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Carrascón Abad
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Entre la larga nómina de diputados aragoneses de la Gloriosa a la Primera República Española, que comprende los años de 1868 a 1874, encontramos a José María Carrascón Abad, que nació en Ateca en la primera mitad del siglo XIX, muriendo en Manila en 1873. Fue abogado y periodista, redactor en Madrid, entre 1864 y 1866, de la Democracia, influyente periódico fundado por Castelar. Para la famosa "Crónica Política" de la primera página se alternaban Castelar, José María Carrascón y Pedro Pruneda, entre otros. Carrascón fue también redactor de La Voz del Siglo, El Pueblo y El Imparcial. Ossorio y Bernard señala que fue Gobernador de Manila, donde falleció.
José María Carrascón fue diputado progresista elegido por Teruel en 1869. En aquellas Cortes Constituyentes integró las Comisiones de Amnistía por los delitos de imprenta, de la que era secretario, la de Presupuestos, la de Organización municipal y provincial, la de Condonación de multas a los periódicos, de la cual era secretario, la de Organización del Tribunal de cuentas y la de Sociedades mercantiles. Intervino en la cámara con frecuencia en exposiciones, interpelaciones, discursos y preguntas. Sus intervenciones más importantes trataron sobre presupuestos y sobre la candidatura para la monarquía.
En el Archivo de la familia Gracián de Saviñán se guarda un protocolo notarial que recoge el testamento de Tomás Abad Aznar, viudo de Rosa Júdez, y de su hijo Tomás Abad Júdez, que se encontraba enfermo en 1778. El documento se debía a Joaquín Alexandre, notario de Aniñón. Al año siguiente y en Calatayud se otorgaba un testamento de hermandad entre Tomás Abad Aznar y María Teresa Olalguiaca, viuda de Tomás Abad Júdez, suegro y nuera, vecinos de Cervera de la Cañada. En él expresaban que querían ser enterrados en Nuestra Señora de la Blanca, de Cervera, y la cantidad que dejaban para misas y sufragios, nombrando herederos a sus nietos e hijos, respectivamente, Juan Antonio, Pedro, Josefa y Juana Abad. Como ejecutores nombraban a Ramón Abad, presbítero, hermano de Tomás y vicario de la parroquia de Cervera, a Juan Antonio Abad, nieto de Tomás, que casó con Catalina Narvión Serrano, y a Vicente Carrascón, vecino de Aniñón.
Las capitulaciones matrimoniales entre Tomás Abad Aznar, hijo de Antonio y Juana, y Rosa Júdez, vecinos de Cervera, habían tenido lugar en 1733, ante los testigos Juan Fernández Sayas y Diego Simón Aznar, labradores y vecinos de Cervera.
Los Carrascón eran de Aniñón y emparentaron con los Gracián de Saviñán. En 1734 casaba Pedro Gracián Melús (1708-1783) con Isabel Carrascón Alexandre, de Aniñón, hija de Vicente y Rosa. Su nieto Pedro Gracián García (1771-1840) casó en 1813 con Francisca Carrascón Abad (1782-1864), de Aniñón, hija de Francisco y Juana. Y en Aniñón nació Pedro Antonio Gracián Carrascón (1818-1887), que fue diputado provincial.
Por llevar los mismos apellidos, José María y Francisca podían ser hermanos, hijos de Francisco Carrascón y Juana Abad.
Los Alexandre eran también de Aniñón. El licenciado Antonio Alexandre otorgó testamento en Madrid, donde residía, el 23 de septiembre de 1635. En él dejaba como última voluntad 1.000 ducados para que fueran cargados a censo y con su venta, que ascendería a 50 ducados, se fundara una capellanía en Aniñón, con la obligación de rezar perpetuamente por el testador y por sus difuntos cuatro misas semanales. En 1636 se asignó para sustento del capellán un censal de 1.100 sueldos jaqueses de pensión anual, con 22.000 sueldos jaqueses de propiedad. La capellanía pasó a Gabriel Alexandre y posteriormente a su hijo Antonio Alexandre. Pero por calamidades de los tiempos, la pensión quedó reducida a 27 libras y 10 sueldos de pensión anual, con lo que el capellán no tenía bastante renta para ser promovido a los sagrados órdenes y pudiera sustentarse. En 1773 Antonio Carrascón decía ser el familiar más cercano al fundador, para ocupar esta capellanía. Para ello tuvo que poner un pleito que ganó en 1777.
En el siglo XVII florecieron importantes personajes. Jerónimo Aznar Cardona, natural de Aniñón, fue fraile agustino y prior del convento de Huesca. Domingo Aznar y Muñoz, de Cervera, doctor teólogo por la Universidad de Alcalá, fue canónigo de La Seo, procurador en las Cortes del Reino y presidente de la Junta eclesiástica de las iglesias de Aragón. Pedro Aznar y Muñoz, también de Cervera, fue maestro en Artes y doctor teólogo por el colegio mayor de San Ildefonso, de Alcalá de Henares. Fue diputado en Roma para la beatificación del cardenal Cisneros y abad consistorial del Monasterio de la O. Pedro Aznar Cardona publicó en 1612 y en Huesca, por Pedro Cabarte, su libro Expulsión iustificada de los moriscos españoles.
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