Pueblo celtíbero,
perteneciente a la Celtiberia Citerior; son mencionados por la fuentes
romanas en relación con los arévacos, lusones
y titos.
Apiano cita repetidas veces a titos
y belos, de tal forma que se entiende que los primeros se hallan en la
clientela de los últimos. En la Geografía de Ptolomeo,
escrita en el sigo II d.C., ninguno de estos pueblos aparece especificado,
sino que bajo el genérico celtíberos se agrupa al parecer,
a belos, titos,
lusones
y celtíberos propios.
Se trata de un pueblo celta
llegado a la península con las invasiones del siglo VI y establecido
en el alto valle del Duero, desde donde ocuparía el Alto Jalón.
Su capital era Segeda,
que comúnmente se sitúa en el yacimiento de Belmonte,
próximo a Calatayud,
ya que en él se encontraron monedas ibéricas con el rótulo
Secaisa.
Esta ciudad había
pactado con Tiberio Graco (179 a.C.), a pesar de lo cual fue motivo de
que se iniciase la denominada "guerra numantina", debido a la ampliación
de sus murallas. Los belos hicieron muy pronto las paces con Roma, por
medio del procónsul Marcelo, en 146 a.C., fecha en que se sometieron
definitivamente al invasor y dejaron de ser nombrados por las fuentes romanas.
Ocuparían el valle
del Jalón,
desde la confluencia con el Piedra;
por el sur limitarían con la Sierra Solorio hasta Sierra Ministra,
y por el norte con las de la Mata, Muedo, el extremo sur de la de Miñana
y la sierra
de Armantes. Esto límites no son del todo seguros, sobre todo
los que les separarían de titos
y lusones.
Pertenecerían a este pueblo las ciudades de Segeda,
Attacum, Arcóbriga,
y Ocilis (tal vez Medinaceli). (Laura Sancho Rocher)
|