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| San Roque de 1913 en Saviñán
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El Batallón Infantil Patria de Saviñán fue organizado e instruido por Pedro Miranda, oficial retirado y ex-combatiente de Cuba, siendo la nota más destacada de las fiestas de San Roque de 1913. El Batallón Infantil estaba compuesto por 31 muchachos de unos 8 años que vestían traje de rayadillo, como el Ejército de Ultramar, y gorra de plato. Los uniformes más caros costaron 10 pesetas y los más baratos 5 pesetas. La bandera fue bordada por las señoritas del pueblo, entre las que se encontraba la condesa de Argillo y jóvenes de las familias Gracián y Sarto. Los soldados ensayaban en un local de San Antonio y cantaban un himno muy patriótico. Un día de las fiestas fueron obsequiados con un pastel, por su magnífica actuación.
Conocemos todos los actos de aquellas fiestas de San Roque de 1913, por el programa editado aquel año. Dieron comienzo las fiestas el día 14 de agosto, a las once de la mañana, con la salida de la comparsa de gigantes y cabezudos de nueva construcción, acompañados por la dulzaina y el tamboril, contratados expresamente para este objeto. A las doce haría su entrada en la localidad, a los acordes de una gran marcha militar, el Batallón Infantil, recorriendo algunas calles, precedido de la Banda de Música del Hospicio Provincial. A esa hora las campanas darían un repique general y se dispararían bombas reales. A las seis de la tarde saldría de nuevo la comparsa de gigantes y cabezudos, acompañados por la dulzaina y el tamboril. A las siete tendrían lugar las Vísperas y Completas en la iglesia parroquial, terminando esta función religiosa con una grandiosa Salve. Y a las nueve de la noche habría baile en la plaza de la Constitución con la Banda del Hospicio. El día 15 se tocaría diana a las seis de la mañana, a las siete se rezaría un rosario general y a las nueve se oficiaría la misa solemne, con asistencia del Batallón Infantil con su bandera bordada. La oración sagrada estaría a cargo del coadjutor Ángel Aznar. A las diez y media tendría lugar una recepción en el Ayuntamiento, donde se repartirían los bonos a los pobres, seguido de un concierto a cargo de la Banda del Hospicio Provincial y de unas evoluciones militares del Batallón Infantil. A las doce se dispararían bombas reales, con la tercera salida de los gigantes y cabezudos. De tres a cinco de la tarde habría baile público, con ascensión de globos grotescos y disparo de fuegos artificiales japoneses, con sorpresas infantiles. A las seis se celebrarían Vísperas y Completas en la ermita de San Roque y a las nueve de la noche tendría lugar un concierto musical con ascensión de globos iluminados, quemándose una colección de fuegos artificiales elaborados por el señor Cunchillos. El día 16 se tocaría diana a las seis de la mañana. A las ocho se oficiaría una misa a gran orquesta y sermón en la ermita, a cargo del coadjutor Joaquín Escribano. A las diez de la mañana se repartirían los premios a los niños de las Escuelas Municipales. A las once, tras la recepción en el Ayuntamiento, el Batallón Infantil practicaría unos ejercicios militares. A mediodía saldrían los gigantes y cabezudos. A las tres de la tarde habría corridas de pollos y baile en la plaza hasta las seis, hora que saldría la procesión de la parroquia, con un piquete del Batallón Infantil. A las nueve de la noche se quemarían fuegos de artificio y durante el baile público se elevarían globos grotescos, acabando con la quema de un zecenzusko. El día 17 la diana sería a las seis de la mañana. A las nueve se anunciaba una misa a gran orquesta y a las diez tendría lugar en la Escuela Nacional de niños un homenaje a la bandera, al que estaban invitados notables personalidades de la provincia. En este acto los niños del Batallón Infantil cantarían los himnos de la Bandera y de los Exploradores, acompañados por la música. A las tres de la tarde habría corridas de pollos y durante el baile se dispararían varios volcanes con sorpresas. A las ocho y media de la tarde se quemaría un zecenzusko y la gran traca final. Después tendría lugar una gran retreta militar, en la que los niños del Batallón Infantil llevarían faroles de colores. Para las fiestas, la Comisión había contratado a una compañía cómico-dramática, que ofrecería dos sesiones de vermut los días 15 y 16, y una gran función el 17 en el teatro de la localidad. La plaza de la Constitución sería adornada e iluminada con gran brillantez, así como gran número de edificios particulares.
Al parecer, el Batallón sólo desfiló aquel año de 1913 y su bandera, por expreso deseo de Miranda, sirvió para cubrir su ataúd durante su entierro en Calatayud.
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