La Comarca de Calatayud |
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José
Mª Sánchez Molledo y Francisco J. Lorenzo de la Mata
4. San Íñigo y Calatayud. 4.1. El convento de San Benito. Es tradición que San Íñigo nació en el solar que ocupaba el convento de San Benito de Calatayud. En 1148 Ramón Berenguer IV puso el monasterio de San Benito de Calatayud bajo jurisdicción del monasterio de San Salvador de Oña. En la escritura de 1156 de cesión de la iglesia del Santo Sepulcro a la Orden se halla la firma del Prior de San Benito, en esta forma: "Petrus, Prior Sancti Benedicti . En 1507 el Monasterio de Oña cedió con autorización real el monasterio de San Benito a la ciudad de Calatayud juntamente con algunas reliquias de San Íñigo. El Concejo bilbilitano acordó establecer una comunidad de religiosas de San Benito en 1514, que se bendice el 24 de agosto de 1515, declarándose el Concejo de Calatayud patrono del mismo. Fue tradición en Calatayud que la Abadesa del convento de San Benito, acompañada de otra religiosa y del Jurado decano, se trasladara en coche a la casa del Ayuntamiento a presidir juntamente con el Justicia, las funciones públicas. Esta costumbre quedó abolida por la Bula de Gregorio XIII de 20 de julio de 1580 por la que se obligaba a las monjas a guardar estricta clausura, según se había dispuesto en el Concilio de Trento . El patronazgo y administración de este monasterio correspondía a la ciudad de Calatayud hasta 1617, fecha en la que se hizo una concordia por la que el Concejo contribuía anualmente con 653 libras, 9 sueldos y 11 dineros, cantidad que no pagada en 1730, 1741 y 1772, fue motivo de tres recursos por parte del Monasterio al Consejo Supremo de Castilla, en los que los reyes respectivos obligaron a pagar al concejo bilbilitano . Desde 1515 el templo es utilizado como parroquia, cuyo Vicario era nombrado por el Ayuntamiento de Calatayud y confirmado su nombramiento por el Vicario General de Calatayud. La parroquia fue suprimida el 1 de junio de 1869. El estado ruinoso del convento, agravado por las inundaciones producidas el 27 de mayo de 1956 y 29 de noviembre de 1961 y la falta de medios, hizo que la comunidad benedictina se cuestionara la viabilidad de su continuidad en Calatayud. El 8 de agosto de 1964, en votación secreta y por unanimidad de votos, deciden abandonar el viejo cenobio bilbilitano . El 4 de octubre de 1965 acordaron la comunidad de religiosas y el Excmo. Ayuntamiento de Calatayud inscribir en el Registro de la Propiedad el monasterio a nombre de la comunidad y el templo a nombre de la ciudad . El acto de despedida se llevó a cabo el día 27 de junio de 1969. La comunidad, compuesta por 26 monjas abandonaron el monasterio el 31 de julio de 1969, trasladándose a Zaragoza donde fundan el Monasterio de San Benito. El 19 de marzo de 1970 se fusiona la comunidad benedictina de Calatayud con la comunidad de Corella (Navarra), compuesta por 17 monjas que clausuró su monasterio el 3 de marzo del mismo año. El día 24 de mayo de 1970 fue inaugurado el nuevo monasterio en Zaragoza por el Rvdo. Sr. Arzobispo de Zaragoza, D. Pedro Cantero. La comunidad de religiosas enajenó el monasterio a una inmobiliaria que lo ha derribado. El templo está en proceso de restauración. Del convento de San Benito escribió Abbad Ríos: "Es un gran edificio de ladrillo, construido en el siglo XVII en estilo barroco, con fachada y exterior muy sencillo" . Mayor interés tiene la iglesia de San Benito en la que recientemente se han descubierto los restos de una primitiva iglesia protogótica del siglo XIII en el lado norte. Junto a ésta se edificó en el siglo XIV un templo mayor, mudéjar, del que se conserva la cabecera. El pórtico, con triple arcada y zapatas tardogóticas, es del siglo XVI. En el siglo XVII se reformó totalmente, sustituyendo las bóvedas de crucería mudéjares por otras de lunetos y una gran cúpula, todo ello completamente revestido de yeserías barrocas de tradición mudéjar . El templo es de una sola nave, de cabecera recta con tres tramos cubiertos con bóvedas de lunetos más el presbiterio que se cubre con cúpula sobre pechinas y linterna. A ambos lados de los dos tramos más próximos al presbiterio tiene capillas laterales entre los contrafuertes, cubiertas asimismo con bóvedas de lunetos. Adyacente al presbiterio en su lado sur, se abre la capilla de San Íñigo, que cubre con cúpula sobre pechinas y lunetos . Fue construida en el año 1601. De los retablos, destacan el mayor, del siglo XVII. En la calle central lienzo con la apoteosis de San Benito, y el retablo de San Íñigo, del siglo XVII, de escultura. De este retablo escribe Juan Jerónimo González de Sisamón, jurado mayor de la ciudad de Calatayud a fray Pedro de Torrecilla, abad del monasterio de Oña en el siglo XVII "En lo que toca a la devoción del glorioso San Íñigo, se ha encaminado hasta ahora muy bien y confío en la misericordia de Nuestro Señor que lo venidero será con grande aumento, porque la ciudad ha hecho con mano liberal y franca todas las cosas convenientes a la devoción y aumento del gloriosísimo santo, no perdonando trabajo ni gasto: se ha hecho una rica capilla y retablo labrado con mucha policía y ornato, que aseguro a V.P. que aunque hay otras mayores en esta ciudad, ninguna mejor acabada ni con más obra a lo moderno, y así como se iba labrando, iba Dios labrando en mi alma nuevos deseos y devoción para perfeccionarla, y en los artífices grande gana de concluir con ella; al fin, como obra de un grande santo. Además de esto, en la dicha capilla, se ha hecho un rico tabernáculo con una reja labrada de azul y oro, con gran policía y primor; las puertas, muy costosas y muy acabadas, con puntas de diamantes doradas y plateadas. Tiene este tabernáculo cinco llaves repartidas de esta manera: el justicia tiene una, los dos jurados mayores, dos, y el judez y el pegostre(sic) de la cofradía otras dos. Entréganse con homenaje de manos y boca, y no se puede abrir sino todos presentes, con auto de escribano para abrir y cerrarla. Dentro está la reliquia del glorioso santo, en un brazo de plata, que también me tocó a mí de hacerlo, que pesa 150 onzas de plata, curiosamente labrado" . En el banco hay tres relieves que representan, a San Gaudioso, el central una escena en la que San Íñigo es llevado al monasterio de Oña, y San Prudencio. En la calle central, entre columnas de orden toscano y fuste estriado, talla de San Íñigo con la iconografía tradicional, en madera dorada y policromada.En la calle izquierda, Santa Escolástica y San Mauro, y en la derecha, Santa Gertrudis y San Hilarión. En el ático, entre columnas de orden jónico, un calvario, y sobre él, cristo resucitado o triunfante. Al igual que el retablo mayor dos blasones de la ciudad completan la decoración . |