Fuente dedicada a San Félix y Santa Régula,
que,
según el padre Faci, sufrieron martirio en este
lugar |
El pasado prehistórico
de la localidad hay que buscarlo, quizá, en las cuevas del propio
término municipal, las cuales fueron debidamente catalogadas en
su día por el Grupo Espeleológico de Zaragoza.
Se llamó Termes y
Turriga. Escenario del episodio narrado por Apiano y protagonizado por
el procónsul Quinto Ponpeyo en el año 137 a.C., dendro de
las guerras numantinas: éste,
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derrotado en Numancia, se dirigió
contra la ciudad de Termes, donde perdió 700 nombres.
En su pasado romano hay que
situar el martirio de San Félix y Santa Régula, descrito
así por el padre Faci:
"El lugar de Torrijo, situado
en las riberas del río
Manubles, fue en tiempos antiguos ciudad, como dicen don Miguel
Martínez del Villar, en su patronado de Calatayud, y Lanuza, en su Historia Eclesiástica de Nuestro Reino de Aragón:
logra aquel pueblo dichoso los santos cuerpos de San Félix y Santa
Régula, mártires insignes y soldados de la Legión
Sacratísima Tebea, tan celebrada por su martirio en la Iglesia:
no murieron todos los de aquella legión tan copiosa en su tiempo;
quedaron algunos, y entre ellos, San Félix y Santa Régula,
que llegaron a la ciudad de Turigium (hoy Torrijo), y predicando aquí
la fe de Cristo Nuestro Redentor fueron degollados por Daciano Tyrano,
en 11 de septiembre del año 300, en las riberas del Manubles,
y desde allí, tomando los santos sus cabezas, fueron hasta el monte
cercano, donde los sepultaron, y se veneraron aquí muchos años,
hasta que trasladaron sus cuerpos a la parroquia de Torrijo; en el lugar
donde fue su martirio, o no lejos de allí, hay una fuente cuyas
aguas hacen muchos milagros, y vienen a ella en procesión los de
Torrijo en el día de la Ascensión del Señor".
Torrijo aparece nombrado
por Alfonso
el Batallador, en la formación del arcedianado de Calatayud
y su comunidad. Pero, sobre todo, destaca siempre su papel guerrero,
como campo de batalla. Sufrió las consecuencias de la guerra de
los Pedros y el lugar fue conquistado por Pedro el Cruel, en 1358, después
de que el rey de Aragón mandara despoblar la mitad de Torrijo y
fortificar la otra mitad que se asienta sobre el río
Manubles. Tras la conquista, el rey castellano puso de gobernador a
Hernán Gutiérrez de Sandoval, contra el que se sublevaron
los vecinos hasta darle muerte.
Se sucedieron los avatares.
Torrijo de la Cañada se sacudió el yugo castellano y logró
superar la difícil situación, después de sucesivas
conquistas y reconquistas.
Fue arciprestazgo hasta la
época de la República. Como tal cobraba diezmos de los pueblos
vecinos. (Alfonso Zapater Gil)
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