|
|
 |
|
| Mariano Gaspar Gracián
|
|
Chalé de la Virgen del Pilar de Saviñán, donde
Mariano Gaspar Gracián pasaba algunas temporadas
FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Ya en 1984, Antonio Sánchez Portero nos ofrecía algunas noticias sobre Mariano Gaspar Gracián (1914-1961), en su libro Opi Niké. Cultura y arte independientes en una época difícil. Juan Manuel Bonet lo incluyó en su Diccionario de las vanguardias, y Luis Ballabriga hará lo propio en la nueva Enciclopedia Aragonesa. Manuel García Guatas es autor de "Un testimonio de la vida artística moderna en la España de posguerra", publicado en Artigrama, nº 23, 2008, donde nos relata la vida y la obra de Mariano Gaspar, "que fue un poco de todo: pintor, decorador mural, figurinista teatral, actor aficionado, ceramista, pero malogrado artista de poca, desigual y muy dispersa obra".
Mariano Gaspar Gracián nació en Calatayud el 6 de octubre de 1914. Sus padres, que habían casado en 1913, eran Mercedes Gracián Gil, de Saviñán, y Mariano Gaspar Lausín, afiliado al partido Republicano Radical de Lerroux, primer presidente de la Comisión Gestora de la Diputación de Zaragoza, diputado a Cortes y gobernador civil de Huesca. Mariano tuvo tres hermanos. Uno de ellos falangista, murió en la Guerra Civil, Mercedes casó con un militar del cuerpo de Ingenieros, que ascendió a general, y José María, el heredero, continuó con la explotación agrícola familiar de plantaciones y viveros.
La madre, Mercedes Gracián Gil (1890), era hija de Diego Gracián Campos (1862-1938), de Saviñán, y de Gloria Gil Soriano, de Moros. Los Gracián-Gil vivían en la casa que fuera de la familia Martínez de la calle Mayor, hoy casa de la familia Crespo-Lafuente. Esta casa pasó a la otra hija del matrimonio Aurora Gracián Gil (1893), que casará en 1919 con Alfonso Lozano Cabeza. Diego Gracián Campos era hermano de Carmen (1861-1947), que casó en 1885 con Francisco Gil de la Corona, y de Juan Ignacio (1864), que casará con Teresa Marco Abad, de Cervera.
Mariano Gaspar Gracián cursó estudios de Derecho, que abandonó, marchando a vivir a Madrid con su padre, tras la separación matrimonial, realizando frecuentes viajes a Zaragoza, Calatayud y Saviñán, donde pasaba algunas temporadas en el chalé de la Virgen del Pilar, cuya finca ya pertenecía a su tatarabuelo Juan Gracián García (1773-1864), segundón de la familia, que casó en 1802 con Carmen Yepes Campillo. En una pequeña casa, en el borde mismo de la propiedad, hacia Saviñán, vivió el recordado cantador de jotas Matías Maluenda Arévalo.
Parece que Gaspar Gracián fue autodidacta, aunque bien pudo asistir en Zaragoza a algunas clases en la academia del viejo pintor Abel Bueno. Según cuenta él mismo, en Valencia tuvo un "aprendizaje de lo que no se debe hacer en pintura". Bonet escribe que "fue amigo de García Lorca y de todos los artistas de Madrid de 1930". Mariano Gaspar conoció el teatro itinerante de La Barraca (1932-36), que debió servirle de estímulo inicial. Se relacionó también con artistas y escritores de la vanguardia de Zaragoza, en torno a Tomás Seral y Casas y sus ediciones literarias. En 1935 hizo unos dibujos para las cubiertas de tres libros de poemas de las ediciones Cierzo: Cancionero en azul, de Mª Dolores Arana, Rumbo, de Maruja Falena, y Cancionero de la meseta, de José Mª Vilaseca. Tras la Guerra Civil, siguió colaborando con Seral y Casas.
Durante la Guerra Civil, Mariano Gaspar fue movilizado en Madrid para el ejército republicano. Sánchez Portero asegura que viajó antes o después de la Guerra Civil a París y a Santiago de Chile, pasando temporadas en Barcelona. En sus notas autobiográficas, escritas para la Sala Studio de Bilbao en otoño de 1949, Gaspar Gracián escribe que pasó una "estancia de 8 meses en un sanatorio psiquiátrico [Reus]. Interesantes experiencias psicológicas". Sabiendo el destino de sus viajes y sus relaciones personales, García Guatas apunta una presunta homosexualidad de Mariano Gaspar.
Según García Guatas, la década de los años 40 fue la más creativa y activa de Gaspar Gracián, centrado en la cerámica, en las pinturas de caballete y en los primeros decorados teatrales. Sus primeras exposiciones fueron de cerámicas, de las que sólo se conservan fotografías de conjunto. En 1942 expuso en el palacio de la Virreina de Barcelona y en 1943 en la Sala Reyno de Zaragoza. En la calle Cádiz, esquina a la de San Diego, Mariano Gaspar abrirá una galería de arte con su socio Félix Ayala, delegado de Información y Turismo. Se llamará "Sala Gracián" y fue abierta el 29 de noviembre de 1947. En ella sólo se presentaron dos exposiciones, una de grabados de Ricardo Baroja y otra de paisajes del pintor madrileño César Fernández Ardavín. Aunque en esta sala se ponían también a la venta objetos de regalo, como piezas de porcelana, cristal, artesanías y bolsos, el negocio no funcionó y la sala cerrará sus puertas a finales de diciembre.
Según escribe el mismo Gaspar Gracián, en junio de 1949 comenzará a pintar al óleo, exponiendo estas pinturas en septiembre y noviembre de este mismo año en San Sebastián y Bilbao. En una entrevista para el Diario Vasco de San Sebastián, Gaspar Gracián afirmaba: "Aunque no trato de imitarlos, es natural que sienta en mi pintura la influencia de Dalí, Picasso, Campigli, Chirico, Carrá, etcétera. Pero por encima de todos siento admiración por el predecesor de esta pintura, por El Bosco y por Brueghel el Viejo. En mi afán conceptuoso trato de llegar a la esencia de las cosas y captar lo mágico de ellas".
Gaspar Gracián se relacionaba en Zaragoza en el ambiente de modernidad artística. Asistía a las tertulias literarias de Félix Ayala, en su casa de la calle Cervantes, a las de la sociedad en Radio Zaragoza, en su nueva sede de Marina Moreno, hoy de la Constitución, y a la del café Niké. "el principal foro de la actualidad cultural y del surrealismo, en el corazón de Zaragoza", según García Guatas. Aquellos escritores y poetas recordaban los ojos saltones de Mariano Gaspar, su rostro grande, su simpatía y su amena conversación.
En 1955, Gaspar Gracián, decoró con un mural el pequeño bar del vestíbulo de la entonces nueva sede de Radio Zaragoza y en 1959 decoró algunas paredes del Hotel Fornos de Calatayud, donde pintó bisontes al estilo de los rupestres de Altamira.
Sabemos que ya en 1939 hizo los decorados y figurines para Aulularia de Plauto, representada en el teatro romano de Mérida el 1 de octubre y el 10 de diciembre en el teatro del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En este mismo año se le deben los decorados para la obra Tintín, Pasitos y Polocho en la isla de los Merengues, para los Festivales Infantiles en el Teatro Español de Madrid.
En 1944 realizó los decorados y figurines para Las castañeras picadas de Ramón de la Cruz, en el club Helena de Barcelona. En 1950 los decorados y figurines para Las guías del alma, auto sacramental del Eugenio Frutos, y en 1951 los decorados y figurines para Thais, de Anatole France. En 1960 hizo los decorados y figurines de La zapatera prodigiosa, de García Lorca, para el Teatro Español Universitario de Zaragoza, que logró el primer premio, y de Nuestra ciudad, de Thornton Wilder, estrenada en el Eslava de Madrid y luego en el Principal de Zaragoza.
En el periódico Amanecer, del 31 de marzo de 1960, se decía: "Los montajes escénicos de ambas obras estaban realizados con afortunados decorados de Mariano Gaspar, que supo encontrar la verdadera síntesis plástica para mejor subrayar las estilizaciones de lo que pedía la ambientación y texto de las comedias. Un verdadero triunfo de un excelente escenógrafo".
Estos decorados fueron depositados en los locales del Sindicato Español Universitario de Zaragoza, en la entonces calle Requeté Aragonés, hoy Cinco de Marzo, donde también abría sus puertas el café Niké, y donde se les perdió la pista.
Emilio Alfaro escribió para él La Farsa de Milady y de Patato. En 1940 actuó en la Comedia heroica de la libertad de España, en el Teatro de San Fernando de Sevilla y en Las mocedades del Cid, de Guillén de Castro, en el Teatro Español de Madrid en 1941. Participó en el Primer Salón de Invierno de Pintores de Zaragoza y en la Primera Exposición de Humoristas Aragoneses, en la Sala Libros de Zaragoza.
En una de estas tertulias del Niké, a las que no faltaban Julio A. Gómez, los Labordeta, Gabriel Bermúdez o Eduardo Valdivia, debieron de ver a Mariano Gaspar Gracián por última vez, ya en vísperas de las Navidades de 1960. Allí comentó que se iba a Barcelona, pero unos meses después, a principios de abril de 1961, lo encontraron muerto en la cama de su piso y estudio de la calle de Madre Vedruna. Contaba 46 años. Sus restos fueron llevados a Calatayud.
|
|
