referirse Jerónimo Borao, que fue regalo de Juan Martín de Goicoechea en 1793, perdido en la Guerra de la Independencia.
Pocos meses después de la muerte de Ramón Pignatelli, el día 5 de enero de 1794 el conde de Sástago, sucesor de Pignatelli en la protección de los canales Imperial y Real de Tauste, escribió al rector de la Universidad de Zaragoza, comunicándole la idea de la erección de un monumento que recordara su figura. Esa misma carta, fechada en Zaragoza el 7 de enero de 1794 y dirigida al corregidor y a la ciudad, la recibió el Ayuntamiento de Calatayud y se conserva en el Libro de Acuerdos de este mismo año. En ella, el conde de Sástago, para perpetuar la memoria de su antecesor en el cargo, había solicitado al duque de la Alcudia, primer secretario de Estado, que le permitiese levantar un monumento público en las inmediaciones del Canal y Zaragoza, que "mostrase el agradecimiento de los Aragoneses". El 25 de diciembre de 1793 el duque de la Alcudia, no sólo le había otorgado su permiso, sino que le daba "las gracias con las más finas expresiones por el pensamiento". El conde de Sástago esperaba llevarlo a cabo con ayuda de sus paisanos, "formando entre todos una subscripción capaz de executar este proyecto a nuestra expensas, sin que de parte de su Magd se contribuya con más que con los arbitrios que podré yo proporcionar con los mismos dependientes del canal".
Cada uno podría suscribirse a "medida de sus fuerzas, y del patriotismo que le anime", pero no se admitiría "menor cantidad que la del mil rs. de vellón por cada subscribiente", entregando la aportación al cajero del Canal, José Sagristán del Royo. El conde de Sástago confiaba en su proyecto: "Yo espero del acreditado amor de V. al Rey, a la Patria y a Pignatelly me ayudará a salir airoso de esta empresa".
En el ayuntamiento celebrado el 11 de enero de 1794, después de conocer la petición del conde de Sástago, los capitulares acordaron contestarle, "manifestándole las debidas gracias por el anuncio de esta resolución y que por su parte practicaría las más eficaces diligencias para que tuviera efecto la noble empresa proyectada" por el conde de Sástago. No hemos encontrado que el Ayuntamiento de Calatayud colaborase económicamente con este proyecto que, a pesar de haberse recaudado por suscripción popular una suma más que suficiente para terminarlo, no pudo erigirse hasta 1857 debido a varias circunstancias. Otras tentativas hubo en 1849, a cargo de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, y en 1851, por el Ayuntamiento de Zaragoza.
En 1857 la Diputación Provincial de Zaragoza, por medio de su presidente, comunicó el 1 de octubre al director del Canal Imperial de Aragón el proyecto del monumento a Pignatelli, con un presupuesto de seis mil duros. La Junta del Canal se adhirió a la idea y solicitó a la reina su ayuda para costearlo. Por Real Orden de 30 de noviembre se concedieron setenta mil reales. La primera piedra fue colocada en la Glorieta, actual Plaza de Aragón, el 5 de noviembre de 1857, en presencia de la infanta María Luisa Fernanda de Borbón y de su esposo el duque de Montpensier. La escultura la realizó Antonio Palao, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, que se sirvió de las copias que Alejandro de la Cruz, hacia 1800, y Narciso Lalana en 1821 habían hecho del retrato ejecutado por Goya hacia 1790, en paradero desconocido. Fue fundida en bronce en París por Durand.
Dibujo alusivo a la inauguración del monumento a Pignatelli
El monumento se inauguró el 24 de junio de 1859, aniversario de la llegada de las aguas del Canal a Zaragoza, siendo trasladado a su actual emplazamiento en el Parque Pignatelli en 1904, siendo reinaugurado el 17 de octubre de aquel mismo año. El historiador Julián Gallego describe de esta forma la estatua de Pignatelli: "Subido en su pedestal con sus gruesas pantorrillas, en casaca de faldones, su capa plegada, clerical y corta, su pelo recogido tras la nuca, un papel en la mano derecha y el sombrero de tres picos bajo el brazo izquierdo, don Ramón tiene aspecto de un compositor de corte germánica, de un maestro de capilla de Manheim o de Dresde, que se dirige tranquilamente a la catedral para ejecutar ante un príncipe-arzobispo esa cantata que lleva arrollada".
En el lugar que ocupó la estatua de Pignatelli, se levantó el monumento al Justiciazgo, personificado en Juan V de Lanuza, fundido en los talleres Averly de Zaragoza.
Heraldo de Aragón (2-3-2021)
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