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Marcial, Gracián y Unamumo
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JUAN F. PUELLO HERRERA | Existen una serie de libros que vistos en secuencia presentan ciertas características en común que pueden ser identificados como una unidad de pensamiento en el ámbito de lo que perciben sus autores.
Un buen ejemplo de lo afirmado son tres obras que cito con sus respectivas ediciones, Epigramas de Marco Valerio Marcial (Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 2003); el Arte de la prudencia de Baltasar Gracián (Madrid: Ediciones Temas de Hoy, 1993) y el Diario Íntimo de Unamuno (Madrid: Alianza Editorial, 1970).
De estos tres libros el de Marco Valerio Marcial es el más antiguo ya que fue escrito en el 40 d. c. en forma de epigramas, esto es, "pensamientos ligeros sobre la vida cotidiana, en forma de chanza, antítesis considerados en sus tiempos que debían ser como una abeja, que es pequeña y produce la dulzura de la miel y deja el escozor del aguijón".
En el Arte de la prudencia escrito en 1647 "viene a ser un espejo en el que puede verse reflejada el complejo entramado de la condición humana", y que mediante aforismos reflejan una sabiduría sustentada en la ética; en fin, lo que hace la prudencia es que pensemos antes de actuar.
Finalmente, el Diario íntimo escrito por Unamuno "entre el 9 de abril y el 28 de mayo 1897 en su retiro a Alcalá de Henares", combina la sabiduría con la prudencia, que permite al autor prácticamente "desnudarse, dejándose llevar por una forma de escribir reflejado en notas en las que la verdad debe hallarse en la libertad que se alimenta de lo fragmentario".
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Listín Diario (28-5-2021)
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