Portada de la iglesia de Santa María la Mayor,
obra de Juan de Talavera y Esteban
de Obray
(Foto: A.
Utrera) |
Colegiata
de Santa María la Mayor
Situada en medio de la villa
medieval, por lo que se llamó Santa María de Mediavilla,
es la principal parroquia de la ciudad. Según tradición,
bastantes verosímil, ocupa el lugar de la Mezquita Aljama o Mezquita
Mayor. A pesar de la importancia de Calatayud, no ha llegado nunca a ser
consagrada como catedral, precisamente por el origen musulmán de
la ciudad. Tras la conquista cristiana en 1120, y después de una
breve pertenencia a las diócesis de Zaragoza y Sigüenza, en
1139 queda la villa bajo la jurisdicción del obispado de Tarazona.
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El templo actual es obra
de principios del siglo XVII y sustituye al consagrado en 1249, seguramente
de estilo mudéjar. Pero además están la torre, el
ábside, el claustro y la portada, de diferentes épocas.
La torre: Es una de las mayores
y más interesantes de las torres mudéjares aragonesas. Su
planta es octogonal y presenta contrafuertes en las aristas. La estructura
corresponde a la del alminar hispano-musulmán: una torre interior
o un machón macizo o hueco (como en este caso) sirve de apoyo a
unas escaleras de obra con desarrollo helicoidal. Pero a diferencia de otras torres octogonales, esta machón hueco no se apoya sobre el
suelo sino sobre una bóveda semiesférica, en la que sólo
coincide con la próximo torre de San Andrés. El origen de
esta singular solución arquitectónica carece por hoy de explicación.
Al exterior, la torre va completamente cubierta con una decoración
a base de ladrillo resaltado, que desarrolla temas islámicos en
la parte inferior y de inspiración renacentista en la superior.
Está claro que existen una serie de etapas constructivas, pero así
como el chapitel de pizarra está fechado hacia 1770, y los cuerpos
de campanas son claramente de los siglos XVII y XVI, se carece de una datación
fiable para los cuerpos inferiores. Es posible que la construcción
se iniciase en el siglo XIV o, como muy tarde, en el XV.
El ábside: Contiguo
a la torre, está formado por dos cuerpos superpuestos con poca relación
entre sí. El superior, de tres lados es, sin duda, del siglo XVI.
El inferior, parcialmente oculto, de siete lados, presenta similitudes
con la parte inferior de la torre y podría ser del siglo XIV o XV.
El claustro: Adosado al Norte
del templo, con el que no coincide en orientación, es de planta
rectangular, con cinco tramos de ancho y diez de largo, cubiertos con bóveda
de crucería, siendo el mayor de los claustros mudéjares medievales.
Construido casi con seguridad en la segunda mitad del sigo XIV, es muy
probable que su perímetro coincida con el de la Mezquita Aljama.
Aquí fundó Benedicto XIII, en 1412, una Universidad o Estudio
General, de corta existencia.
La portada: Labrada en alabastro
de Fuentes de Jiloca por Juan de Talavera y Esteban
de Obray, lleva la fecha de 1528 y es el mejor ejemplo de la escultura
monumental renacentista en Aragón. Igualmente notables son las tallas
de las puertas de madera.
El templo: Construido en
las dos primeras décadas del siglo XVII, es muy amplio, constando
de tres naves con cuatro tramos cada una más el presbiterio, sacristía,
capillas laterales y otras dependencias. Es probable que el arquitecto
fuera Gaspar
de Villaverde. El retablo mayor, dedicado a la Virgen, es una excelente
muestra de los talleres escultóricos de Calatayud del siglo XVII.
Los arcos que abren algunas capillas, la cúpula de la de San Joaquín,
la linterna de la cúpula del crucero, así como la Sala Capitular
Nueva en el claustro, ostentan interesantes lacerías de tradición
islámica. El coro central, con sus columnas salomónicas de
mármol negro, y la abigarrada decoración en yeso de las capillas
occidentales, son un buen exponente del barroco tardío. No se puede
omitir el magnífico órgano del siglo XVIII, cuya espléndida
sonoridad inunda esta Colegiata en las ocasiones solemnes. (Agustín
Sanmiguel Mateo)
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