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El sagrario de la parroquia de Saviñán
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El 15 de abril de 1781, Domingo Capafons se obligaba a hacer el sagrario de la parroquia de San Pedro de Saviñán, según traza y perfil, por la cantidad de 20 duros. Sería de cuenta de la parroquia ir a por la obra a Torrijo, con las caballerías necesarias. Para colocar la obra habría que pagar el gasto del oficial y del maestro. Con el escultor firmaba este contrato el regente, mosén Jacinto Lafuente.
El 11 de octubre de 1781, Domingo Capafons confesaba haber recibido de mosén Jacinto Lafuente 20 duros, por la obra del sagrario y los niños. En este recibo se apuntaba el gasto de cerrajas, corbos, manilla, cien clavos, seis días de colocar los espejos y seis días del criado, a 4 sueldos. El escultor advertía que las 5 libras y 2 sueldos de colocar los espejos, no figuraban en el contrato.
El 9 de octubre de 1781, el dorador Joaquín Azpeitia contrataba el dorado de este sagrario. Se capituló que debía dar tres manos de yeso pardo y que debía haber "emplastecido" las rajas de la madera. Una vez preparada la obra, debía dorarla. Las nubes, el cordero y la bandera debían ser de plata mate, con una cruz encarnada en medio. Las hojas del libro serían de plata mate y la cubierta del copón plateada, para después darle un color azul y abierto en él unas flores de espolín. En el interior debía darle una mano o dos de carmín. Las puertas de los niños debían de ser doradas. Las llamas que salían de los corazones serían de plata, para luego imitar al fuego, con los corazones a imitación de lo natural.
Las nubes de las puertas de los niños serían de plata mate, con la azucena, la cruz y la espada, imitando a lo natural, como asimismo la corona de espinas, que ceñía al corazón. Las llamas de los cuatro jarrones debían imitar a fuego muy vivo. El dorador debía hacerlo visurar, pagando la visura.
El dorador debía aceptar el pago de esta manera. La mitad de la cantidad ajustada se pagaría el día que se firmara el contrato y la otra mitad una vez terminada la obra, dando fianza. El interior del sagrario debía concluirse el 17 de noviembre y el resto por todo el mes de noviembre.
Joaquín Azpeitia se obligaba a todo lo dicho en 46 escudos, obligándose a su cumplimiento, tanto Domingo Capafons como Joaquín Azpeitia. Por su parte, mosén Jacinto Lafuente se obligaba al pago de la cantidad estipulada en el contrato. El mismo día, Joaquín Azpeitia otorgaba haber recibido 23 libras, según contrato. El 20 de diciembre de 1781 Joaquín Azpeitia otorgaba haber recibido de mosén Jacinto Lafuente 46 escudos por dorar el sagrario, más 4 duros por limpiar los cuadros.
Este sagrario, quizá en mal estado, fue vendido y reemplazado por otro nuevo, mucho más moderno. Mosén Doroteo Lamana, párroco de Saviñán desde el 8 de julio de 1942, alentado por algunos parroquianos, encargó al artista de Zaragoza, Manuel Navarro un proyecto para el altar mayor de la parroquia, sagrario y ostensorio. El proyecto fue del gusto de todos y el 12 de noviembre de 1943 se retiró el viejo altar. El día 17 se instaló el nuevo y al día siguiente fue bendecido por el párroco, celebrando a continuación la misa de los Jueves Eucarísticos y por la tarde la Hora Santa. El vicario de Calatayud, Teodoro Uriarte, aunque estaba invitado, no pudo asistir.
El domingo 21 de noviembre se hizo la inauguración pública, cantando la misa de Pío X, haciendo de organista el párroco de Paracuellos, Ángel Pelegrín, cantando, entre otros jóvenes, Pascual y Jaime Sanjuán Sardaña, y el maestro don Ricardo con los niños. Por la tarde tuvo lugar otro acto eucarístico. Aquel día en las mesas petitorias, con otros donativos, se recogieron 754 pesetas.
El día 17 Manuel Navarro cobró 7.915 pesetas por el altar, sagrario y expositor. Hubo donativos de mil pesetas de José Ignacio y de Juan Antonio Olazábal Bordíu, de Pascual Sanjuán Mené y del gobernador. Pascuala Costea y Joaquina Sarto donaron quinientas pesetas cada una. Doscientas cincuenta las señoritas Cabeza y Gloria Gil. Donativos de cien pesetas hubo bastantes y cincuenta pesetas donó la maestra Petra Chamorro.
El nuevo altar fue del gusto de todos. Todos los vecinos colaboraron en mayor o menor medida y con todos los donativos quedaron pagados todos los gastos. Era entonces coadjutor de la parroquia mosén Isidro Sada, de Ablitas. Mosén Doroteo Lamana firmaba esta crónica el 22 de noviembre de 1943, al final del Libro duodécimo de bautizados (1927-1949).
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