Es una
de las primeras fundaciones de la ciudad. Se hallaba entre la actual plaza
de su nombre, plaza del Carmen y calle de Sancho y Gil (antes de las Trancas).
Las noticias que conservamos de la iglesia son, según Quadrado,
su ábside bizantino, es decir, románico en la terminología
de la época; los datos más amplios del informe de 1845, seguidos
directamente por Madoz, hablan de una iglesia consagrada de tres naves
góticas y planta en cruz latina; no tenía cúpula,
y las bóvedas apoyaban mediante arcos lisos en seis pilares sin
capitel y de base llana; cabecera recta y dos capillas en la cabecera;
también en la cabecera había una torre y dos torreones
de ladrillo; estos dos torreones hicieron pensar a los autores del informe
de 1845 y al mismo Madoz, que pudiera tratarse de una mezquita anterior,
aunque el solar de esta iglesia se encontraba en barrio de mozárabes
o próximo. Esta iglesia había sufrido numerosas modificaciones
en su fábrica y en su estilo a lo largo de los siglos. Presentaba
coro alto a los pies. Sobre la puerta de entrada unas pinturas, que representaban
al apóstol Santiago a la mesa con la familia Ruzola, a quien acechaba
el demonio, y otra, representando la aparición del niño Jesús
al infante Domingo
de Ruzola.
Salvador Amada, publicó
una contrata del maestro Farache Castellano para realizar tres bóvedas
de crucería estrellada por 2.200 sueldos jaqueses, ante el notario
Fernando Díaz, en 11 de junio de 1525; acompaña una traza
de una de las bóvedas.
Fue demolida en 1863 (según
consta en un documento que se conserva en el Archivo Municipal). Según
Abbad, los altares procedentes de esta iglesia fueron llevados en su mayor
parte a la parroquial de El Frasno, junto con los de San
Francisco, cuando estas iglesias fueron vendidas como bienes nacionales.
(Gonzalo M. Borrás Gualis / Germán
López Sampedro)
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