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Expositores de Ateca
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | La Exposición Aragonesa de 1868 fue patrocinada por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Fue la primera exposición comercial celebrada en España "de los productos de la agricultura, de la industria y de las artes", organizada en unos edificios dispuestos en la Glorieta de Pignatelli, con el tiempo Plaza de Aragón, bajo la dirección del arquitecto Mariano Utrilla. La Exposición se inauguró el 15 de septiembre, con asistencia del ministro de Hacienda, pero los organizadores, tras conocer los hechos que dieron lugar a la Revolución de Septiembre o La Gloriosa, decidieron cerrarla el 1 de octubre. La Junta Revolucionaria, que tomó provisionalmente el poder, la volvió a abrir el 11 de octubre, clausurándose en los primeros días de noviembre.
Los sublevados lograron la victoria en su enfrentamiento con las tropas gubernamentales en el Puente de Alcolea, y triunfantes llegaron a Madrid. El general Serrano, que encabezaba la revuelta, con el general Prim y el almirante Topete, y que había llegado a la capital el 3 de octubre, saludó a la multitud desde el balcón de la Casa de Correos de la Puerta del Sol. El tenor Tamberlick cantó la Marsellesa en la Carrera de San Jerónimo y en el paseo del Prado una revista de 16.000 hombres celebró el derrocamiento de Isabel II. Prim, que ocupó la presidencia del Gobierno, pronunció un discurso en el Congreso el 22 de febrero de 1869, en el que decía: "No debe aplicarse la palabra jamás, pero tal es la convicción que tengo de que la dinastía borbónica no se ha hecho posible en España, que no vacilo en decir que no volverá jamás, jamás, jamás". El tiempo se encargaría de contradecirle.
En esta Exposición de 1868, Ateca estuvo representada por sus productores, fabricantes y comerciantes, que encontramos inscritos en el Catálogo de la Exposición publicado por acuerdo de la Junta directiva en 1868, en la tipografía de Calixto Ariño de la calle San Jorge. Calixto Ariño, periodista y fundador del Diario de Avisos, ya se había registrado como editor en 1859, estableciéndose primero en la calle de San Félix 6, pasó luego a la calle de San Jorge 10, y más tarde al Coso 108. Tras su muerte, acaecida en 1897, le sucedió su viuda.
En la advertencia preliminar del Catálogo se lee: "Las exposiciones tienen, en concepto de los que iniciaron la de Zaragoza, un doble fin. Es el primero extender la esfera de actividad del mercado patentizando ignoradas fuentes de producción. El segundo atraer hacia el recinto en que las exposiciones se celebran ejemplos de provechosa enseñanza a la actividad e inteligencia del productor". Por este Catálogo sabemos que José María Gimeno presentó al certamen cereales, cáñamo, lana y vinos, Ignacio Lapeña trigo blanco y Pedro Revuelta cebada. Victoriano Félez expuso frutas, vino común y cuatro macetas de eucaliptus glóbulus, Evaristo Gómez cáñamo a 20 reales y vino común, y Blas Sánchez cáñamo en rama. Boli y Beltrán llevaron madera de encina, Raimundo Erruz dos conejos de Angola, Mateo Saldaña dos piezas de paño doble superior, Manuel Lozano Nájera trabajos de zapatería y Ricardo Cerero y Melintón Antón dos cirios adornados. Los hermanos Gil expusieron papel de primera a 46 reales la resma, papel de segunda a 34 reales y papel de tercera a 30 reales. Pero la mayoría de los expositores atecanos lo fueron de vino común, que ofertaban a 5 reales el cántaro o a 6 reales la arroba. Presentaron vinos comunes: Blas Abad, Francisco Acero, Pascual Florén Cejador, Pascual Florén Campos, Francisco Florén, Blas Judez Bernal, Aniceto Hueso, Juan Manuel Gil, Manuel García Montoro, Antonio Moreno Arrizabalaga, Ignacio Oroz y Rubio, Nicolás Pascual, Manuel Reta, Mariano Sánchez Hernández y Pascual y Custodio Sierra. José María Hueso también producía vinos tintos, además de chocolate, de su fábrica La Fama de Aragón, y cáñamos agramados con máquina movida por agua. Ignacio Lapeña presentó vino generoso, Gimeno y Azpeitia vino, aguardiente de vino y aguardiente seco y anisado, y José Torren aguardientes de 18º y 25º, vinos y espíritus.
En 1871 el nuevo rey Amadeo de Saboya hizo la entrega oficial de los premios en un acto que aprovechó el rector de la Universidad de Zaragoza, Jerónimo Borao, para pronunciar en la Real Sociedad Económica Aragonesa un encendido y democrático discurso, publicado en la imprenta de Francisco Castro.
El 11 de mayo de 1872 y en las Cortes, el diputado Moreno Rodríguez preguntó al Gobierno, que presidía Práxedes Mateo Sagasta, por la transferencia de dos millones de reales desde el Ministerio de Ultramar al de Gobernación. Esta pregunta hizo caer al gobierno, pues aunque se decía que habían sido empleados en los gastos de las elecciones, algunos pensaban que lo habían sido para recuperar unas imprudentes cartas amorosas del rey Amadeo. Pero este asunto nunca se aclaró.
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