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Abades caspolinos en el Monasterio de Rueda de Ebro
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MIGUEL CABALLÚ | Los vecinos de Caspe no aprecian ni disfrutan como sería normal la joya del Monasterio de Rueda de Ebro. Quizá este artículo les motive.
De manos del Dr. Hernando me llegó un libro "desafectat" de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona que es una joya para los amantes o estudiosos del Monasterio de Nuestra Ssñora de Rueda, nombre al que añado siempre "de Ebro" para situarlo en el mapa. Se trata de una monografía presentada en el II Congreso de Historia de la Corona de Aragón en Huesca en 1920, editado en Calatayud (Imprenta Ruiz y García en 1923). El autor es el historiador bilbilitano José María López Landa (Calatayud 2-VI-1878 id.8-I-1955), cronista oficial de su ciudad y Académico Correspondiente de las Academias de la Lengua y de Historia.
López Landa se sirvió del Libro llamado Lucero un cartulario que recoge la historia de la Casa y transcribe los principales documentos. Y servidor se sirve del libro monografía que editó el bilbilitano.
El libro de 176 páginas recoge la Historia del cenobio con el mayor detalle. Lleva una descripción arquitectónica incompleta pero interesante. Reproduce un minucioso plano de Torres Balbás y dedica unas páginas a los signos lapidarios que reproduce. Copia 21 documentos de gran interés para la historia del Monasterio, incluso un Apéndice con los Vicarios Generales de la congregación cisterciense de Aragón y Navarra. Y lo que despierta nuestro interés hoy es abaciologio por su relación con Caspe.
El abaciologio recoge todos los abades que ha tenido el Monasterio, tanto los perpetuos como los cuatrienales. Han sido 54 que desde el origen en 1152 tenían carácter perpetuo y se siguieron nombrando hasta 1601, y fueron 59 de mandato cuatrienal en el periodo desde 1617 hasta el final del cenobio en 1835. Es un listado de los 113 abades algunos con detalle de su procedencia y biografía. Un documento que nos proporciona cantidad de información sobre los responsables de la vida del cenobio.
Abades caspolinos
Durante 50 años fue importante la participación de los abades de Caspe en la vida del Monasterio, desde 1724 hasta 1773. Figuran el abaciologio los siguientes: Miguel Catalán, Plácido Catalán e Isidoro Poblador, los tres reelegidos por tres veces. No serían ineptos. Ya en el cambio de siglo XVIII-XIX Bernardo Cortés y Nicolás Comech muy activos y con responsabilidades. Todos los apellidos muy caspolinos. Reproduzco, modificando levemente la redacción para su mejor comprensión, los datos que nos ofrece López Landa.
"1724.- Miguel Catalán. Luyó un censo de 900 escudos. Examinador Sinodal del Arzobispado de Zaragoza fue Definidor de la Congregación y en todos los capítulos provinciales fue nombrado Comisario para el Capitulo General del Císter.
Fue reelegido en 1732 por 2ª vez y en 1740 por 3ª vez"
"1744.- Plácido Catalán, Reelegido en 1760 por segunda vez.
Reelegido en 1773 por tercera vez, aunque una vez electo murió antes de tomar posesión y "para su defecto fue el segundo de la terna, sin hacer nueva consulta"
"1748.- Isidoro Poblador, Maestro y Definidor. Fue reelegido por 2ª vez en 1756 y le hicieron Vicario General de la Congregación. Reelegido nuevamente por 3ª vez en 1764 fue Calificador del Santo Oficio y dos veces Definidor, hizo el crucero de la iglesia de Alborge, la Casa Nueva de la Plaza, el cuarto nuevo abacial, el molino de Codo y otras obras. Murió quince días antes de concluir la Abadía de la Casa Nueva"
En 1798 llegó otro caspolino, Bernardo Cortés cuya biografía es extensa. Compuso y blanqueó el sobre Claustro; desmoronó el chapitel de la Torre que hizo el Abad Guardia (natural de Maella) por estar falso y se puso la cubierta que ahora tiene, dice López Landa. Puso tres balcones a los cuartos altos del medio día, la vidriera ovalada del dormitorio alto; vidrieras en los cuartos de este y del bajo dormitorio; hizo pintar las puertas y ventanas de casi toda la casa; procuró por la Sacristía e hizo "mucho zafarache del aguardiente por estar casi inutilizado". Prestó al Rey al 3 % (consignando a los monjes el rédito por aumento de vestición ¿?). Tomó a su cargo el aumento de las tres prensas que había en el molino de aceite de Escatrón. ….etc. etc.
En 1804 otro caspolino Nicolás Comech fue importante porque le tocó cerrar el Monasterio. Nada más llegar pintó la iglesia, y según consta a pesar de que el año 8 (1808) por el mes de junio entró en España la cruel revolución francesa, supo conservar el Monasterio hasta muy entrado setiembre de 1809 en cuya época lo desampararon del todo y estuvo desierto hasta el 6 de junio de 1814.
Y conociendo estos datos y reconociendo la realidad actual del Monasterio de Nuestra Señora De Rueda de Ebro me pregunto, ¿cómo es posible que Caspe, como ciudad y sus habitantes, estén tan lejos del presente de Rueda, a pesar de estar geográficamente tan cerca? En la Asociación de Amigos del Monasterio el día de San Bernardo de 2019 solamente estamos dos caspolinos, ni la mitad que abades caspolinos ha tenido el Monasterio.
La Comarca (27-8-2019)
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