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| Carbonell y Miranda, o el nuevo humor de Aragón
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JUAN BOLEA. Escritor y periodista | El Día del Libro volverá a sacar este domingo sus casetas a la calle, al centro de Zaragoza, para ofrecer novedades y acercar a los autores al público.
Uno de los libros que más va a gustar será Aragón sin empalmes, la nueva entrega de Joaquín Carbonell y Roberto Miranda -o Carbonell y Coipesol como firma artística-, tras su Propuesta de Estatuto de Autonomía de Aragón, plan B y Aragón a la brasa.
Firma consolidada, tanto por su original calidad como por sus cifras de venta. En su desopilante, heterodoxa e inmisericorde colaboración, Miranda y Carbonell han sabido renovar el desfasado humor aragonés del chufla--chufla urdiéndolo con esencias buñuelescas, procedentes del surrealismo, del absurdo, con una retranca o costumbrismo sabiamente remozado y desternillante.
El estudio, pues Aragón sin empalmes viene a ser todo un compendio social, un ensayo invertido en clave de humor, se divide glosariamente en seis grandes apartados: Requisitos para ser tonto, Utensilios y artefactos, Formas de piedras en Aragón, Roqueros aragoneses sin disco, Grandes directivos del Real Zaragoza y Grandes frases de Aragón, con un apéndice destinado a la Universidad.
El libro está cuajado de personajes y dichos. En el santoral aragonés destaca San Ovidi, obispo de Lérida, "con tanto amor por los Bienes que los plegaba y se los llevaba a casa". Hay otro curita ilustrado, mosén Castrón, cuyos sermones aburren a las ovejas. El récord de mando lo tiene Biel y el de brasas una Asociación de Escritores en la modalidad Dale que te pego, con el salón, ironizan los autores, "vacío hasta los topes".
Tras el esfuerzo intelectual hay que reponer fuerzas. Aragón ha reciclado los siguientes embutidos: la butifarra catalana, el chorizo de Pamplona, la morcilla de Aguatón, la salchicha bilbilitana con tomate y la chistorra soberana. En antropología, destacan como instrumentos el abrelatas, la gaseosa en papelina, el bombo con chastón y la calceta en punto de cruz.
Genial es el Camasutra Aragonés, que incluye acrobacias eróticas como el tocino capao ("mantener el equilibrio y que no pille la curva"), el avecrem ("se practica en corral") el sartenazo ("pretarse por la retaguardia"), el aividay o el picnic mosquitero en la ribera del Gállego...
No les anticipo más. Empálmense al Aragón sin empalmes de Carbonell y Coipesol, dos monstruos de la sátira.
El Periódico de Aragón (15-4-2011)
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