Detalle del alero del palacio de los Sesé
en la calle Gotor (Foto: A. Sanmiguel)
Casas - Palacio
La calle y el rincón
de Gotor conservan varios palacios del renacimiento aragonés, destacando
el de la familia
Sesé (casa número 11), de la segunda mitad del siglo
XVI, en el que sobresale la típica galería aragonesa, su
labrado alero, la rejería artística de sus balcones. Al interior,
en la caja de escaleras triple arquería sobre columnas de orden
toscano descansa sobre las jácenas y zapatas del zaguán empedrado.
En el número 2 de
la calle Amparados se conserva el antiguo palacio de los Pujadas de Vezlope
o Berospe, con su fachada maltratada a comienzos de siglo, a fin de convertirlo
en un centro de enseñanza. De tres plantas, con galería típica
aragonesa, está construido en ladrillo sobre un zócalo de
piedra caliza. Al interior, el cuerpo de escaleras está cubierto
con cúpula oval con linterna sobre pechinas, conservándose
también columnas de mármol negro de orden toscano y magníficas
zapatas del siglo XVI.
En el número 15 de
la calle Rúa de Dato, y frente a la iglesia de San Pedro de los
Francos se conserva el palacio del barón
de Warsage, defensor del puente de piedra de Zaragoza en la guerra
de la Independencia (muerto el 18 de febrero de 1808). Ocupa el antiguo
solar del hospital de Nuestra Señora del Clero cuya fábrica
en su primitivo proyecto quedó inacabada. Presenta una portada neoclásica
entre columnas de orden toscano alternando en el friso metopas decoradas
con lises, rosetas y discos; sobre el balcón principal el blasón
quedó sin labrar. Es de principios del XIX.
El actual palacio episcopal,
levantado según reza la tradición sobre el solar de la antigua
zuda musulmana, y desde la reconquista sede del arcedianado de Calatayud,
hasta su desaparición, fue mandado edificar por el obispo de Tarazona,
Francisco Porro y Reinado, cuyas armas parlantes campean sobre el dintel
de la puerta. De su sobrio aspecto merece destacarse el cierre del cuerpo
de escaleras, diseñado al recuerdo del barroco. Aquí se instaló
el Museo de Arte Sacro.
De otros palacios y casas
nobles quedan restos de menor importancia como varias galerías aragonesas,
esgrafiados exteriores de tradición mudéjar, un buen alero
en la casa número dos de la plaza de los Mesones, totalmente gótico
a pesar de que fue labrado en el siglo XVI, diversos blasones esparcidos
por toda la ciudad, recuerdo de su antigua nobleza, el arco de la plaza
de San Miguel sobre zapatas del siglo XVI, el palacio de los marqueses
de Villantonia (en la plaza del Carmen), antiguo solar de los
Pérez de Nueros, etcétera.
Mayor interés ofrecen
dos restos de arquitectura gótica; uno de ellos es el ventanal de
la calle Nueva (casa número 16); el otro una gran ventana,
interior en la actualidad, en arco mixtilíneo de principios del
siglo XVI, en l casa número 14 de la calle San Torcuato, ambas concebidas
según la tradición gótico-levantina. (Gonzalo M. Borras
Gualis / Germán
López Sampedro)
|