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Mitin abolicionista

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Hasta 1870 no quedó abolida la esclavitud en la España peninsular, hecho que se logró en Puerto Rico en 1873. En 1880 lograron la libertad los esclavos de Cuba, aunque quedaron tutelados por un régimen de patronado hasta 1886. En todo esto tuvo mucho que ver la Sociedad Abolicionista de España y Rafael María de Labra (1841-1918). Labra, que militó en el republicanismo centralista de Salmerón, escribió numerosos libros dedicados a la autonomía de las Antillas, a los problemas educativos y a la abolición de la esclavitud. En su libro La Abolición y la Sociedad Abolicionista Española en 1873, editado en 1874 por esta Sociedad, hacía un poco de historia de las vicisitudes pasadas. Cuenta que el 2 de abril de 1865 había tenido lugar una reunión de la que nacería esta Sociedad Abolicionista, con sede en la calle Valverde de Madrid. El 15 de julio apareció el primer número de El Abolicionista y el 10 de diciembre de aquel año se celebró el primer mitin en el teatro Variedades. En este mismo año se constituyó la Sociedad de señoras para contribuir a la abolición de la esclavitud. Tras la Revolución de 1868, que reconoció los derechos naturales del hombre, se redactó un manifiesto declarando dogma la abolición inmediata y simultánea. Entonces se sustituyó al antiguo presidente Salustiano de Olózaga y El Abolicionista, callado desde 1866, renació con nuevos bríos. La Sociedad se reorganizó en 1870, eligiendo presidente a Fernando de Castro (1814-1874). El 24 de diciembre de 1872 se aprobó la Ley de abolición inmediata y simultánea de la esclavitud de Cuba.

Todo el año de 1873 había trabajado el impresor José Noguera en la edición de un nuevo libro de Labra titulado: La Abolición de la esclavitud en el orden económico, Madrid, 1874, un volumen de 500 páginas, del que se hicieron dos mil ejemplares, que se pusieron a la venta a 20 reales. En todo el año 1873 se habían editado 25 números de El Abolicionista, con una tirada de dos mil ejemplares cada uno, que se venía imprimiendo con folletos, carteles y papeletas, en la imprenta de Manuel Ginés Hernández. El Abolicionista publicaba de uno a seis números al mes, colaborando en su redacción, entre otros: Fernando de Castro, Castelar, Labra, Pi y Margall, Ruiz de Quevedo, Salmerón, Giner y Figueras. Su contenido estaba dedicado a la libertad del trabajo y la publicación estaba abierta a todos los que defendiesen ese principio, sin consideración de escuela, religión o partido político. El Abolicionista costaba dos reales al mes y los socios, según acuerdo de la Junta de 1 de enero de 1874, estaban obligados a pagar una peseta.

El 16 de noviembre de 1879 se celebró un mitin por abolicionista en el Teatro Novedades de Zaragoza, a iniciativa de la redacción de El Diario Democrático de Zaragoza. Como portavoz de la redacción intervino Gimeno Rodrigo, que defendió las tesis de los antiesclavistas, que hasta hace poco eran considerados antiespañoles, y pidió "la abolición inmediata, absoluta y radical de la esclavitud" en España, que la mantenía en "inexplicable y vergonzoso anacronismo". Sinués consideraba que el negro era un hombre que deseaba ser libre y se confesaba partidario de la abolición inmediata de la esclavitud, sin previa ni posterior indemnización. Piernas Hurtado dijo que la esclavitud era "un hecho engendrado y mantenido por la violencia", "una iniquidad", "una institución bárbara", y pedía la constitución en Zaragoza de una sociedad abolicionista, para que la esclavitud concluyera con el siglo. Salvador Morales creía que por encima de todo estaban "la dignidad y el interés moral del hombre". Sancho y Gil, que se consideraba creyente y "creyente fervoroso de la libertad", defendía "la igualdad, que es siempre condición de aquella, cuando es verdadera". Aplaudía la idea de Piernas de crear una sociedad en Zaragoza y enumeraba con entusiasmo todos los logros del hombre en aquel siglo. Sin embargo España debía pensar "en curar la úlcera que la mancha": la esclavitud. Y se preguntaba: ¿Queréis emplear en algo santo la chispa eléctrica? ¿Queréis una bendición de Dios para el telégrafo? Emplearlo en enviar a la Isla de Cuba esta frase: Abolición de la Esclavitud".

La reunión acordó por aclamación y entre grandes aplausos la necesaria abolición de la esclavitud. Se discutió el procedimiento a seguir para la composición de una Junta que expusiera a las Cortes sus deseos y que determinara las bases para la fundación en Zaragoza de una sociedad abolicionista de la esclavitud. Escosura propuso que todos los oradores que habían intervenido en la discusión, formaran parte de la Junta Abolicionista y Mainar pidió que se incluyera en ella a Escosura. Y así, la Junta quedó compuesta por los oradores y por los señores de la mesa organizadora.


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