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| Un inédito Baltasar Gracián en versión teatral buscará emocionar en Olmedo
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EFE. Valladolid | Un inédito Baltasar Gracián, de la mano de la considerada como obra maestra del conceptismo barroco español, "El criticón", y gracias al ingente trabajo de Alfonso Plou, José Luis Esteban y Carlos Martín, de "Teatro del Temple", buscará mañana en Olmedo Clásico emocionar al público.
Y lo hará a través de un texto en el que, el viaje de los dos protagonistas, Critilo y Andrenio, se instalará en la mente de los espectadores para hacerles reflexionar respecto a la superación del ser humano y la decadencia de la sociedad, con una buena dosis de ironía y suspense.
Se trata de la primera vez que se lleva al teatro al autor aragonés y la idea surgió tras el reto planteado por el Gobierno de Aragón, que propuso a Teatro del Temple tres temas: Goya, Buñuel -que ya habían tratado anteriormente- y Baltasar Gracián, cuya obra abordaron de inmediato con ilusión y mucho trabajo.
No fue sencillo adaptar "El criticón" a las tablas, puesto que se trata de una "pieza filosófica y conceptual y, por tanto, densa y muy compleja", pero una vez José Luis Esteban ubicó el contexto en una embajada, y desarrolló el viaje de los protagonistas en ella, todo comenzó a encajar para dar lugar a una versión que está recibiendo una gran aceptación de público y crítica.
El hecho de no saber qué va a suceder en el escenario engancha a los espectadores, que verán reflejada la falsa apariencia o virtud, un mundo de falsas promesas, de seres misteriosos que engañan, que muestran soberbia, ira, todo ello mezclado con humor, con música en directo y una puesta en escena coral que aporta mucho ritmo.
En una entrevista a Efe, el director de la obra, Carlos Martín, ha advertido de que el esfuerzo realizado con este proyecto, se ha traducido en un fruto jugoso, al descubrir para el teatro a Baltasar Gracián y, tras pasar por algún festival más, descansarán en verano para recargar pilas.
No es la primera vez que "Teatro del Temple" recala en Olmedo, puesto que ya lo estuvieron con "La vida es sueño", de Calderón de la Barca, en un certamen en el que "la gente está informada y acostumbrada a ver cosas nuevas, preparada y con capacidad de análisis".
En su opinión, abordar un Clásico tiene como ventaja que "se trata de autores y obras muy conocidas", pero también eso supone "que cada uno tiene ese clásico en la cabeza y es necesario que, ante propuestas nuevas, las compañías sean capaces de conectar con el público, lo que a veces no resulta fácil".
"Pero al final, sea teatro contemporáneo o clásico, lo que queda es el trabajo, que es lo que realmente convence al público" y, en este sentido, el marchamo de "Teatro del Temple" es dar el máximo en cada idea y tratar de otorgar a las artes escénicas el protagonismo que se merecen.
Con su "Teatro de las esquinas", que gestionan en Zaragoza, han conseguido compartir su pasión de una forma directa y cercana, en una sala para 500 espectadores y con un escenario con grada para músicos, que cuenta con 500 alumnos y más de una veintena de profesores que colaboran en la transmisión del conocimiento a las futuras generaciones.
En la recámara, ya tienen previsto para septiembre, el estreno de 1971, una obra en la que la danza y la música serán el centro de atención, ya que está basada en el disco del cantautor aragonés Rafael Berrio, quien también participará en el espectáculo, y además mantienen su empeño en salir fuera de España.
Pero, sobre todo, uno de sus principales objetivos, es conseguir una mayor unión y esfuerzo conjunto entre las compañías y todos los agentes implicados en el mundo escénico, "para trabajar en red y relacionar espacios", que permita contar con "una estructura de trabajo", para lo cual están promoviendo reuniones y estableciendo contactos, de cara a lograr esa fuerza grupal.
La Vanguardia (17-7-2018)
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