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| Casas y palacios de los condes de Argillo
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En el inicio del siglo XII aparece radicado en Pamplona el primer Muñoz. La unión de las coronas de Aragón y Pamplona, tras la muerte en 1076 de Sancho Garcés de Navarra, atraería hacia tierras aragonesas a muchos caballeros navarros. En el memorial enviado al rey por Miguel Muñoz de Pamplona, solicitando el título de conde de Argillo, que le sería concedido en 1776, se hablaba de Martín Muñoz de Pamplona, que había socorrido con trescientos caballos a Alfonso I cerca de Astorga en 1112, con quien participaría en la toma de Calatayud el 24 de junio de 1120. Los Muñoz también tomarían parte de la toma de Cuenca, Valencia y Cerdeña.
Los Muñoz de Pamplona fundaron en Calatayud la parroquia de San Martín, actual plaza de Primo de Rivera, donde campeaban sus armas. La rehicieron en los siglos XV y XVII, siendo derribada en 1880. Tras la incorporación de estas tierras al reino de Aragón en 1120, serían los primeros pobladores cristianos de Saviñán, donde levantarían una torre defensiva, que aprovecharía el palacio renacentista, del que conocemos un inventario de 1561.
El testamento de Diego Muñoz de Pamplona, dado a conocer en el castillo francés de Abos en 1562, señalaba que su esposa Catalina de Noailles debía pasar a vivir a su casa de Saviñán con sus hijos: Tristán, Francisca e Isabel. Y en el palacio de Saviñán continuaron residiendo los sucesores de Tristán Muñoz hasta el siglo XVIII. Los Muñoz de Pamplona debían tener también casa en Calatayud, cercana a su parroquia de San Martín. En Calatayud nació en 1676 Juan José Muñoz de Pamplona y Funes. Era hijo de Diego Muñoz de Pamplona y Andrés de Camarena (1643-1712), que había casado en 1666 con Josefa Antonia de Funes y Pérez de Nueros (1652-1737). Juan Muñoz casó en 1703 con Ana Andrés de Camarena (1679-1711). En 1707 se bautizaba en Saviñán a Juan José Muñoz de Pamplona y Andrés de Camarena, que fallecería al poco de nacer. Sus hermanos Josefa (1706) y Antonio (1709) nacieron ya en Calatayud, siendo bautizados en San Martín. A finales del siglo XVII los Pérez de Nueros eran dueños de una casa situada en la Rúa, que confrontaba con casas de Juan José de Funes y de Martín Zapata.
Al quedarse viudo Juan Muñoz de Pamplona en 1711 se ordenó sacerdote, siendo beneficiado y vicario de San Martín, donde casó a su hija Josefa con José Catalán Pujadas en 1724 y en 1726 a su hijo Antonio con Josefa Dolz Espejo. Juan Muñoz de Pamplona falleció en Calatayud en 1752, siendo enterrado en su capilla de Santa Ana de la parroquial de Saviñán.
Su hijo Antonio casó en segundas nupcias en 1730 con Vicenta Pérez de Nueros y Solchaga (1711-1750), en la parroquia de la Magdalena de Zaragoza. En capítulos matrimoniales, Antonio aportaba la mitad de las rentas y útiles de los mayorazgos de Belmonte, Bubierca y Saviñán, y la mitad de las haciendas de Ricla, quiñón de Argillo y Paracuellos de la Ribera, además de 10.000 libras jaquesas, que era la mitad de la dote que había llevado su madre en capítulos matrimoniales. También aportaba todos los censos y bienes pertenecientes al mayorazgo de Martín de la Sierra, que había ganado, según sentencia de la Real Audiencia, y una casa en la Rúa de Calatayud, que había pertenecido a Pedro Zapata. En su testamento de 1680, Pedro Zapata dejaba como heredero de sus bienes a Juan José de Funes y Funes, aunque en 1701 su hija Josefa Antonia de Funes y su marido Diego Muñoz de Pamplona, aceptaban la herencia de Pedro Zapata, viudo de Isabel Villalba y Sebastián. Vicenta aportaba los bienes que le pertenecían del mayorazgo de Calahorra y los del mayorazgo de Hernando de Rueda.
Los Funes también tenían casa en Saviñán, que habían heredado de los Sayas. En ella falleció María Blas Pérez de Nueros en 1680, siendo enterrada en San Pedro Mártir de Calatayud, y su hijo Juan José el 23 de agosto de 1673. Había testado tres días antes con el notario Miguel García Guerrero. Quería ser enterrado en la parroquial de Bubierca pero, debido al calor de la estación, recibió sepultura en San Pedro de Saviñán, aplazándose su traslado. En Calatayud falleció Juan José de Funes y Funes en 1689, que había nacido en Bubierca en 1622. Los Funes tenían una casa en Calatayud, junto a la parroquia desaparecida de Santo Domingo de Silos, cercana a la Puerta de Terrer, donde falleció Josefa Antonia de Funes y Pérez de Nueros en 1737.
Esta casa situada en la Rúa, que los Muñoz de Pamplona quizá heredaran de los Zapata y conocida como palacio del conde de Argillo, sería derribada en 1963. El 10 de diciembre de 1963, la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Calatayud autorizaba el derribo del inmueble nº 5 de la calle Rúa de Dato, que correspondía con este palacio, del que debía conservarse el alero para colocarlo en el nuevo edificio. Pero el alero fue vendido. Más tarde el alcalde Salvador Ibarra logró recuperar algunas piezas.
En el siglo XIX, en la calle de Baltasar Gracián de Calatayud, aparece un palacio llamado de Argillo, a nombre de la familia Bordiu. Más tarde sería sede del Círculo Católico de Obreros.
En 1742, Antonio Muñoz de Pamplona y Vicenta Pérez de Nueros probaron que Bartolomé Pérez de Nueros y Teresa de Sayas Fernández de Heredia, abuelos de Vicenta, habían vivido y fallecido en una casa situada en la calle Mayor de Zaragoza, cercana a la parroquia de la Magdalena. En ellas también había vivido y fallecido en 1741 Jacinto Pérez de Nueros, padre de Vicenta. Los Pérez de Nueros tenían otras casas en Calatayud y San Mateo, en las que residían temporalmente.
Hijos de Antonio Muñoz de Pamplona y Vicenta Pérez de Nueros fueron: Miguel (1731-1778), Manuel (1739-1803) y Antonio (1740-1785), fraile de la Orden de San Juan. Miguel Muñoz de Pamplona fue I conde de Argillo, título concedido por Carlos III en 1776, y regidor perpetuo del Hospital de Ntra. Sra. de Gracia. Ingresó en la Orden de San Juan en 1760. Había casado en 1755 con Ángela Montserrat y Ximénez de Urrea (+1759), hija de los condes de Berbedel. Miguel Muñoz falleció en 1778 en su casa de la calle Mayor, como consecuencia de las heridas que le produjo el incendio del Teatro de Comedias de Zaragoza. Le heredó su hijo Miguel (1756-1782), que en 1779 tomaba posesión de esta casa de la calle Mayor, con su archivo. Miguel Muñoz, II conde de Argillo, falleció prematuramente en Madrid en 1782, heredándole su tío Manuel Muñoz de Pamplona, que entonces ya era caballero de la Orden de San Juan y Ayudante Mayor del Regimiento de Caballería de España. También fue regidor del Hospital de Ntra. Sra. de Gracia desde 1788. Contrajo matrimonio en 1783 con María Pilar Sanz de Cortés y Connock, hija del marqués de Villaverde, pasando a vivir al palacio de la plaza de San Felipe de Zaragoza. Fueron padres de María Soledad Muñoz de Pamplona (1785-1840), que sucedió a su padre en el condado de Argillo.
A finales del siglo XVII, un modesto labriego de Cortes de Navarra, de sangre hidalga, pasó a Tauste, al arrimo de un pariente párroco y vicario de la villa. A su primer apellido agregó el toponímico de Cortes, llamándose Juan Sanz de Cortes. Su hijo Domingo marchó a Zaragoza, donde llevó a cabo una gran actividad económica y financiera, siendo nombrado regidor perpetuo del concejo zaragozano. Al prior y canónigos del Pilar compró una capilla para convertirla en panteón familiar, bajo la advocación de San José. Su sexto hijo, Francisco, nacido en su casa de la plaza de San Felipe en 1623, fue doctor en Derecho y hombre de negocios. Como su padre, fue regidor perpetuo del Concejo de Zaragoza y del Consejo del Rey. En 1670 consiguió el título de marqués de Villaverde. A Ana Polonia Martínez de Luna compró todos los bienes y títulos de la casa de los Luna, lo que dio lugar a un largo pleito con las familias Sástago, Montijo y el duque de Villahermosa, que se creían con mejores derechos.
Con la boda de su hijo José Sanz de Cortes y Coscón con María Antonia Fernández de Heredia y Ximénez-Cerdán, hija de los marqueses de Bárboles y condes de Contamina, parientes de los Martínez de Luna, la sentencia cayó de parte del marqués de Villaverde, que pasaría a ser también conde de Morata y barón de Gotor y de Illueca. Entre 1672 y 1676 Francisco Sanz de Cortes mandó construir el palacio de Morata de Jalón, bajo la dirección de Juan de la Marca. También entró a poseer el castillo del Papa Luna de Illueca y a levantar a partir de 1676 el nuevo lugar de Chodes.
Entre 1659 y 1661, Francisco Sanz de Cortes amplió sus casas de la plaza de San Felipe de Zaragoza, ocupando parte del cementerio parroquial. La traza del nuevo palacio se debe a Juan de Mondragón, a quien sucedió Felipe Busiñac. En 1685 el marqués de Villaverde fue distinguido por el capítulo parroquial de San Felipe con la elección de primiciero, autorizándole a derribar y reedificar la iglesia según sus deseos. Las obras se iniciaron en 1686, año del fallecimiento de Francisco Sanz de Cortes. Su hijo continuó estas obras, donando más terreno y consiguiendo del capítulo poder abrir tribuna privada desde los muros de su palacio.
La última marquesa de Villaverde fue María Luisa Sanz de Cortes, que falleció soltera en 1837. Todos sus hermanos habían fallecido antes sin descendencia. Le sucedió en los títulos y bienes de la casa de Villaverde su sobrina María Soledad Muñoz de Pamplona y Sanz de Cortes, que agrupó en su persona los títulos de marquesa de Villaverde, condesa de Argillo y de Morata, y baronesa de Gotor y de Illueca. María Soledad Muñoz de Pamplona y Sanz de Cortes, contrajo matrimonio en Saviñán en 1805 con José Garcés de Marcilla y Azuela (1783-1847).
El palacio de los marqueses de Villaverde o de Argillo de Zaragoza fue Colegio de San Felipe desde 1860. En 1946 albergó la sede administrativa y talleres de la ONCE. Fue adquirido por el Ayuntamiento de la ciudad en 1977 y desde 1985 es sede del Museo Pablo Gargallo.
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