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San Roque 1927
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Los programas de las fiestas de San Roque de Saviñán se publican ininterrumpidamente desde 1947. Aunque se editó un programa para las fiestas patronales de 1913, no conocemos la publicación de otros programas hasta el del año 1947, salido de los talleres Navarro de Calatayud. Por eso no conocemos los actos que se programaron por aquellos años.
En el periódico El Noticiero del 24 de agosto, hemos encontrado una reseña de las fiestas de San Roque de Saviñán de 1927, que firma BOY.
En lo relativo a los actos religiosos, el articulista nos cuenta que en las completas de los días 14 y 15 intervino la Banda de Música de Saviñán, resultando muy solemnes. En ambos días se cantó la grandiosa Salve del Maestro Sánchez. La Banda también tocó en las misas mayores de los días 15 y 17 en la parroquia, y del día 16 en la ermita, estando dirigida por Martín Peñuelas.
En el Padrón parroquial de 1927, Martín Peñuelas, músico de sesenta y seis años, vivía en el nº 7 de la calle Laureles, con la familia compuesta por Manuel García Lacruz, Serafina Jaraba Gómez, y sus hijos Tomasa, Carmen, Manuel, Matías y Valero, que debían estar al cargo del parador o posada del pueblo.
Las misas fueron oficiadas por el párroco de Saviñán, Florentino Catalán, que estuvo asistido por los coadjutores de la parroquia, Lizarralde y Labastida. Los sermones de los días 15 y 16 corrieron a cargo de Salvador Labastida, que trataron del misterio de la Asunción de la Virgen y de la "caridad cristiana como único medio para regenerar las modernas sociedades, imitando en su práctica el ejemplo de Roque de la Cruz". El día 17, aniversario de difuntos, Labastida probó "con aplastante lógica" la existencia del purgatorio, "por el testimonio de los enemigos de la Iglesia".
Se celebró también el Rosario del día de la Virgen y la procesión general con los Patronos en la tarde del día 16. Como era costumbre, el prior de la Hermandad invitó a las autoridades en la Casa Consistorial a unos refrescos, en los que no faltaron los pasteles y los licores.
Por el libro de la Cofradía de san Roque sabemos que aquel año fue prior José Lázaro. El Ayuntamiento colaboró con doscientas cincuenta pesetas y los cofrades aportaron a voluntad novecientas tres pesetas. Entre los gastos hay apuntadas ochenta y cinco pesetas de refrescos. También se detallan los gastos del pan bendito, de la luz y de los fuegos artificiales, que costaron setenta y cinco pesetas. Trece pesetas se pagaron de regar la plaza, cien a los predicadores, quinientas cincuenta pesetas a los músicos, cuarenta y ocho pesetas se gastaron en la corrida de pollos, y cuarenta y tres pesetas en la corrida de conejos. También se detalla lo que se pagó al recaudador, al sacristán y a los monaguillos. De llevar la peana se apuntan veintisiete pesetas, cincuenta y tres pesetas hay consignadas entre la cera, la fiesta, la procesión y la misa de almas, además de cuarenta y siete pesetas de gastos que ocasionaron los músicos en la plaza, debido, sin duda, a los refrescos y a los licores. Con todo ello, los ingresos fueron iguales a los gastos.
En el padrón parroquial de 1927 aparecen viviendo en la calle Laureles nº 20 los maestros Hilarión Martínez, Félix Domínguez y Pilar Tomey, además de Paula Sardaña, casada con el entonces alcalde Pascual Sanjuán, que vivían en el nº 11 de la misma calle Laureles . En el nº 13 de la calle Mayor residían Francisco Lacruz y María Gasca, con sus hijos Petra, Águeda y Francisco. También vivían con ellos Julia Arnaga, de cincuenta y tres años, y Elvira Solanas, de veinticuatro, que debían ser también profesoras. En el recreo vivía también el telegrafista Paterno Pina Pérez. En el nº 1 de la plaza aparece Gregorio Borraz, que debía ser veterinario o ayudante del secretario del Ayuntamiento, Miguel Lafuente Soriano. En el nº 4 de la calle de san Ramón vivía el farmacéutico Fernando Gómez Lafuente, de treinta años. Estaba casado con Teresa Gracián y tenían dos sirvientes: José Vergara y María Ramos. En el cuartel de la calle del conde de Argillo vivían cinco familias. En el palacio aparece viviendo la familia de Serafín Cambón y la de Jacinto Vincueria. En la calle Mayor aparece el entonces médico Tomás Irribarren Artigas, que estaba casado con Juliana Pérez y Pérez, de Paracuellos. Debían ser familia de Virginia Pérez y Pérez, casada con Francisco Pina y Crespo, que había muerto en marzo de aquel año de 1927, y de Trinidad Pérez y Pérez, que vivía con su sobrina Rosario Crespo y Pérez. También morirá en este año el practicante Margarito Cormán Villarreal.
Otras familias del pueblo residían en el Azud, la Aladilla, Carcenique, Torre Galí, Aldehuela, Valdemoro, Jorquera, san Blas, Pozo Morillo y en la casilla del ferrocarril. En 1927 Saviñán contaba con mil ochocientos veinticinco vecinos.
Aquel año, los bailes de las fiestas patronales estuvieron muy animados y muy concurridos los conciertos, por lo que los jóvenes de la Banda de Música cosecharon merecidos aplausos.
Los fuegos pirotécnicos estuvieron a cargo del señor Sanz, de Zaragoza. Tuvieron lugar las tres noches de fiestas, quemándose una traca muy potente. Las tardes de los días 16 y 17 se celebraron dos carreras pedestres, que fueron muy reñidas. El día 16 ganó Gregorio Tejedor, de Saviñán, seguido por Félix Galindo, de Morés, y por Pascual Pérez, de Paracuellos. En el padrón parroquial de 1927, Gregorio Tejedor aparece residiendo en Valdemoro.
En el segundo día de carreras se lucieron Ignacio Gumiel y Pedro Ibáñez, de Saviñán, que se repartieron el segundo y el tercer premio. Los días 15 y 17 se celebraron carreras de bicicletas. En las dos tardes ganó el joven de Saviñán José-Antonio Gimeno, de dieciséis años. Debe tratarse de José Gimeno Sanjuán (1911-2008), que fue bautizado el 9 de abril de 1911 con los nombres de José-Antonio-Celestino-Epifanio. El día 15 quedó segundo Constancio Sanjuán, de La Almunia, y tercero Andrés Agudo, de La Almunia. El día 17 quedó en segundo lugar Jesús Nonay, seguido de Constancio Sanjuán.
En la plaza de la Señoría se quemó el día 17 la bomba final de las fiestas. El articulista daba unas pinceladas del ambiente festivo, de las calles adornadas con banderas y farolillos, de la música del organillo, de las voces de la churrera, de los puestos de gaseosas frescas, agua y anís, de la música de la Banda y de las jóvenes que lucían mantón de Manila. El periodista citaba a Teresa Gracián, Marujita Sanjuán, Paquita Crespo, Mercedes y María Luisa Sarto, Josefina, María y Felisa Villalba, Natividad Vincueria, Pilar Lázaro, María-Ventura, Rita e Ignacia Uriol, Leonor Olano, Pilar Villalba, Cristina y Elena Hernández, Carmen Melero, Cristina y Teresa Martínez, Carmen Raga, Pilar y Concha Acerete, Francisca Sanjuán, Florentina y Francisca Val y otras muchas más que ya no recordaba.
Tras la última noche de fiestas, el articulista, con los brazos apoyados en la baranda del balcón de su cuarto, sintió el frescor de la noche, mientras retumbaban aún en su cabeza las músicas y las jotas de los días de fiesta. Desde las páginas de El Noticiero enviaba un saludo para el prior de la Hermandad, José Lázaro Olvés, y para otros muchos amigos, con los que había coincidido en aquellas inolvidables fiestas de san Roque de Saviñán de 1927.
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