Jose Mª Quero, el último alfarero de Tobed
La economía de Tobed
depende de la agricultura, que si bien no es de grandes producciones, por
la limitada extensión de sus tierras de cultivo, destaca por la
calidad y sabor de sus frutas, gracias a la bondad de sus aguas y el limpio
clima de montaña que disfruta.
Dentro de la tradición
artesana de Tobed destaca la alfarería, como atestigua el barrio
de los Obradores. José María Quero es el último eslabón
de esa antigua industria del barro que fue el sustento de numerosas familias.
Y artesano importante, ya
jubilado pero que todavía enseña a los niños que acuden
a la Granja Escuela, es también Francisco Cartagena, heredero de
toda una estirpe de herreros implantada en Tobed desde 1835. Francisco
evoca en el taller de su hijo, cómo trabajaba en la fragua, golpeando
el hierro al rojo vivo, o cuando herraba a las muchas caballerías
que existían en Tobed, para ayudar a las faenas agrícolas.
Existe un atractivo
en Tobed que sorprende a los visitantes, son las Bodegas. Excavadas en
una ladera del barranco de Valdeolivo son testigos de la hospitalidad y
buen humor de los tobedanos. Y no olvidemos a "Los Abuelos", hermoso paraje
natural en el barranco de Trascastillo, a la espalda de lo que fue enorme
fortaleza, de la que todavía perduran sus sólidos cimientos.
El subsuelo de Tobed también
encierra tesoros, como la baritina y el bario. A principios de siglo se
explotaba una mina de cobre. Otra riqueza de Tobed son sus granjas avícolas
y de porcino, que complementan la economía local. (María
José Arellano Sánchez)
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