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| Las malas noticias que daba RENFE a los habitantes de Purroy en 1990
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SANTIAGO GIMENO VAL | Si alguna noticia es mala para los habitantes de nuestros pueblos, la que llegó por parte de RENFE a los habitantes de Purroy era demoledora. Iba a suprimir una parada y les ponía unos horarios de tren para acercarse a Calatayud que en el caso de ir a visitarse al médico en el Hospital tendrían que subir el día anterior para que los atendiesen a la mañana siguiente, una situación mas parecida a las películas de Berlanga que a la realidad. Menos mal que con la presión de los vecinos y la prensa, los responsables del cambio de horarios de RENFE echaron marcha atrás y todo quedó en un susto. Era en la primavera de 1990.
LOS NUEVOS HORARIOS DE RENFE QUE HOY ENTRAN EN VIGOR PUEDEN PROVOCAR IMPORTANTES PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN A LOS HABITANTES DE PURROY, UN PEQUEÑO PUEBLO DE LA PROVINCIA DE ZARAGOZA QUE NECESITA DEL TREN PARA IR AL MEDICO A CALATAYUD, O, SIMPLEMENTE, DE COMPRAS.
RENFE GASTA UNA FAENA EN PURROY
La supresión de una parada hace que los vecinos queden sin medios de transporte
Los vecinos se muestran escépticos de
que RENFE les vuelva a 'poner' el tren
OSCAR GALVEZ | De lunes a viernes, sólo son cuarenta y siete las personas que residen en Purroy. Los fines de semana, por el momento, el número aumenta hasta casi un centenar al regresar de Zaragoza otros vecinos más jóvenes que allí estudian o trabajan. Tanto los fijos como los que no, se ven afectados desde hoy por los nuevos horarios de RENFE que desde luego, no son muy bien vistos en el pueblo.
Con el cambio de horarios, ha llegado a Purroy la noticia de que el tren interurbano que enlaza el pueblo con Calatayud a las ocho y cuarto de la mañana, ya no volverá a detenerse en el apeadero. De esta forma, todo aquel que deba acudir a la visita del médico a Calatayud por las mañanas, deberá salir del pueblo la noche anterior y hacer noche en Calatayud. La población de Purroy es de edad avanzada, entre 55 y 92 años, y según Amparo Ibáñez, que desde hace dos meses acude a rehabilitación en el Hospital de Calatayud "nadie dispone de coche ni de dinero para pagar un taxi, que además tampoco podemos encontrar en Purroy. Con 42.000 pesetas que cobro, ya me dirás qué puedo hacer".
El hacha de guerra en Purroy fue desenterrada hace ya unos días para emplearla contra la Dirección General de RENFE en Zaragoza y Madrid. Todos los vecinos han firmado un escrito de protesta que ha sido enviado a las altas esferas de la compañía. Incluso decían de escribir a Felipe "porque ¿sabes?, aquí casi todos somos del PSOE y nos ha ido bien, así que ahora no iba a ser distinto ¿no?". "Pero que si al final no conseguimos que pare el tren -interrumpe otra vecina-, tendremos que hacer algo más gordo como plantarnos en las vías y poner traviesas para que no pueda pasar. Ya verías si lo conseguíamos o no".
El tren que a las ocho de la mañana va a Calatayud es todo lo que tienen en Purroy. No tienen carnicería, ni estanco, ni cafés (bares), ni médico, ni escuelas. Sólo una panadería en la que deben dejar los encargos. Todos los servicios señalados han ido desapareciendo progresivamente del pueblo porque la gente se ha hecho mayor. Sólo tienen a Calatayud, y en menor medida, a Morata y Morés, como centros de aprovisionamiento de todo tipo de productos, y para ello, quieren un tren. Claro que, de vez en cuando, el interurbano les ha deparado alguna que otra sorpresa. La última de ellas ocurrió el jueves; Amparo se quedó sin ir al médico porque a pesar de que el tren todavía tenía parada oficial en Purroy, éste pasó de largo incomprensiblemente.
Angeles, Pilarín, Paz, Carmen, Amparo, Rosario, María, Emilio, Anuncia, Isabel, José… Estos y los demás vecinos se muestran escépticos de que RENFE les vuelva a "poner" el tren. "En septiembre ya nos quitaron dos trenes y menos mal que protestamos y nos respetaron uno. Pero es que siempre se ceban con Purroy y no hemos hecho nada malo para que nos merezcamos esta marginación. "¿Por qué quitan la parada en nuestro pueblo y dejan todas las demás?". La supresión de paradas en determinados puntos de una línea de ferrocarril está en función del número de viajeros que inician o terminan viaje en dicha estación. Este es uno de los razonamientos hechos por RENFE cada vez que se produce una situación así. Sobre el papel, debido a los pocos habitantes que tiene Purroy se podrían pensar que el pueblo no tiene el "tráfico" requerido por la compañía. Sin embargo, en Purroy, de esta excusa no quieren ni oír hablar, porque, según cuentan, el poco billetaje que parece haber en Purroy no es porque viajen poco sino "a que nos hacen los billetes cuando subimos al tren. El recorrido es corto pero siempre decimos al revisor que nos haga el recibo. Lo que pasa es que nos dice que luego lo hará y llegamos al final y no ha venido a cobrarnos. Así claro que no hay billetes de Purroy".
Estos casos se repiten casi cada día. Aseguran que un día no pagaron el billete porque el revisor les invitó por su cumpleaños. Por una razón u otra, nunca hay billetes de Purroy. Desde el departamento comercial de RENFE de Calatayud se ha asegurado una pronta solución al problema que afecta a estos cincuenta vecinos, que aseguran pagar todos los impuestos a pesar de que "no nos queda un duro por culpa de las heladas".
Publicado en EL DIA, Periódico Aragonés Independiente el 27 de mayo de 1990
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