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| Homenaje al mejor maestro aragonés
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Una de las fotos más conocidas de Santiago Hernández Ruis en México, hacia 1945 (Foto: Archivo Familia Hernández / Heraldo de Aragón) |
Antón Castro.- Un artículo de Eloy Fernández Clemente para la Gran Enciclopedia Aragonesa puso tras la pista de Santiago Hernández Ruiz (Atea, 1901-Valderrobres, 1988), al que definía como "el más importante pedagogo aragonés tras la muerte de Joaquín Costa". Luego accedimos a la recuperación de su trayectoria a través de sus memorias. Una vida española del siglo XX (ICE, 1997. Edición de Víctor Juan Borroy) y con la edición facsímil de Un año de mi vida (Ayuntamiento de Paniza / IFC, 1998. Prólogo de Ildefonso-Manuel Gil).
¿Quién fue Santiago Hernández Ruiz? Víctor Juan Borroy impartirá dos conferencias sobre él, una para profesores y otra para alumnos, el miércoles y el jueves. Recuerda que
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la UNED organizó el pasado septiembre un curso en torno a Hernández Ruiz, del cual saldrá un volumen colectivo. Define así su personaje: "Creo que es uno de los maestros más interesantes del primer tercio de siglo en España. Representa la ruptura de la guerra civil española: salió de España en 1939 y llegó a México, al puerto de Veracruz. Y allí realizó una obra increíble en varias direcciones: como director de la Enseñanza Primaria en el mítico colegio Madrid y luego trabajó durante diez años para la UNESCO y viajó por todos los colegios: Guatemala, Ecuador, Argentina, Uruguay, etcétera. Se quitaba la chaqueta, se sentaba con los alumnos y había un momento en que participaba en las clases. Intentaba demostrar que era posible dar clase en un colegio con un único maestro y un centenar de alumnos".
Quinquenio de felicidad
Santiago Hernández Ruiz vivió en distintos lugares. Tuvo una infancia itinerante: Atea, Cubel, Sena de Sijena, Villamayor, Casetas y Zaragoza. Su hermano mayor, Joaquín, fue su profesor predilecto y su incitador cultural. Con catorce años ingresó en la librería Gómez Pastor, y por allí veía pasar a un emergente Benjamín Jarnés. Estudiaba por libre en Escuela Normal y así logró convertirse en profesor. Fue profesor en el colegio de San Felipe, en Zaragoza, y del Santo Ángel de la Guarda de Madrid. En 1925 se produjo un hecho decisivo: se convierte en maestro nacional de Paniza.
Para él esta etapa fue decisiva. Permaneció allí desde 1925 hasta 1930. He entrevistado a sus alumnos de entonces, y me han dicho: "Nosotros hemos sido su obra. Nos conocen como los de don Santiago. Nos enseñaba mucho más que lo que había en las enciclopedias Dalmau de la época". Llamó a ese periodo "un quinquenio de felicidad". Creía en el valor de la palabra y solía decir: "Por un maestro inteligente doy todos los tontos con buena voluntad del mundo y por un maestro de cultura y sólida todas las fórmulas didácticas de la tierra".
En 1982 publicó el libro El fracaso escolar y apelaba, como argumentación, a su experiencia de Paniza. Allí se casó, fue padre, se sintió profesor por vez primera, creó El escolar de Paniza, un periódico mensual que hacía con los propios muchachos, y encontraba tiempo para practicar uno de sus juegos favoritos: la pelota a mano. E incluso se tropezó con algún contratiempo: exigía a los padres de los muchachos que los mandasen a la escuela y redactó para La Voz de Aragón un artículo, "El niño dormido", donde contaba cómo un zagal cansado tras haber trabajado en los campos del cacique de Cariñena se dormía angélicamente en el pupitre. Le multaron por ello en tiempos de Primo de Rivera, con 500 pesetas, y Ciges Aparicio, director del periódico, le dijo que no se preocupase, que ellos pagarían.
Fue en profesional reflexivo, que aprendía siempre de su propia experiencia, y un pedagogo crítico, que cuestionaba métodos y corrientes. "Y además nos ha legado una importante obra: más de 50 títulos. En 1928 ganó el premio Nacional de Literatura por su antología Letras Españolas, donde seleccionaba a Valle-Inclán, Gómez del a Serna, Azorín, etcétera. En 1930, se marchó a Madrid, fue director del Tirso de Molina, más tarde fue inspector y lo desplazaron a Teruel, donde le sorprendió la guerra civil. Su trabajo en el exilio fue enorme. Tenemos un compromiso con la memoria de estas gentes, que perdieron el país".
Santiago Hernández Ruiz falleció en Valderrobres en 1988. Su cuerpo reposa en Méjico.
El programa
Lunes. El homenaje se inaugura esta mañana a las 10 horas con la exposición "La educación en el primer tercio del siglo XX". Se completará con muestras bibliográficas y escolares, y la presentación de un marcapasos.
Martes.Se descubrirá una placa conmemorativa a las 17.30, y a las 18 horas habrá una mesa redonda acerca de "Los retos de la educación en el siglo XXI" en la que participarán Juan José Vázquez, Ildefonso-Manuel Gil, Ángel Lorente y Antón Castro. Modera Nieves López de Silanes.
Miércoles y jueves. A las 19 horas y a las 11 respectivamente, Víctor J. Borroy impartirá la conferencia "Santiago Hernández Ruiz: vida y obra".
Heraldo de Aragón (22-10-2001)
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