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Manolo Kabezabolo, el icono punk
que hoy canta menos sobre drogas
y más sobre política
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Foto promocional de Manolo Kabezabolo y su banda, 'Los ke se van del bolo'
MIGUEL MUÑOZ | Es bastante probable que el nombre de Manuel Méndez Lozano (Carenas, Zaragoza, 1966) no les suene de nada. "¿Y usted qué opina del aborto de la gallina?". "Más allá del bar habrá un lugar, donde yo cada mañana iré a potar". "Tengo un spiz amarillo, si está bueno te lo pillo. Está muy bien pal jolgorio, lo hago en mi laboratorio". "Cuando los punkis nos vamos de marcha, no te enamores tonta del haba, cada imperdible que llevo en la chupa, es el recuerdo de algún follón". Quizás, tras estas frases y convertir a Manuel en Manolo Kabezabolo, la cosa cambie. Este icono punk, que comenzó su carrera musical a finales de los años 80, sigue en activo. Su último disco, Tanto Tonto Monta Tanto, se publicó en enero de este año. Antes de que la pandemia paralizara todo.
La historia de Manolo está llena de leyendas urbanas, de problemas de salud y comentarios sobre ello, de idas y venidas, de canciones de minuto y medio o menos, de canciones a capella, de él sólo con su guitarra por bares, humor… Y de canciones, sobre todo de canciones y letras con su voz nasal característica. En las playlists punks, de bares, raves o centros sociales por excelencia no deben faltar temas de Manolo. Es historia pura de este tipo de música.
Con motivo de su último disco, Manolo Kabezabolo ha grabado por primera vez un videoclip: 'Es el sistema'. La fórmula no cambia demasiado en lo musical, pero al escuchar el trabajo completo la conclusión es que el artista se muestra más incisivo políticamente que nunca.
Así lo reconoce él mismo a cuartopoder: "He dejado de lado los temas más narcóticos y me he centrado en temas más socio-políticos", afirma. De hecho, tanto él como el batería de su banda, "Los ke se van del bolo", Jaume Esteve, con el que responde las preguntas de ese medio, señalan que es el aspecto más destacado del disco. "Nosotros fuimos los primeros sorprendidos cuando nos comentó hace tiempo que no iba a hablar de drogas en el próximo disco, y cuando nos iba enseñando letras nos emocionaba la idea. Aparte de que creemos que no pierde su esencia y que es un disco con una temática muy sincera", comenta el batería.
Los anteriores trabajos en forma de disco de Manolo fueron un EP publicado en 2017 y uno de larga duración en 2014. "Los temas empezaron a surgir en 2017 y en 2018 la mayoría ya estaban estructurados, entonces tuve problemas de salud que hicieron que la salida del disco se retrasara unos meses", señala el cantante. "Aprovechamos ese parón para centrarnos en darle forma y trabajarlos, aparte que después de 8 años tocando sin apenas descanso y con grabaciones de por medio nos apetecía echar horas en el local moldeando lo que traía Manolo con más calma. Y fue todo un acierto", añade por su parte el batería.
Entre las 10 canciones que se incluyen en el nuevo disco destaca sobre manera la última. Se llama 'Historia histérica' y cuenta con la colaboración de dos iconos del hip-hop en castellano: el Dj y productor R De Rumba y el Mc Sho-Hai. Ambos, de Zaragoza e integrantes de Violadores del Verso, una de las bandas más importantes de esta escena a nivel estatal. "Hacía ya tiempo que teníamos en mente hacer algo juntos y decidimos que sería en este disco. La temática de la canción nos pareció buena y el resultado es excelente", afirma Manolo sobre esta rara avis en su trayectoria musical.
Son más de 30 años ya en los escenarios. La situación ha cambiado mucho, obviamente. "La llegada de las tecnologías ha marcado un antes y un después, la era digital ha forzado a tener que adaptarnos, para lo bueno y para lo malo. Se venden pocos discos físicos en comparación con años atrás, y las descargas, reproducciones, redes sociales son el termómetro principal. También la masificación de los festivales, que por un lado está bien que existan pero hay una excesiva oferta y hace que los conciertos de salas se coloquen en un segundo plano, cuando, tanto para bandas como para amantes de la música en directo, sabemos que es la mejor forma de disfrutar de un directo. Pero como no podemos negar que las cosas cambian hay que adaptarse", comenta Esteve al respecto.
¿Y en qué ha cambiado el Manolo de finales de los años 80 y el de ahora? "Con 18 o 20 años, uno aún se está haciendo a sí mismo, también me desfasaba mucho más", apunta. Eso sí, hay cosas que intenta no caduquen con el tiempo: "Intento conservar el sentido del humor y el sentido crítico, que también evoluciona con el paso de los años", añade.
Los grandes medios de comunicación, especialmente en las dos últimas décadas, han dado la espalda siempre al punk como estilo musical o social. ¿Ha muerto el punk? "Sigue habiendo mucha actividad, muchas bandas, también sellos, radios y fanzines... de esto último no tanto ni con esa relevancia que tenían antes, pero siguen existiendo. Por un lado, se ha refinado la rabia que había hace años, está todo más acomodado y es menos visceral, pero por otro lado hay mucha frustración con el panorama político y económico actual y eso es una olla a presión para el punk rock", destaca el batería de Manolo Kabezabolo.
"La chavalería está mosqueada y siguen saliendo bandas para canalizar esa furia, lo único que si antes el punk era el vehículo ideal para ello ahora hay otros como el rap e incluso el trap, con el que mucha juventud se siente identificada", reflexiona Esteve. Para Manolo, "es preocupante el ascenso de la ultraderecha". Y también ponen en la diana la monarquía, que "usurpa y trapichea sin cortarse ni media".
Antes de que el coronavirus entrara en nuestras vidas, Manolo Kabezabolo y su banda tenían programada una importante gira. En el programa, tanto salas pequeñas como grandes festivales. Manolo prefiere la cercanía: "La sensación de tener delante a miles de personas disfrutando con tu música está muy bien, pero prefiero salas más pequeñas en las que la relación entre el grupo y el público es más cercana", argumenta. Cercanía, eso que tanto añoramos hoy en día. Cuando todo esto pase, allí estará Manolo.
Heraldo de Aragón (1-4-2020)
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