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| La sillería del coro de la parroquia de Saviñán
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | José Gracián Gasca escribía en sus Notas para la historia de Saviñán (1919) que el órgano de la parroquia, obra de 1692 de Jusepe de Sesma, se localizaba en la capilla del capítulo, dedicada a la Virgen del Pilar, sobre la puerta de la antigua Sala Capitular. A él se accedía por la escalera del coro y de la escuela. José Gracián añadía que cuando la escuela se destinó a casa rectoral en 1891, se construiría una escalerilla por la sacristía y en 1918 el órgano se trasladaría al coro, donde se encontraba en el año 1979, fecha de su venta.
En una visita pastoral de mayo de 1826, se pedía que en cuatro meses se abriera otro camino, para que los escolares pudieran asistir a la escuela sin cruzar por la iglesia, "pues acostumbrándose los niños a pisar, correr y divertirse de mil modos en las iglesias, que en aquella edad deben infundirles ya un temor majestuoso, después nada queda que llame sus corazones a la compostura y piedad con que deben asistir a las funciones augustas de nuestra Sagrada Religión".
Mosén Juan Antonio Bravo escribía de puño y letra en uno de los libros parroquiales, que la casa parroquial se había terminado el 20 de abril de 1891.
El 16 de mayo de 1736 se concertó con el organero de Cariñena el traslado del órgano de la parroquia, su afinación y la colocación de baldreses nuevos (piel curtida), por 16 libras. El Capítulo de la parroquia debía pagar la manutención del organero, mientras duraran sus trabajos, además de los trabajos del albañil y del carpintero, que debían abrir y componer un balconcillo. Por estas fechas el capítulo apuntaba varias cantidades que pagaba al organero, al albañil, al herrero y al carpintero, por sus trabajos y materiales. El 19 de junio de 1736 se habían pagado 20 reales a Juan Delgado, por una cortina para el órgano, que había comprado en Zaragoza. Incluso también se apuntó el gasto de una libra de tabaco para el organero. El 14 de marzo de 1737 se registraba la entrega de 20 reales al organero de Cariñena, por templar el órgano, y dos arrobas de aceite de los diezmos.
En este mismo documento del Archivo Parroquial se recogen las cantidades que había recibido en 1735 mosén Roque Pamplona, de parte del Capítulo de San Pedro, para llevar a cabo la obra del paso al coro. Si antiguamente se accedía desde la capilla de los beneficiados, como asegura José Gracián, por estas fechas se debió abrir este paso desde los pies de la parroquia, a través de una escalera que comunicaba también con la torre, tal como se mantiene hoy en día.
En este documento se apuntaba lo gastado en cascajo, piedra, cal, madera y yeso en esta obra, lo pagado por trescientas dieciséis tejas y de "envigar" la capilla de San Francisco. Para ello se habían comprado a José Berdejo 120 quintales de cal y dos maderos puentes a Domingo Gumiel, que había labrado y cortado Antonio Cavido. Varias vigas de madera se pagaron a mosén Francisco Carnicer y a Juan Pujadas, cuatro puertas a Francisco Arrue, consignando otros gastos en puertas para la iglesia, cerrajas, una vidriera para la Sala Capitular y una cruz para el cementerio.
Ya el 9 de mayo de 1735 se apuntaban algunas cantidades, que el capítulo entregaba a mosén Roque Pamplona para la provisión de piedra, cal y yeso para esta obra del paso al coro. El 24 de octubre se consignaba que mosén Roque Pamplona había recibido 127 escudos para estas obras, quedando en el archivo 45 escudos. El 7 de noviembre se entregaron al carpintero José Arrue 40 reales, por la contrata de la sillería del coro, a 29 reales cada silla, debiendo componer también la tarima. El Capítulo Eclesiástico de San Pedro debía poner la madera necesaria y los clavos. El 8 de enero de 1736 se entregaron 40 reales al carpintero Arrue y el 27 de este mismo mes 23 escudos y 8 reales más, que sumaban un total de 60 escudos. El 1 de febrero se pagaron 27 reales y 11 menudos al albañil por colocar la tarima, con el yeso y las adobas. Este mismo día se pagaron 35 sueldos al tornero, por treinta y cinco bolas para la sillería y para la subida del balagoste o pasamanos del coro. El 2 de febrero de 1736 se sacaron del archivo 6 escudos y 7 reales, para fin de pago de la sillería, que había ascendido a 66 libras y 14 sueldos, más 2 libras y 8 sueldos que le dieron de "agradecimiento" al carpintero. Toda la sillería, sin contar la madera, había ascendido a 80 libras. Quedaba también apuntado que el 15 de mayo de 1736 se había pagado de blanquear la sacristía.
El 23 de febrero de 1737 el Capítulo de San Pedro había celebrado los funerales del canónigo de La Seo, José Martínez Saldaña, recibiendo de la familia una limosna, que fue destinada al pago de las sillas del coro. El canónigo Martínez Saldaña había fallecido en Zaragoza el 14 de abril de 1735. En una manda de su testamento se decía que, pasado un año, sus restos debían trasladarse a la parroquia de Saviñán. Y el 22 de febrero de 1737, el Cabildo de La Seo dio licencia para sacar del panteón de los prebendados el cuerpo del canónigo Martínez Saldaña, con la pompa y solemnidad acostumbrada. El 23 de febrero el cuerpo del canónigo llegó a la parroquia de San Pedro de Saviñán, depositándose en la Sala Capitular, a él debida. Allí levantó auto el notario Domingo Carnicer, que aquellos restos pertenecían al canónigo. Al día siguiente se celebraría la misa de cuerpo presente, predicando Miguel Martínez Monterde, vicario de Calatorao, tras la cual se depositó su cuerpo, ante la presencia del notario y del presidente del capítulo, mosén Juan Jerónimo Pariente, en la capilla del Rosario, en una urna de piedra de Calatorao, debajo mismo de su retrato pintado.
El coro de la parroquia de San Pedro de Saviñán dispone de veintitrés sillas de nogal bajas, once, con la del vicario, en el frontal, y seis a cada lado, en los laterales, donde tendría asiento el capítulo y los capellanes de la parroquia. La silla prioral se decora con la tiara papal y las llaves de San Pedro, donde luce la fecha de 1736.
El 14 de marzo de 1737 se registraba el gasto de 11 escudos y 7 reales, en tres misales nuevos que se habían comprado en Zaragoza.
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