Gerardo ante el indicador del Camino del Cid, en Ateca (Zaragoza)
ANTONIO UTRERA. Calatayud | El día 29 de mayo de este mismo año, una noticia publicada en el 'Boletín' daba cuenta de la emisión, por parte de Correos, de una colección de sellos personalizados dedicados a diversas localidades por las que discurre el Camino del Cid. Se anunciaba además la intención por parte de dos coleccionistas, amantes de la Filatelia y enamorados de la ruta, de recorrerla recogiendo en sobres el matasellos utilizado en cada lugar para la anulación de los efectos postales que los franquean, poniendo al lado, y en el mismo sobre, la marca con la que se sellan los salvoconductos en aquellos lugares que dispusieran de ella.
Con esa intención ambos viajeros, Gerardo y Antonio, emprendían la ruta a principios del mes de julio y en ese empeño siguen a estas alturas del mes de agosto, en que un tercer componente se ha sumado al recorrido: Víctor.
En esa misma noticia se reproducían los sellos emitidos para las localidades de la provincia de Zaragoza, concretamente, los correspondientes a la Comunidad de Calatayud y a parte del tramo de la ruta que se conoce como 'Las Tres Taífas'.
Dada la dificultad que entraña el aunar marcas y matasellos (hay que hacer la salvedad que muchos de estos pueblecitos no disponen de oficina postal y son servidos por carteros desde otras localidades más importantes, o que su oficina solo presta atención al público una hora al día) el recorrido se hace en coche, escogiendo los días de la semana más apropiados.
El primer tramo recorrido fue, como era de suponerse, el que discurre por la Comunidad de Calatayud, tal como se había mencionado en la noticia de mayo, tomando como punto de partida Calatayud, para, por la autovía de Aragón comenzar en Torrehermosa, el primer pueblo aragonés que encontramos en la ruta viniendo desde Burgos y en dirección a la Comunidad Valenciana. No vamos a detallar pueblo por pueblo los que nos encontraremos en el viaje por cuanto ya se indicaron en la noticia a la que venimos haciendo referencia. Solo mencionar que en el trayecto tan solo Ariza, Cetina, Alhama de Aragón y Ateca disponen de oficina postal y que, en el resto, salvo en Torrehermosa, Contamina, Bubierca y La Vilueña, todos cuentan con la correspondiente marca para estampar en el salvoconducto. En todas las localidades puede conseguirse en el Ayuntamiento, salvo en Monreal de Ariza y Valtorres que disponen de ella en el único bar que hay en cada uno de estos pueblos.
Tampoco cabe detallar el inmenso patrimonio cultural y monumental que atesora cada una de las localidades. En la página oficial del Camino se da detallada cuenta del mismo.
Cumplido pues el tramo de esa parte de la comarca bilbilitana el segundo paso lógico era encaminarse hacia la vecina Daroca, a la que se llega por la nacional N-340 de Burgos a Sagunto y en la que se atraviesan el resto de pueblos que dependen de Calatayud: Paracuellos de Jiloca, Maluenda, Velilla de Jiloca, Fuentes de Jiloca, Montón y Villafeliche, última de las localidades de esta comarca antes de entrar en la darocense. Llama la atención que poblaciones con tanto patrimonio natural y monumental, lo hemos escrito en ocasiones anteriores, como Paracuellos con su afamado balneario o Maluenda con su extraordinario mudéjar no dispongan de marca con la que seguir llenando el salvoconducto. Sí la tiene Villafeliche y, el viajero, la encontrará en el bar, en los bajos del Ayuntamiento, donde gustosamente se la estamparán y le obsequiarán con una de esas chapas que el Consorcio distribuyó el pasado año por los distintos puntos de sellado.
Cosa curiosa, las poblaciones más grandes y, por ende, las más turísticas todavía disponen de estas chapas. No ocurre lo mismo con los pequeños pueblecitos que las agotaron hace tiempo.
Ya en Daroca, nuestro punto de partida, nos llegaremos a Manchones, para, siguiendo por Murero (ambas localidades disponen de marca para el sellado del salvoconducto), la primera en el bar y para obtener la segunda deberá buscar a su alcalde, Santiago (uno de esos alcaldes a jornada completa las 24 horas del día), que estará encantado de abrirle el ayuntamiento para estamparla y le dará un buen rato de conversación hablando de las viñas y de los extraordinarios vinos que de ellas se obtienen. Seguiremos por Atea y Acered, Castejón de Alarba y Alarba donde, de nuevo por la nacional, regresaremos a Daroca, o a Calatayud como en nuestro caso. Atea también cuenta con marca y para conseguirla, como en el caso de Murero, deberá buscar al alcalde (salvo que tenga suerte y su llegada coincida con el día y las horas de la semana en que la secretaria acude al ayuntamiento). Saúl se llama y, aparte de abrir el edificio municipal para satisfacer sus deseos, si lo encuentra en el bar haciendo la partida como nos ocurrió a nosotros, insistirá en invitarle.
Si quiere almorzar o comer en la ruta y descartada Daroca, Machones será el sito elegido. En invierno le atenderán en el bar, pero ahora, en verano, el lugar elegido serán las piscinas municipales, uno y otras las gestiona el mismo matrimonio. Y no piense que lo único que le llevarán a la mesa será un bocadillo o, todo más, un plato combinado. A los viajeros, el día que allí pararon, les pusieron delante una extraordinaria fideuá, cocinada en el momento, acompañada de una ensalada y que, de no haber tenido que conducir de nuevo, se podía haber regado de un excelente vino blanco del terreno. El precio, de lo más asequible y al alcance de cualquier bolsillo, y con derecho a repetir plato si uno se queda con hambre.
Por el anillo de Gallocanta y las tierras de Teruel
La tercera jornada estuvo dedicada a visitar, las poblaciones del anillo de Gallocanta, partiendo de Daroca, pero haciendo la visita desde la provincia de Teruel.
La ciudad de los Corporales y la vecina de Villanueva de Jiloca, marcan el límite con las tierras turolenses, a las que entraremos por San Martín del Río, Báguena, Burbáguena y Luco de Jiloca para llegar a Calamocha. Puntos de sellado solo los encontrará en Burbáguena y Calamocha, en ambas localidades le sellarán en el ayuntamiento.
Llegados a este punto, con esa parte del salvoconducto llena de marcas que ya empiezan a sobreponerse unas encima de otras, dado el tamaño excesivo de algunas, los viajeros optan por guardar el salvoconducto que traen de Calatayud y solicitar un nuevo en la Oficina de Turismo de Calamocha que servirá para recoger las de la provincia de Teruel.
Desde allí la emprenderemos con el 'Anillo de Gallocanta' que se inicia en Daroca, para discurrir por los pequeños pueblecitos de Balconchán, Valdehorna, Val de San Martín, Santed, Gallocanta, Las Cuerlas, Bello, Tornos, Castejón de Tornos y Berrueco, para finalizar en Used, desde donde regresaremos a Daroca. Solo podrá sellar su salvoconducto en Daroca, en la Oficina Comarcal de Turismo, Berrueco (en el bar) y Gallocanta, y en esta última, según el día de la semana que arribe a ella, ni eso. La guía de sellado marca como puntos para hacerlo la Oficina de Turismo que se encuentra en el Centro de Interpretación de La Laguna y el Albergue Rural. El primero, y solamente en verano y en época de grullas, abre sábados y domingos, y, el segundo, al menos el día que nosotros visitamos la localidad, estaba cerrado.
Tenemos planificada la próxima ruta. Ésta discurrirá totalmente por tierras turolenses, tomando como punto de partida la localidad de Calamocha. Se trata de recorrer el 'Anillo de Montalbán'. El viaje irá desde Lechago, pasando por Cuencabuena, Ferreruela de Huerva, Cucalón, Bádenas, Loscos, Monforte de Moyuela, Huesa del Común, Plou, Cortes de Aragón, La Hoz de la Vieja, Montalbán, Martín del Río, Vivel del Río Martín, Godos, Barrachina y Navarrete del Río. Calamocha será sin duda un buen lugar para comer.
La experiencia, después de estas semanas viajando, nos ha enseñado de que serán necesarias al menos dos o tres visitas a cada uno de los tramos a recorrer porque previamente hay que conocer qué pueblos dependen, postalmente hablando, de cada una de las cabeceras y oficinas y cuáles son sus horarios de atención al público.
Así lo hemos hecho. Este martes nos llegábamos hasta Arcos de Jalón. Queremos, una vez terminado el viaje por la provincia de Teruel, comenzar con la de Soria y, posteriormente, con los pueblos que rodean Molina de Aragón, ya en la provincia de Guadalajara, lugares que resultan limítrofes unos con otros tanto llegando desde la Comunidad de Calatayud, como accediendo a ellos desde la provincia de Teruel. De hecho el Camino del Cid discurre indistintamente por cada una de las tres provincias internándose, alternativamente, en una u otra por cuanto las carreteras de las tres comunidades, la aragonesa y las dos castellanas, se entrecruzan varias veces a lo largo de la ruta. Las fechas dependen de cuándo Correos tenga confeccionados los sellos para cada localidad.
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