Iglesia del Santo Sepulcro
Colegiata del Santo Sepulcro
La nobleza aragonesa no quiso
en el año 1134 cumplir el atípico testamento de Alfonso
I que dejaba el Reino a las Órdenes Militares. Años después
se compensaba a la Orden
del Santo Sepulcro con terreno en Calatayud para edificar su sede.
A una primitiva iglesia románica seguiría una mudéjar,
a su vez desaparecida para dar lugar al templo actual, obra de Gaspar
de Villaverde y terminado en 1613. La suntuosa construcción,
en el tránsito del Renacimiento al Barroco, tiene tres naves con
crucero, ábside semicircular, cimborrio y dos torres de planta cuadrada
flanqueando la fachada principal.
En el interior pueden contemplarse
ocho interesantes retablos que representas diversas escenas de la Pasión.
Está bien documentados y son buena muestra de la escuela de escultores,
doradores y pintores de retablos de Calatayud en el siglo XVII. Es digno
de mención el baldaquino del presbiterio construido con ricos mármoles
de la comarca, que también decoran las paredes adyacentes. Del primitivo
conjunto mudéjar permanece el claustro y, aunque sólo se
conserva aproximadamente la mitad, es donde mejor se puede ver la tipología
original de los claustros mudéjares aragoneses, ya que conserva
una galería superior con alfarjes y esgrafiados pintados en la galerías
inferiores. (Agustín
Sanmiguel Mateo)
|