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La exposición de Cariñena de 1891
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | La Exposición viti-vinícola de Cariñena fue un certamen científico-agrícola que se celebró en septiembre de 1891. La idea surgió de la Compañía de ferrocarriles de Cariñena a Zaragoza, con iniciativa de Juan Tutau, ex-ministro, director gerente de la Sociedad Catalana General de Crédito y del ferrocarril de Cariñena a Zaragoza, idea que recogió la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza. Este ferrocarril de vía estrecha se había construido entre 1882 y 1885, inaugurándose en 1887. Permitió que el vino de Cariñena llegara al mercado francés, siguiendo la red Zaragoza-Alsasua-Irún. Con el ataque de la filoxera a los viñedos franceses, entre 1870 y 1874, se plantaron muchos viñedos en Aragón. En España se conocieron focos de filoxera en Málaga en 1876, en Gerona en 1879 y en Orense en 1881. A Aragón llegó a finales de siglo. En octubre de 1881 se celebró en Zaragoza el Congreso Internacional Filoxérico, bajo el patrocinio del gobierno, de la Diputación Provincial y de la Junta de Agricultura, Industria y Comercio de la provincia.
En las Casas Consistoriales de Cariñena tuvieron lugar varias conferencias. La primera, celebrada el 3 de septiembre, a cargo de Juan Tutau, versó sobre las "Consideraciones generales de economía agrícola". En ella Tutau felicitaba a los agricultores por el esmero con el que cultivaban los viñedos, aunque pocos eran los que abonaban. La mayoría aportaba estiércol. Y añadía: "Sois perfectos viticultores y medianos vinicultores. La naturaleza os ha dado un suelo envidiable para la producción de vinos; vosotros la secundáis perfectamente trabajándolo bien, pero, sin duda porque en su estado natural os son solicitados los mostos, no habéis cuidado de trabajarlos". En la Exposición había podido ver que los agricultores de Cariñena utilizaban los mejores procedimientos en la elaboración, aunque todos los vinos eran generosos y por ello de poco consumo. Tutau creía que las plantas americanas no iban a ser resistentes a la filoxera y animaba a los agricultores a asociarse para comprar en común semillas, abonos y remedios a mejores precios, así como a ensayar en campos de experimentación. El día 6 habló Julián Rivera, ingeniero agrónomo, tratando el tema "Cultivo de la vid en la provincia de Zaragoza". En toda la provincia se cultivaban entonces más de noventa mil hectáreas, catorce mil en regadío, siendo la cosecha media de dos millones de Hl. de vino. Recomendaba las variedades Garnacha, Perrel y Miguel de Arcos, plantadas en un marco de dos metros, que permitía el empleo del arado. Animaba a los agricultores a crear sindicatos para comprar abonos y consideraba que el ferrocarril era necesario para el transporte del vino. Ramón Bosqued, farmacéutico de Aguarón, habló el día 8 de los "Conocimientos químicos aplicados a la agricultura". Bosqued defendía la aplicación de abonos químicos, que "empleados juntamente con el estiércol, producen los mejores resultados". Ricardo Górriz, natural de Cariñena, graduado en Farmacia, licenciado en Ciencias Físico-químicas y farmacéutico del Hospital Provincial, habló el día 10 de las "Relaciones de la Entomología con la viticultura", señalando las plagas de la vid y sus tratamientos. Hilarión Gimeno Fernández Vizarra habló el día 12 del "Enyesado de los vinos", enumerando las ventajas y desventajas del enseyado, recomendando la utilización del ácido tartárico y del fosfato de cal en vez del yeso. "Nosotros cultivamos mejor que antes, pero elaboramos como antiguamente. Se recolectan las uvas, no siempre en completa sazón su gentil espíritu, y en carreta, especie de lagar ambulante hecho de tablas mal unidas, se amontona el fruto que estrujado y mal cubierto comienza a fermentar en el camino antes de llegar a las clásicas bodegas, verdaderos antros donde la luz falta, la temperatura escasea y el aire se renueva difícilmente, y en ellas mezclado con abundante yeso cede su zumo a la presión más primitiva que el hombre pudo imaginar en las edades prehistóricas. Luego, casi sin otras precauciones, el mosto fermenta y da origen al vino que unos años es dulce y otros seco, por la gracia de Dios, en unas vasijas claro y en otras turbio, porque Él lo quiso, y siempre de graduación alcohólica distinta, aun procediendo de terrenos y vidados idénticos, quizá por aquello de que en la variedad está el gusto, cuando en este caso el gusto exige unidad". El día 16 habló Manuel Gayán y Angulo, ingeniero agrónomo, en una conferencia titulada "La asociación se impone". Señalaba que los vinos aragoneses se vendían a Francia sin transformarlos. Si los hubieran exportado los productores, tendrían entonces mercados. Francisco X. Tobeña y Argila, perito agrónomo, habló el día 18 del "Pasado, presente y porvenir de la viticultura española". Tobeña defendía la sustitución de las vides por cepas americanas, "único remedio al mal" de la filoxera. El día 19, Ángel López de Santa María, doctor en Medicina y Cirugía, ofreció la última conferencia titulada "El alcoholismo y sus efectos".
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