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| Agustinos en Filipinas
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Los agustinos llegaron a Filipinas en 1565. En la expedición de 1564, al mando de Miguel López de Legazpi, iban cinco agustinos, los PP. Andrés de Urdaneta, que actuaba de prior, Martín de Rada, Diego de Herrera, Andrés de Aguirre y Pedro de Gamboa, que llegaron a Filipinas el 13 de febrero de 1565. Los franciscanos lo harían en 1578, los jesuitas en 1581, los dominicos en 1587 y los agustinos recoletos en 1606.
En 1571 el Adelantado Miguel López de Legazpi tomará posesión de Manila, levantando una iglesia bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, concediendo a los agustinos terreno para levantar iglesia y convento, que sufriría varios incendios y terremotos. En 1587 se decide levantar un nuevo convento que será Casa-Cabeza de las islas Filipinas. Felipe II concedió 10.000 ducados para el nuevo edificio, aunque su hijo Felipe III ordenó que se entregaran las cantidades que faltaban, pues hasta 1591 sólo se habían entregado 2.000 ducados. En 1599 ya funcionaba como casa de estudios, dedicando los primeros años a colegio de primeras letras para españoles e indios, hasta que llegaron los dominicos y jesuitas. También fue colegio de Arte y Teología.
Entre los misioneros agustinos en Filipinas podemos citar al bilbilitano Blas Marta, nacido en 1649. Profesó en Zaragoza en 1665, llegando a Filipinas cuatro años más tarde. Evangelizó Bisayas y murió en Manila en 1696. José Pasamonte, nacido en Ariza en 1686, profesó en Burgos en 1703. Fue Procurador Provincial, Secretario, Definidor y Prior del convento de Manila. Murió en Batán en 1732. Andrés Puertas, natural de Brea, profesó en Zaragoza en 1727. Pasó a Filipinas en la expedición del P. Miguel Vivas. Fue Definidor en 1753, Visitador, Juez Eclesiástico, Calificador del Santo Oficio y cinco veces Prior del convento de Cebú. Murió en 1780 y escribió en cebuano tres tomos de Sermones morales y dos tomos de Casos de conciencia. Tadeo de la Consolación, nacido en la Aldehuela en 1731, profesó en Valladolid en 1750. Llegó a Filipinas en 1754, muriendo en Manila en 1780. Aprendió bien el pampango, regentando Bugasón, Cápiz, Panaz y Otón. Alejandro Peyrona nació en Ricla en 1770. Profesó en Zaragoza en 1785. Llegó a Filipinas en la misión de 1788, siendo destinado a Ilocos. Murió en Bacarra en 1806. José Olivera, nacido en Villanueva de Jiloca en 1813, profesó en Zaragoza en 1832. Se trasladó a Filipinas donde administró la hacienda de Maricalán, de 1863 a 1890, año de su fallecimiento. Félix Ubide, oriundo de Encinacorba, profesó en Valladolid en 1833. Llegó a Manila con la expedición del año 1836. Vivió dos años en las islas y murió sin haber recibido la ordenación sacerdotal. Los hermanos Manuel y José Foj nacieron en Villanueva de Jiloca y profesaron en el Colegio de Valladolid. Manuel pasó a Filipinas en 1875, restaurando la iglesia de Santiago y edificando la iglesia de Santo Tomás, destruida por un movimiento sísmico en 1892. Luego pasó a Buenos Aires y a Brasil, regresando a España, donde murió en Caudete en 1917. José, nacido en 1846, profesó en Valladolid en 1872 y pasó a Manila en 1878. Regentó varias parroquias, terminó el convento de Perdigán y en Negulián edificó la iglesia, el convento y el cementerio. Falleció en 1930. Manuel Jiménez Gumiel nació en Paracuellos de la Ribera el 19 de diciembre de 1823, siendo bautizado al día siguiente, siendo su madrina su tía Francisca Jiménez. La partida de bautismo la firma el regente Joaquín Carnicer. Era hijo de José y de Blasa. Sus abuelos paternos, José Jiménez y María Lucía Carnicer, eran de Embid, y los maternos, Ignacio Gumiel y Rosa Carnicer, de Paracuellos. Profesó en Valladolid en 1843.
Clemente XII había concedido las oportunas licencias en 1736 para la fundación de un Colegio-Seminario bajo la advocación del Santísimo Nombre de Jesús. Este proyecto fue gestionado por los PP. Miguel Vivas y Matías de Ibarra, ante el mismo pontífice. La idea de levantar un convento propio había partido de la Congregación intermedia celebrada el 31 de octubre de 1732. Felipe V autorizó la obra, colocándola bajo su protección en 1743, por eso se denominará Real Colegio de Valladolid. Los planos del seminario se deben a Ventura Rodríguez, siendo el único convento que se salvó de la Desamortización de Mendizábal.
Miguel Jiménez llegó a Manila en 1845, siendo ordenado sacerdote en 1849. Administró Pidigán y San Fernando. Fue electo Rector del Colegio de Valladolid en el Capítulo Provincial de 1857, ejerciendo de profesor y procurador. Regresó a Filipinas en 1868, tras haber sido nombrado Prior del convento de Manila, pero renunció al priorato y se retiró a Batoy, donde falleció en 1869.
Escribió algunos libros: Mártires agustinos en el Japón, Adiciones a la historia del Japón de Charlervoix y la Biografía del P. Andrés de Urdaneta.
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