Todo el terreno del yacimiento, está cultivado
y es de propiedad particular (Foto: A. Utrera)
El paraje conocido con el
nombre de Valdeherrera se encuentra situado a tres kilómetros de
Calatayud,
junto a la carretera de Calatayud a Nuévalos, sobre una serie de
montículos a 585 metros de altura media, cuyas cumbres aplanadas
semejan una meseta ondulada de suelo arcilloso.
En 1988, el arqueólogo
Francisco Burillo planteaba la posibilidad de que el enclave celtíbero
de Bílbilis
hubiera estado situado en este lugar, correspondiendo la ciudad que se
asentaba sobre el cerro de Bámbola a una fundación romana
del siglo I, que siguió manteniendo el nombre anterior. La teoría
fue seguida en posteriores estudios realizados por otros investigadores,
y hoy en día está aceptada prácticamente por todos.
Todo el terreno está
cultivado y es de propiedad particular; sólo algunos declives pequeños,
linderos y márgenes de acequias están incultos. Se han encontrado
restos de cerámica, algunas vasijas y ánforas casi enteras,
monedas, molinos de mano, escorias de hornos de fundición, etcétera.
Sobre el terreno afloran
muros de procedencia dudosa, examinados desde la superficie, piedras de
yeso de las murallas, y se conoce el emplazamiento exacto de una cavidad
subterránea cubierta por dos losas de piedras calizas, con un pequeño
orificio circular en el centro, cubierto con una esfera caliza. Cuando
apareció esta cavidad, en los años setenta, se notificó
a la entonces Comisaría de Excavaciones Arqueológicas, que
ordenó cerrarla hasta el momento en que pudiese ser examinada adecuadamente.
Se ha supuesto que se trata de una tumba.
Dos vasijas, restos de otras,
alguna moneda , abundantes ladrillos rómbicos y otros objetos allí
encontrados se encuentran depositados en el Museo
de Calatayud. Por el contrario, otros muchos, se han perdido, al pasar
a manos de coleccionistas particulares, por cuanto este yacimiento fue
uno de los lugares más visitados por los "buscadores" que, provistos
de detectores de metales, y ayudados por los tractores que se encargaban
de remover la tierra en el transcurso de las labores agrícolas,
expoliaron totalmente el yacimiento desde mediados de los años 80
y hasta principios de los noventa.
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