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Los aforismos de Baltasar Gracián triunfan en Alemania
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La localidad zaragozana de Belmonte lleva el apellido de Baltasar Gracián, escritor y filósofo, precursor del existencialismo y de la postmodernidad. Uno de los más insignes pensadores de la historia de la humanidad. En los institutos se estudia 'El Criticón' pero la obra que ocupa titulares de periódicos, televisiones y radios de Alemania es otra.
'Oráculo, manual y arte de prudencia' fue traducido al idioma de Habermas en el siglo XIX. Lo hizo el mismísimo Schopenhauer, fascinado por la prosa y las ideas del autor aragonés. Los expertos explican que ambos veían la vida como un espacio "de lucha existencial" y compartían una mirada pesimista de la realidad.
La editorial alemana Reclam decidió renovar este clásico hace unos meses y encargó una nueva traducción a Hans-Ulrich Gumbrecht, una autoridad de la filosofía contemporánea en Alemania y profesor emérito de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
Apenas unas semanas después de salir de imprenta, este clásico español del siglo de Oro se ha colado en la lista de los cinco volúmenes de divulgación más destacados para varios medios de comunicación. Entre sus competidores se encuentran las memorias de Obama, un libro sobre historia nazi y un ensayo sobre sexo y cultura.
El secreto del éxito
¿Y por qué ha despertado tanto interés en pleno siglo XXI? Los 300 aforismos que recoge el libro de Gracián son sentencias de una mente privilegiada que critica un mundo en el que prevalecen las apariencias frente a la virtud y a la verdad. En el que los filtros -y no los de opinión- están a la orden del día y en el que luchamos ante un desafío sin precedentes como es una pandemia.
De Baltasar Gracián se ha dicho que es "el barroco". En ningún autor se conjugan con igual fortuna e intensidad la admiración, la variedad, el ingenio y la cosmovisión desengañada de este periodo de la cultura occidental. Su obra -dicen los gracianistas- representa "la cumbre ética y estética del hombre moderno".
Muchos lectores alemanes han encontrado en las normas y orientaciones de Gracián su brújula para guiarse en una sociedad compleja y en crisis. Por ejemplo, Gracián nos recomienda no perdernos el respeto a nosotros mismos, tener amigos, nunca quejarse ni descomponerse, saberse atemperar y permitirse algún "venial" desliz.
También nos recuerda eso de "antes loco con todos, que cuerdo a solas". Y que no conviene exagerar ni hablar con superlativos. Del mismo modo, es conveniente saber negar, porque no todo se ha de conceder, ni a todos y tener tanteada nuestra fortuna, para el proceder y para el empeñarse.
A otro nivel están los que se proponen corregir su antipatía, con cordura, porque "no hay peor descrédito que aborrecer a los mejores". Y quizá uno de los mayores secretos que Gracián nos regala es el arte para vivir mucho: vivir bien y que para vivir, hay que dejar vivir.
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Aragón Cultura (25-2-2021)
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