antes de su demolición, en su mayor parte estaban tapiados
con ladrillos y yeso.
Tenía cuatro capillas
laterales a cada lado de la nave, de distinta profundidad entre sí
y posteriores a la fábrica mudéjar de finales del XIV, a
excepción de la segunda y tercera capillas de la derecha, que según
el informe de 1845, eran de la misma época y probablemente de poco
profundidad según el tipo de planta gótico levantina, que
adoptaron los franciscanos y dominicos en la Baja Edad Media.
Las cuatro capillas de la
derecha habían sido ya derribadas, cuando Abbad realizaba su Catálogo
ya mencionado.
La segunda capilla de la
izquierda era, sin duda alguna, la de mayor magnificencia y ornato de todas;
correspondía a la familia
Liñán, cuyas armas se ven en la fotografía publicada
por Amada. Tenía una portada monumental en arco de medio punto,
flanqueada por dos columnas de fuste estriado helicoidalmente y de orden
corintio, sobre las que cerraba un establamento cuyo friso corrido presenta
copiosa decoración, entre la que destacan cuatro cabezas de ángeles.
La cornisa remata en frontón curvo partido y arrollado, culminado
por un pequeño ático, de estructura similar, que encierra
en su parte central las armas de la familia, y con remates de bolas de
tradición escurialense. A ambos lados de este ático y sobre
el gran frontón, cobijados bajo los arranques de los nervios de
la bóveda mudéjar, están las esculturas de San Pedro
y San Pablo. El interior de esta capilla era de planta cuadrada, y estaba
cubierta por una cúpula sobre pechinas, decoradas con escudos y
rematada por una linterna cerrada con el sistema de nervios cruzados dejando
un hueco central, de tradición mudéjar. Todo el intradós
de la cúpula presenta una decoración de yeso, recargada y
a base de cartelas, guirnaldas, cabezas de querubines y medallones ovales
con bajorrelieves de los Profetas y Reyes del Antiguo Testamento, labor
que Abbad relaciona con la escultura del retablo mayor de la colegiata
de Santa María, pudiéndose datar toda la obra en los comienzos
del siglo XVII. De otras capillas de este lado izquierdo, una de ellas
presentaba portada de estilo renacentista, rematada en frontón,
y en su interior bóveda cubierta por crucería estrellada,
como era frecuente en el siglo XVI; la otra, finalmente, sería de
época mudéjar, según Abbad.
Había un coro alto
a los pies, y tras el altar mayor una capilla servía de Panteón
a los condes
de Contamina.
Por el exterior destacan,
además de los contrafuertes del ábside, y una faja de dientes
de sierra bajo la cornisa del tejado originario, formada por apeos de ladrillo
aplantillado en degradación, la torre situada a media altura del
lado derecho. Era esta torre, de la que tenemos fotografía, de planta
cuadrada y tres cuerpos, de los que el último es ya renacentista.
El primer cuerpo presenta decoración de varias fajas de dientes
de sierra, y va separado del segundo por una imposta. El segundo cuerpo,
realizado para alojar las campanas, nos presenta en cada cara dos ventanas
en arco apuntado sobremontadas por una faja de dientes de sierra, y sobre
ésta un segundo piso de vanos, en número de cuatro, y cerrados
en arco angular por aproximación de hiladas. Es un sobrio y espléndido
ejemplar mudéjar, que se corona con otro cuerpo de campanas, con
un vano grande en arco de medio punto e imposta volada. (Gonzalo M. Borrás
Gualis / Germán
López Sampedro)